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					Cuando las puertas de la Estación Marítima se abren, aquel 
					que llega a Ceuta descubre un paisaje nevado, guirnaldas, 
					abetos decorados, e incluso las figuras de un belén que 
					reproducen la Natividad del Señor. Los copos de nieve han 
					llegado a las latitudes más meridionales y se han acomodado 
					a la entrada a la ciudad, que como cada año, ha sacado sus 
					mejores galas coincidiendo con la llegada de la Navidad. Y 
					es que, la puerta de la perla del Mediterráneo, como tantos 
					llaman a Ceuta, no es otra que su histórico puerto y por 
					ello, sus responsables lo han querido “poner en valor”. Para 
					ello han utilizado adornos de siempre, porque según cuentan 
					desde dentro, el puerto es como una casa donde se va 
					guardando toda la decoración para sacarla un año tras otro, 
					además de ir aportando, ya que el presupuesto, en estos 
					tiempos, es limitado. 
					 
					Al igual que el resto de la ciudad, en la Estación Marítima 
					también quieren revestir su actividad de un toque verde y 
					rojo, colores por excelencia de este tiempo narvideño. Por 
					ello, desde el pasado fin de semana se han preparado para la 
					ocasión. Los que se fueron el viernes y regresaron el 
					domingo, desembarcaron en un ambiente distinto. En el puerto 
					son conscientes que en esta época son muchos los que vuelven 
					a casa para estar con su familia, con sus amigos, volver a 
					las calles donde crecieron y donde sus recuerdos se quedaron 
					escondidos por los recovecos de las esquinas. Para ellos 
					está pensada esta bienvenida que pretende ser una acogida 
					con los brazos abiertos, pero también es para los turistas. 
					La autoridad portuaria quiere que los que visitan Ceuta se 
					enamoren de ella desde que ponen el pie en su puerto, y por 
					ello buscan que la “hospitalidad” de la que presume la 
					ciudad se palpe también en la Estación Marítima.  
					 
					Lugar de reencuentros 
					 
					La decoración, que estará hasta después del día de Reyes, 
					quiere acompañar la actividad comercial que se desarrolla en 
					este espacio, el hall de la casa ceutí. Pero las luces 
					navideñas también traspasan la estación para ir hasta su 
					puerta y acompañar al viajero en su espera, mientras que 
					llegan a recogerle o busca un taxi que lo lleve de vuelta al 
					hogar. Los pequeños puntos de luz blancos y azules también 
					se extienden por la Avenida Don Juan de Borbón, para entrar 
					(o salir) del puerto a la altura de lo que la Navidad exige. 
					Una decoración para hacer más acogedor un espacio de 
					despedidas pero, sobre todo en esta época, también de 
					reencuentros, de los que llegan a casa por Navidad. 
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