El Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS)
acudió a las 5.30 horas de ayer a sofocar el fuego de un
vehículo que se había producido en los garajes del edificio
Galea. El coche era propiedad de un estudiante de 23 años de
Magisterio y los vecinos tuvieron que ser desalojados por la
Policía para evitar daños mayores.
El Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS)
acudió a las 5.30 horas de ayer al garaje del edificio Galea
para sofocar el fuego que se había producido en un vehículo
del lugar. Además del coche, que quedó calcinado por las
llamas, una motocicleta, una bicicleta y una pequeña
librería también resultaron dañadas. Así lo informó el dueño
de todas las pertenencias, Juan Carlos Piñero, quien no daba
crédito a lo que acababa de suceder.
Por su parte, el Cuerpo de Bomberos trasladó al lugar del
incendio a dos dotaciones, es decir, un total de doce
funcionarios que usaron 2.000 litros de agua y un espumógeno
para eliminar las llamas. Al garaje se llevaron dos
autobombas y un vehículo y los trabajos finalizaron sobre
las 7.45 horas, según confirmaron a este diario los propios
bomberos.
La Policía Local tuvo que desalojar a los vecinos para
evitar daños mayores, ya que parte de las instalaciones
eléctricas y de suministro de agua de las viviendas se
vieron afectadas por el fuego. Por su parte, el dueño del
coche explicaba a este diario que se encontraba “preocupado”
ya que “se están perdidendo los principios básicos; no se
puede permitir que ocurran este tipo de cosas”. Y es que, el
vehículo, que acababa de cumplir dos años, está totalmente
“destrozado”. El joven, de 23 años, es estudiante de
Magisterio y es hijo de una asesora del CPR, que en estos
momentos se encuentra en Bruselas y un profesor de un
instituto de la ciudad. El joven recuerda que, cuando
tuvieron que desalojar su vivienda sobre las 6.00 horas, a
su padre le costó ya que sufría en esos momentos un “ataque
de gota”. Piñero pasó ayer “un mal día” y espera que no se
vuelvan a producir este tipo de situaciones.
Durante la mañana, varios empleados de la oficina de la
aseguradora ‘MAZ’ tuvieron que salir de las instalaciones
por el fuerte olor que todavía persistía en la zona.
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