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                     En numerosas ocasiones me he 
					pronunciado públicamente a través de mis artículos de 
					opinión a favor de las legítimas reivindicaciones de los 
					vecinos del Príncipe como consecuencia directa de las graves 
					carencias que padece esta zona de la ciudad aunque, también 
					me he manifestado claramente en contra de la proliferación 
					de ataques violentos contra los miembros de las Fuerzas y 
					Cuerpos de Seguridad del Estado protagonizados por grupos 
					perfectamente coordinados de vecinos de ésta misma barriada.
					 
					 
					En esta ocasión, como consecuencia de los graves incidentes 
					acontecidos el pasado fin de semana, debo señalar que ambas 
					circunstancias se relacionan íntimamente puesto que, la 
					revuelta ciudadana se produjo en una calle recientemente 
					rehabilitada, que ha sufrido junto a los vecinos y los 
					efectivos policiales las consecuencias de la barbarie de 
					quienes pretenden coaccionar a la inmensa mayoría de los 
					vecinos de esta populosa barriada. Debo señalar, que los 
					propios dirigentes vecinales han sido desde el comienzo de 
					estos altercados los primeros en exigir la actuación 
					contundente de las administraciones públicas hastiados de la 
					impunidad con la que actúan unos grupos de jóvenes 
					delincuentes inducidos por quienes allí desarrollan sus 
					actividades ilícitas. 
					 
					Por todo ello, me parecen totalmente desacertadas las 
					críticas vertidas en las últimas horas por estos mismos 
					representantes vecinales, que favorecen con ellas las 
					actuaciones violentas de quienes pretenden adueñarse del 
					Príncipe en contra de los vecinos que allí viven. Debemos 
					ser conscientes del objetivo prioritario de unos vándalos, 
					que tan solo pretenden mantener ocupadas en labores de 
					seguridad ciudadana a unos efectivos policiales, que se ven 
					obligados a desatender otras de mayor envergadura. De esta 
					forma las organizaciones mafiosas se aprovechan de la 
					excelente disposición de unos dirigentes políticos 
					decididamente comprometidos con el bienestar de los vecinos 
					de esta barriada. 
					 
					En definitiva, los ceutíes de bien, quienes respetamos las 
					normas de conducta aprobadas por los propios ciudadanos, 
					debemos apoyar y facilitar la labor de vigilancia que 
					desarrollan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, 
					unos efectivos plenamente comprometidos con el bienestar de 
					unos ciudadanos sometidos a los intereses espurios de las 
					organizaciones mafiosas allí erradicadas. Todos juntos, 
					organizaciones vecinales, sindicales y políticas, sin 
					excepción alguna, alejando totalmente intereses partidistas, 
					tenemos la obligación de promover la paz social en nuestras 
					calles. Todos los ceutíes unidos alrededor de un mismo grito 
					¡basta ya! 
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