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					La Avenida Compañía de Mar, en concreto, el tramo por el que 
					se accede al helipuerto, amaneció ayer con 15 vehículos 
					dañados por actos vandálicos. El cómputo final del Cuerpo 
					Nacional de Policía (CNP) revela que el resultado de la 
					actuación de los vándalos fueron tres los coches con alguna 
					de sus lunas rotas y una decena de vehículos a los que se 
					les destrozaron los espejos retrovisores, tanto el cristal 
					como los soportes, en muchos casos, arrancados de cuajo. La 
					última oleada de este tipo se dio en la ciudad el pasado 18 
					de septiembre, tanto en La Marina como en la avenida 
					República Argentina, y hubo cuatro detenidos. 
					 
					La Avenida Compañía de Mar, en concreto, el pequeño tramo 
					que la que la une al helipuerto y los aledaños del cruce, 
					amaneció ayer con 15 vehículos dañados por actos vandálicos. 
					De acuerdo con el cómputo final del Cuerpo Nacional de 
					Policía (CNP) el resultado de la actuación de los vándalos 
					fueron tres los coches con alguna luna rota y una decena a 
					los que se les destrozaron los espejos retrovisores, tanto 
					el cristal como los soportes, en muchos casos, arrancados de 
					cuajo. 
					 
					Además de estos daños hubo otros de menor consideración, 
					entre ellos, la rotura de algunos intermitentes. Tal como 
					pudo comprobar este diario en el momento en que los agentes 
					del CNP investigaban los hechos -con la colaboración de la 
					Policía Portuaria al tratarse de una zona propiedad del 
					Puerto-, además de los destrozos señalados, a dos turismos 
					se les había robado la placa de matrícula. 
					 
					Tal como señalaron fuentes de la Policía Nacional, los 
					agentes realizaron durante la mañana la inspección ocular de 
					los vehículos dañados y buscaron posibles testigos de estos 
					actos con el fin de localizar al autor o autores de los 
					mismos. 
					 
					La zona en la que se ha dado este nuevo caso de actos 
					vandálicos contra vehículos estacionados está situada entre 
					el Parque Marítimo del Mediterráneo y el Auditorio municipal 
					de La Marina. Apartado de la vía principal, es un lugar 
					idóneo para que, sin ser vistos, quienes se dedican a 
					realizar este tipo de destrozos en bienes ajenos puedan 
					llevarlos a cabo lejos de la mirada de vecinos o viandantes 
					que pudieran avisar a la policía en el momento de producirse 
					los hechos e identificarlos. 
					 
					De ahí la dificultad de esclarecer la autoría de este tipo 
					de falta, aunque los investigadores disponen de otras 
					técnicas y recursos para poder detener a los culpables, tal 
					como sucedió el pasado mes de septiembre, cuando se dio la 
					última oleada de estas características, precisamente en la 
					misma zona y también en la Avenida de la República 
					Argentina, más conocida como ‘cuesta Parisiana’. 
					 
					Algunos vecinos de la zona de la Marina se quejaron de la 
					repetición de este tipo de daños en los coches, sobre todo, 
					la rotura de retrovisores, que algunos achacan a la 
					proximidad del botellón, pero que en la Policía no se tiene 
					constancia de que esté directamente relacionado con los 
					casos que se dan en esta zona concreta de la ciudad.  
					 
					En septiembre sí fue posible la identificación de algunos de 
					los culpables de estos actos y de hecho, el CNP detuvo a 
					cuatro personas por su presunta relación con los daños 
					registrados en cinco vehículos aparcados en la ‘cuesta 
					Parisiana’ a los que habían roto una o varias lunas.  
					 
					En el caso de la zona centro, donde entonces se detectaron 
					unos 30 coches con los retrovisores dañados, la Policía 
					tenía identificados a los posibles autores, pero en aquella 
					ocasión no hubo detenidos. 
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					Un problema que en otras ciudades también tratan de atajar 
					las autoridades 
					Un repaso a las hemerotecas revela 
					que la rotura en cadena de retrovisores y lunas de vehículos 
					estacionados en la vía pública es un problema que se 
					presenta en muchas ciudades. A veces, el cariz que toman 
					estos actos es tan grave que lleva a tomar decisiones como 
					la que adoptó la Policía Local de Zaragoza al establecer 
					patrullas camufladas para sorprender a los vándalos in 
					fraganti. Así, en los dos primeros meses de 2009 y según 
					informaba el ‘Heraldo de Aragón’, se detuvo a 22 personas. 
					En un caso, los agentes encontaron a tres jóvenes cuando 
					saltaban sobre el techo y el capó de varios coches. Las 
					fiestas son momentos en los que repuntan actos de este tipo, 
					como en Laguna de Duero (Valladolid) el pasado mes de 
					septiembre, con 11 vehículos dañados en una noche, informaba 
					‘El Norte de Castilla’. El de Cerrado de Calderón, en 
					Málaga, es un caso reciente en el que los vecinos se 
					quejaban el pasado mes de noviembre, informaba Sur, de lo 
					reiterado de estas prácticas y de la “impunidad” de sus 
					autores. En Trujillo, Cáceres, un caso similar al de ayer en 
					Ceuta se dió el pasado mes de agosto, aunque según informaba 
					el diario ‘Hoy’, se detuvo al presunto autor. 
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