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					El Gobierno de Melilla ha decidido no recurrir a la 
					financiación ajena como fuente de ingresos en los 
					Presupuestos Generales de la Ciudad Autónoma en 2012, por lo 
					que no solicitará ningún crédito el próximo año, lo que 
					supondrá al mismo tiempo una reducción del capítulo de 
					gastos. Según afirmó ayer a los periodistas el presidente de 
					la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, su Gobierno va a 
					hacer “un presupuesto bastante aceptable”. 
					El Gobierno de Melilla ha decidido no recurrir a la 
					financiación ajena como fuente de ingresos en los 
					Presupuestos Generales de la Ciudad Autónoma en 2012, por lo 
					que no solicitará ningún crédito el próximo año, lo que 
					supondrá al mismo tiempo una reducción del capítulo de 
					gastos. 
					 
					Según ha afirmado hoy a los periodistas el presidente de la 
					Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, su Gobierno va a hacer 
					“un presupuesto bastante aceptable” y ya está en disposición 
					de presentar un anteproyecto tras escuchar las indicaciones 
					de Mariano Rajoy en la reunión que ayer mantuvo con los 
					líderes autonómicos de su partido. 
					 
					Imbroda ha insistido en que la situación financiera de 
					Melilla es buena y saneada, ya que la carga está alejada del 
					máximo fijado por la Ley y, además, no ha recurrido hasta 
					diciembre a la solicitud de un crédito de ocho millones de 
					euros que estaba previsto en el presupuesto. 
					 
					“Si nos hubiera hecho falta liquidez para pagar, a partir 
					del 1 de enero habríamos ido a por ese crédito, pero lo 
					hemos dejado hasta el final, hasta el mes de diciembre, lo 
					que quiere decir que la situación financiera está saneada en 
					la ciudad”, ha subrayado Imbroda. 
					 
					Asimismo, el presidente melillense ha recordado que el 
					Gobierno autónomo lleva varios años adoptando medidas de 
					austeridad en sus ejercicios presupuestarios, como la 
					reducción de casi un 5 por ciento en el de 2011, lo que 
					supuso unos 9 millones de euros menos, así como el recorte 
					de gastos en los últimos tres o cuatro años. 
					 
					Finalmente, Imbroda ha destacado que el hecho de no 
					solicitar ningún préstamo también supone dejar dinero a los 
					bancos para que vaya directamente a los ciudadanos, de modo 
					que puedan acceder de forma más fácil al crédito.  
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