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					La coyuntura económica sigue siendo complicada y el Gobierno 
					de la Ciudad Autónoma quiere tomar decisiones y realizar un 
					esfuerzo para que haya una mejor gestión. La intención es 
					contener el gasto corriente en Recursos Humanos. Una de las 
					medidas será examinar el capítulo correspondiente las 
					jornadas partidas y especiales. El CES aconseja rebajar el 
					gasto de personal, al que se destina el 40% del presupuesto. 
					 
					El Ejecutivo ceutí reconoce que es muy necesario realizar un 
					esfuerzo para que haya una mejor gestión. Es posible 
					contener el gasto corriente en Recursos Humanos y que los 
					trabajadores, por otro lado no vean mermadas sus 
					retribuciones básicas, sino por ende vean agilizado el pago 
					de ciertos complementos como las horas extraordinarias. Se 
					ha reducido al cincuenta por ciento el gasto por horas 
					extraordinarias y ese es el camino por el que se seguirá 
					trabajando.  
					 
					El CES, que lleva una semana analizando el presupuesto, ya 
					ha avanzado que “el gran problema” es la gran plantilla de 
					personal con la que cuenta la Administración y todas las 
					entidades que dependen de ella y que supone el 40% del 
					presupuesto.  
					 
					En estos momentos, el propio presidente ha pedido que se 
					examinen las jornadas más extensas de lo normal para 
					comprobar si cuenta con la productividad necesaria y si son 
					imprescindibles todas ellas (es el capítulo de las jornadas 
					partidas y especiales). Se estudia el número de funcionarios 
					que disponen de este complemento y si son realmente 
					necesarias estas jornadas partidas para incrementar la 
					productividad. Los sindicatos permanecen pendientes, no les 
					gusta la idea de reducción retributiva, pero se plegarían a 
					la evidencia del innecesario gasto, si es que se produjera.
					 
					 
					Las jornadas partidas otorgadas, además de por necesidades 
					estructurales, también se dieron en su día para gratificar a 
					funcionarios cercanos o ‘amigos’. Esta realidad, por mal que 
					pese, ha de zanjarse. 
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