Los presos: siempre olvidados en Ceuta
 

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Comienzo rectificando: sí he tenido ocasión de escuchar una vez alusiones indirectas a los presos y digo indirectas porque se trató de unas declaraciones por parte de un miembro de Coalición Caballas en las que criticó duramente que en el nuevo centro penitenciario al que trasladarán en su día a los desventurados presos de la segunda peor y más cochambrosa prisión de España, que es la de los Rosales (la primera es el ignominioso Acebuche almeriense), que en la nueva prisión los reclusos iban a tener una biblioteca y campito de deportes, cuando en alguna barriada no los había. ¿Se puede ser más mala persona? ¿Se puede criticar que quienes están entre rejas puedan tener la típica biblioteca que es sala multiusos con mesas donde estudian, leen, escriben a sus familias o trabajan, caso de haber ordenadores y también la aprovechan como improvisado oratorio para rezar? ¿Se le puede negar a un recluso un campito de deportes donde aprovecha para respirar un poco de aire fresco?.

He tenido ocasión de vivir en algunas ciudades sobre todo en Málaga y Madrid y nunca hasta ahora había presenciado una distancia tan abrumadora entre la sociedad y quienes se encuentran privados de libertad. Porque en las ciudades parece que se está al menos un poco “pendientes” de los presos y de sus familias, existen asociaciones que ayudan a los familiares que se encuentran en situación apurada, se lanzan protestas porque se permita a los niños ir a las “comunicaciones por cristales” de cada semana y presenciar las voces, los gritos o los lloros de los locutorios. ¿Cuantas veces no habremos pedido que los menores solo puedan acceder a los centros penitenciarios con ocasión de las comunicaciones familiares sin rejas de por medio? ¿Cuantas buenas personas no se apuntan al voluntariado de prisiones para ir los fines de semana a estar con los internos?.

Ya saben, van por los módulos escuchando las cuitas de los presos, a uno le ayudan a escribir una carta, charlan con otros, contactan con sus familias y hacen una labor social excelente. ¿Y la especial atención que se presta a los hijos de los presos y no digamos a los de las presas? Y cada cual hace lo que puede, personalmente doné a la biblioteca de la cárcel de Alhaurín unos trescientos libros de mi biblioteca hace unos años y eso no es nada porque el voluntariado atiende a las necesidades de muchos reclusos indigentes que, por estar allí dentro, son más pobres aún y salen al patio a ver si alguno tira una colilla aprovechable o les invita a un poco de café.

De hecho la cárcel, los actos que allí se celebran, sus actividades culturales, las actuaciones de los músicos y no digamos en la pija cárcel alhaurina las exposiciones del Colectivo Moraga de artistas plásticos y sus exposiciones, todo ello es noticia destacable en la prensa. En Ceuta, por el contrario, parece que los presos y sus familias no existen, al menos a nivel noticias, por mucho que se les llene la boca a Instituciones Penitenciarias de Madrid al hablar de la dirección y el funcionariado de Ceuta y de lo que valen y de las condiciones tan dantescas en las que han estado trabajando. Y en las que seguirán porque la cárcel va más lenta que el parto de los montes y existe el riesgo de que cuando la acaben haya variado el sistema ante el nuevo cambio de milenio y los reclusos cumplan condenas en otros planetas o controlados telemáticamente. Pero para mí que como los internos no votan todos pasan de ellos y de sus pesares, máxime cuando parece ser una prisión con mucho trajín porque mandan a la gente a la lobreguez de Botafuegos que es una cárcel situada estratégicamente en las cercanías de un cementerio.

¿Y saben lo que representa el tener que viajar semanalmente atravesando el Estrecho para visitar a un familiar? Quien tenga medios, por supuesto, porque quien carezca de ellos no tiene otro remedio que resignarse a no comunicar por cristales y como mucho alargarse mensualmente para los vis a vis (del latín cara a cara). Pero no se hacen traslados por mala leche, como en otros lugares hacen cuando les mandan joder a algún preso especialmente antipático para “los de arriba”, sino porque los Rosales es una inmundicia y extraña muy mucho que el Defensor del Pueblo, el pamplinero padre Chamizo, denunciara las condiciones de los MENA, es decir de los súbditos marroquíes que se encuentran en Ceuta ignorando esta parte las razones, y no se acercara a la cárcel para echarle una ojeada a los internos y a las instalaciones y encima ningún fiscal “ha exigido” en todos estos años su clausura y que todos los presos sin excepción sean trasladados a otro lugar y si no lo hay a la Península ya que el centro no cumple los requisitos mínimos exigibles para una prisión europea. Nada, ni puto caso.

Pero miento en las referencias si no añado que una vez leí la noticia de que el mejor maestro de yoga de España (según el Yoga Journal) que es Juan Carlos Ramchamdani sí realizó en el centro alguna actividad yóguica, lo que nada tiene que extrañar porque el hinduismo ha sido siempre de ese especial talante humanitario.

Pero en ningún foro se hace referencia a los presos ni a sus familias y no sólo diré “mea culpa” sino culpa de todos y más todavía de quienes no les meten a los constructores del nuevo centro una guindilla picante en el culo para que vayan más rápidos y motivados. Eso sí, cuando la inauguren entre fastos y discursos, allí estará “el todo” y lo mejorcito de cada casa, más los jerifaltes de Madrid, rebosando de autocomplacencia y, por supuesto sin pedir perdón ni a la dirección, ni al funcionariado, ni a los propios reclusos, por haberles tenido abandonados “lo que la memoria alcanza”. ¡Y encima Aróstegui reclamando porque después de años de pesares, los internos van a poder disfrutar de su bibliotequilla! ¿Se puede ser peor?