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                     El suceso vivido esta pasada 
					madrugada en que algunos delincuentes han aprovechado con 
					nocturnidad para atentar contra un bien material de un 
					agente de la UDYCO, significa que los violentos, los malos, 
					los de mala calaña están haciendo un pulso -como sólo ellos 
					saben hacerlo- de modo cobarde para arredrar a los 
					funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Ceuta, 
					con el objetivo de evitar que éstos no cumplan con su 
					trabajo y obligación que es la de detener a delincuentes e 
					impedir acciones delictivas. Lo grave de todo ello es que, 
					estos descerebrados y carne de prisión, no entienden que las 
					consecuencias por su descabellada acción puede ser 
					gravísimas. Ayer más de 300 personas tuvieron que ser 
					desalojadas y los daños estructurales causaron gran 
					inquietud a los vecinos. La Policía los pondrá, más pronto 
					que tarde, a disposición judicial, momento en el que veremos 
					si la Justicia se emplea con la dureza permitida por la Ley 
					para acabar aleccionadoramente con hechos como los de ayer. 
					La sociedad ceutí, al menos la que no quiere ver este tipo 
					de sucesos, se lo agradecerá. 
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