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					Melilla ha registrado en los once primeros meses del año un 
					total de 455 accidentes, lo que supone una disminución del 5 
					por ciento respecto al mismo periodo de 2010. Esta evolución 
					a la baja también se repite en el caso de los heridos graves 
					-que requieren una hospitalización superior a 24 horas-, de 
					los que se han contabilizado 16 en la ciudad. 
					 
					Estos datos fueron aportados ayer por el jefe provincial de 
					Tráfico, José Carlos Romero, a la finalización de la 
					Comisión de Tráfico y Seguridad Vial, que se reunió por la 
					mañana para evaluar el grado de cumplimiento del Plan de 
					Seguridad Vial de 2011 y aprobar las actuaciones que 
					incluirá el de 2012. 
					 
					Romero subrayó el hecho de que los accidentes graves se 
					hayan repartido entre los vehículos de dos ruedas y los 
					peatones, ya que de las 16 víctimas que se han contabilizado 
					en los primeros 11 meses del año, 5 eran conductores de 
					ciclomotores o motos y 11 peatones atropellados. 
					 
					El responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT) en 
					Melilla explicó que los 455 accidentes registrados entre 
					enero y noviembre se han saldado con un total de 725 
					víctimas, de las cuales la gran mayoría, 709, eran de 
					carácter leve, casi los mismos que en el mismo periodo de 
					2010, en el que hubo 706 heridos leves. 
					 
					Asimismo, Romero subrayó la ausencia de víctimas mortales en 
					el cómputo de víctimas durante las primeras 24 horas tras el 
					siniestro. No obstante, puntualizó que haciendo el cómputo a 
					30 días, como ocurre cuando se cierran las estadísticas 
					definitivas de los accidentes, sí hay una víctima mortal en 
					Melilla como consecuencia de un accidente que tuvo lugar el 
					4 de enero de 2011, en el que un conductor de vehículo de 
					dos ruedas resultó herido de gravedad y murió al cabo de las 
					dos semanas. Romero dijo que estos datos no se pueden 
					valorar como satisfactorios mientras haya un accidente de 
					tráfico, un herido grave o un muerto, aunque sí apuntó que 
					la evolución positiva respecto al año anterior permite 
					“hablar de esperanza” en la consecución del objetivo cero en 
					materia de seguridad vial. 
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