Materializar compromisos de austeridad
 

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Durante las dos campañas que han tenido lugar en el año 2011, las Autonómicas y las Generales, el mensaje del Partido Popular ha sido muy claro y no deja resquicio a equívocos ni a interpretaciones erróneas. Todos coincidimos en que la actual situación económica requiere una contención racional del gasto, una racionalización de los recursos y los recortes que puedan llevarse a cabo sin que repercuta en operatividad ni en rendimiento. Y estos ajustes se acometieron en todas las Autonomías gobernadas por el Partido Popular desde el primer día de sus respectivos mandatos, de hecho resulta inolvidable (por el componente de abuso chabacano que implica) la iniciativa en el Gobierno de Castilla La Mancha, orquestada por María Dolores de Cospedal de poner en venta mediante el procedimiento de subasta el impresionante parque móvil del anterior Gobierno socialista de Barreda, que adquirió para su uso y disfrute un espectacular Audi A-8 blindado por el que pagó 377.000 euros en 2007 más otro 67 coches de alta gama. Por cierto ¿Intervino la Fiscalía para echar las cuentas? Con el PSOE y para el PSOE “su” Fiscal Conde Pumpido siempre parecía haberse alargado al estanco a comprar tabaco.

Pero lo cierto es que el PP ha entrado con el vigor de la victoria que se viene arrastrando desde el pasado mes de mayo y con el propósito de materializar sus compromisos de austeridad, pero no de forma irreflexiva y desorganizada, porque no se trata de una “política de gestos”, de esa quedamos ya bien despachados durante los últimos años, sino con medidas de choque diseñadas por técnicos y expertos.

Afortunadamente si de algo puede vanagloriarse el partido de Mariano Rajoy es de contar entre sus filas con grandes especialistas en gestión económica y empresarial capaces de diseñar un complejo organigrama que alcance a todos los Gobiernos Autonómicos y Municipales donde, de manera generalizada, se encuentran funcionando comisiones y grupos de trabajo, sin que Ceuta, con su grupo de consejeros y de técnicos seleccionados para llevar a cabo las políticas de contención, sea una excepción.

Por cierto, no se admiten quejas porque a lo largo de las dos campañas el programa del PP estuvo sobre la mesa y la mayoría absoluta del pueblo español ha depositado su confianza y su esperanza en él. Por más que en cada mitin se anunciara, no en plan agorero, sino como una realidad que hay que afrontar porque existe, que hay que “apretarse el cinturón” y capear los tiempos que hemos heredado con racionalidad, austeridad, coherencia y el toque irrenunciable de audacia. El pueblo encajó el discurso y siguió apostando por el “si”

La puesta en marcha del grupo de trabajo que, capitaneado por Juan Vivas, ajustará los engranajes de la maquinaria de las empresas públicas de Ceuta, para que no exista un innecesario gasto por duplicidad de funciones, ni existan empresas que puedan ser perfectamente prescindibles y sustituibles o asumibles por otras. No es precisamente ahorrar en “el chocolate del loro” sino actuar con lógica y con visión de futuro. Por más que murmuren los sindicatos, que lo que tienen que hacer es callarse porque tendrían derecho a recelar si los recortes supusieran el despido de trabajadores y la destrucción de empleos, pero como no es el caso ya que, en estos heredados tiempos de plomo el puesto de trabajo es sagrado y casi constituye un dogma de fe su defensa, las centrales sindicales deben mostrar un espíritu de colaboración y ser un firme punto de apoyo para llevar a cabo las reformas que sean necesarias en la ciudad de Ceuta. De hecho, se espera que su conducta sea la de cooperar con todo aquello que vaya encaminado a un control del déficit público y a la consecución de una administración menos mastodóntica y más moderna, ágil y eficaz.

Aún recordamos cuando se anunciaron en los últimos meses medidas como ahorrar en folios y reciclarlos, ahorrar en teléfonos y viajes y otros pequeños detalles de ahorro muy loables, tanto que para “conformar” a los malosillos de la oposición que sentían particular inquina por la AD Ceuta se les ofreció a ellos la manzana caramelada (de las que llevan palo) de recortar el presupuesto del primer equipo de la ciudad, a la que como contrapartida se ofreció la manzana envenenada (también con palo) de dejar a la fiel afición ceutí con el culo al aire, sin poder ver los partidos por televisión y con los jubilados “enganchados” al carrusel deportivo de la radio para tratar de enterarse de los resultados cuando su equipo juega fuera.

Vuelvo a los recortes y al ahorro que señala ajustes en las horas extras y las jornadas partidas de los funcionarios públicos que, como hoy por hoy son unos privilegiados por tener un jornal fijo llueva o truene, no deberían poner “peros” a seguir la política de austeridad que va a salpicar a toda España. Por el momento y de forma transitoria.

Lo fundamental es no dar la apariencia de escatimar en lo público si repercute en la calidad y por el contrario que existan partidas monumentales que se puedan destinar a conceptos que son evitables y que en nada repercuten en la calidad de vida ni en el bienestar de los contribuyentes.

Hay una gran confianza depositada en la capacidad de gestión y de realizar malabarismos con los números y alta ingeniería financiera de este grupo de trabajo que parece haber comenzado su andadura con gran ímpetu y elogiable capacidad de ser creativos en el terreno de los números. Cómo es su obligación, porque para eso el Gobierno disfruta de una cómoda mayoría absoluta: para contentar y cumplir las expectativas de los ciudadanos y jamás para defraudarles.