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					La Jefatura Superior de Policía ha ordenados a todas sus 
					brigadas la investigación de los hechos de atentados contra 
					los agentes de policía. En los últimos meses han sido dos 
					del Cuerpo Nacional de Policía, pero también han sufrido 
					ataques, como el de Parques de Ceuta, policías locales y 
					guardias civiles. Por su parte, los otros afectados por los 
					daños colaterales de esta ‘guerra’ de la delincuencia contra 
					los funcionarios de policía, se muestran indignados por la 
					escalada de los acontecimientos y el peligro en el que se 
					ponen a las personas con acciones como la ocurrida este 
					pasado sábado de madrugada. 
					 
					Todas las brigadas operativas en la estructura orgánica de 
					la Jefatura Superior de Policía han sido movilizadas para 
					investigar los ataques de los que son objetos algunos 
					miembros de las unidades de investigación del Cuerpo 
					Nacional de Policía. Es el segundo en poco más de dos meses.
					 
					 
					En estos momentos, las órdenes se refieren a la búsqueda de 
					quién o quiénes han realizado la última acción en los 
					garajes de la primera fase de Parques de Ceuta. 
					 
					La Policía Científica trabaja sobre la base de algunas 
					pruebas halladas en el lugar. Los ejecutores delincuentes 
					sabían lo que hacían y sabían dónde estaba aparcado el 
					vehículo del agente de la Udyco (del grupo de 
					estupefecientes). Prueba clara de que hay una labor de 
					información entre el hampa por la que conocen las señas 
					particulares de los funcionarios. “En Ceuta nos conocemos 
					todos. Ellos saben quiénes somos, qué coches conducimos y 
					dónde vivimos”, dice un agente de la Brigada de Policía 
					Judicial, “pero también nosotros sabemos quiénes son, qué 
					hacen y dónde están. ¿La diferencia?, que nosotros debemos 
					actuar de acuerdo a la Ley y ellos no”. 
					 
					Los incendiarios habían dejado una petaca de cinco litros 
					llena de gasolina al lado del depósito de combustible del 
					Audi atacado, probablemente con algún mecanismo de retardo. 
					Como consecuencia de ello, los vehículos que flanqueaban al 
					coche también quedaron inservibles por efecto del fuego. 
					 
					Los vecinos, 24 horas después de vivir la noche más larga, 
					no ocultaban su indignación por los acontecimientos. “Podía 
					haber pasado una desgracia”, destacaba Alberto Domínguez 
					mientras remataba la faena de lavar su coche. La mañana 
					dominical sirvió para que las decenas de propietarios de 
					vehículos aparcados en el parking incendiado procedieran a 
					limpiarlos de hollín, como hacía este ceutí afincado en 
					Cádiz desde hace 20 años que no comprendía cómo podían 
					ocurrir estas cosas. Alberto Domínguez había aprovechado el 
					fin de semana para visitar a su hija. 
					 
					Otro de los residentes afectado, José Luis Toledo (policía 
					nacional retirado) catalogaba de “salvajada” la acción de 
					los delincuentes. “Lo han tenido que seguir para saber 
					exáctamente donde estaba el coche, porque fueron 
					directamente a él, con lo complicado y grande que es este 
					aparcamiento”, analizaba Toledo. El parking tiene cuatro 
					plantas para unos 300 vehículos. 
					 
					Rafael Godoy, que paseaba a su perro por las proximidades 
					del garaje atacado, valoraba la labor de policías, bomberos 
					y de las autoridades. Algo en lo que coincidía Juani, una 
					vecina que junto a su marido incidían en que “gracias a los 
					bomberos aquí no ha habido un desastre mayor”. Eso y que 
					“los trabajos de reparación se ha hecho en tiempo récord”, 
					después de una noche en la que recordaba a “niños llorando y 
					gente mayor con mantas... estábamos muy asustados y nos 
					dieron las seis de la mañana”, apuntó la vecina. 
					 
					A medida que pasaba la mañana, más vecinos se sumaban. “Las 
					paredes de mi casa están negras por el humo que se ha 
					filtrado a través del hueco del ascensor”, comentaba la 
					vecina cuya vivienda se encuentra justo encima de donde 
					ardieron los coches. “Han ido a hacer daño sin pensar lo 
					grande que hubiera podido pasar”. La Comunidad de 
					propietarios ha presentado una denuncia en Comisaría por los 
					hechos y ahora aguarda los resultados policiales con la 
					esperanza de que más pronto que tarde los autores de este 
					acto cuasi terrorista, se encuentren entre rejas. 
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