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                     Los “enviados” de Mariano Rajoy, 
					con Soraya Sáenz de Santamaría a la cabeza y la Comisión 
					nombrada por el gobierno a cuyo frente se encuentra Ramón 
					Jáuregui Atondo, están tratando, entre otros asuntos, 
					pensamos, sobre la situación económica de la nación con 
					vistas a la asunción por el Partido Popular de las riendas 
					del gobierno. Y se nos hace parecer que se va a llevar a 
					cabo una especie de Arqueo de Caja que consiste, según los 
					cánones, en el análisis de las transacciones del efectivo 
					durante un lapso determinado de tiempo, con objeto de 
					comprobar si se ha contabilizado todo el efectivo recibido 
					y, por tanto, si el saldo que arroja esta cuenta corresponde 
					con lo que se encuentra físicamente en la caja en dinero 
					efectivo, cheques o valores. Sirve, también, para saber si 
					los controles internos se están llevando adecuadamente. 
					 
					Los que, podemos llamar, auditores o ejecutivos designados 
					para ello, quienes suelen efectuar estos arqueos en fechas 
					no previstas por el cajero, tendrán la última palabra 
					respecto de lo que hemos dado en llamar así, cuando, en 
					realidad, podríamos englobarlo en un balance de situación o 
					documento contable, que va a permitir conocer la situación 
					financiera y económica de una empresa(en este caso el 
					Gobierno) en un momento determinado de tiempo, con el 
					resultado de un patrimonio neto, o sea, la diferencia entre 
					activo (conjunto de bienes y derechos) y el pasivo (recursos 
					económicos).  
					 
					Y, para entendernos, ponemos nombre a las cuestiones que 
					deben ser tenidas en cuenta por las huestes de Mariano Rajoy, 
					pues es sabido lo bien que se le da a Rodríguez Zapatero, y 
					sus acólitos, mentir o fingir situaciones como las pasadas, 
					si no véanse las aseveraciones de que no existía crisis, de 
					que el paro iba a la baja, de que existían “brotes verdes” 
					en nuestra economía, de que en próximos años adelantaríamos, 
					económicamente hablando, a Francia e Italia, etc. etc . O 
					sea, ante este “tahúr del Mississippi”, como lo definiría 
					Alfonso Guerra, habrá que tener cuidado el nuevo gobierno 
					con los estados de cuentas recibidos y con los cajones de 
					facturas pendientes de pago que se puedan encontrar 
					(pregunten de momento a las empresas constructoras respecto 
					de las deudas pendientes de la Administración para con ellas 
					y de las múltiples obras y proyectos que han tenido que ser 
					paralizados por falta de liquidez de los distintos 
					ministerios que las encargaron) y con el popurrí de 
					despilfarro que se ha cometido por algunas autonomías 
					gobernadas por socialistas y a las que ahora tiene que 
					desfacer este entuerto el nuevo gobierno antes de que las 
					consecuencias sean mayores (véase si no Castilla La Mancha, 
					Extremadura, Cataluña y esperemos que no se repitan estos 
					hechos en Andalucía).  
					 
					Tiene que tener cuidado el nuevo gobierno con José Luis 
					Rodríguez Zapatero y su troupe de trileros que, a diferencia 
					del conocido juego callejero de apuestas fraudulentas que, 
					tal como se sabe, consiste en adivinar el lugar de tres 
					posibles donde se encuentra la pieza manipulada, aparezcan 
					nuevos “cubiletes”,aparte de los ya conocidos, como el 
					traslado de los restos del General Franco, la Ley Sinde que 
					condena los canales de Youtube a muerte y a otras redes 
					sociales, la patata caliente de la conflictividad laboral, 
					el déficit del Estado, la deuda pública, el paro, las deudas 
					de la Seguridad Social… por citar algunas situaciones 
					pendientes de resolución. Todas, dicho sea de paso, dejadas 
					sobre la mesa por el gobierno del Partido Socialista Obrero 
					(¿dónde están estos obreros del gobierno o del Congreso de 
					los diputados?) Español. Cuidado, pues, tiene que tener 
					Mariano Rajoy con las cuentas y situaciones que le 
					entreguen, por lo que habrá de efectuar un exhaustivo arqueo 
					que produzca el reconocimiento real de los caudales y 
					documentación que le fueren entregados. 
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