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OPINIÓN - JUEVES, 15 DE DICIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / ANALISIS

Una jornada política fructífera
 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

La buena noticia es que La Pecera comienza a funcionar y que de ello se van a beneficiar niños y niñas de Ceuta y por consiguiente sus padres. Buena y centrada intervención de Mabel Deu en el Pleno y ejercicio de paciencia ante unos representantes de Coalición Caballas cuyas desaforadas ansias de protagonismo les hacía charlar entre ellos y reírse durante las intervenciones, tanto de Deu como del crítico pero siempre moderado y correctísimo Carracao. Nada nuevo bajo el cielo, aunque el logro de que la escuela infantil se ponga en marcha es muy superior a las burdas tentativas de boicotear lo que tanto esfuerzo ha costado.

Fructífera jornada política con la propuesta de la concesión de la medalla de Oro de la Ciudad a un cuerpo tan admirado y valorado como lo es el de Bomberos, cuya labor es reconocida y elogiada por todos los ciudadanos, que somos plenamente conscientes de los riesgos que conlleva el desempeño de su labor y de la presión que comporta el vivir en un estado de alerta continua, siempre preparados y dispuestos para actuar. Significativo galardón en unos momentos en los que la delincuencia ha optado por el delito de incendios con riesgo de vidas humanas y de los coches calcinados en aparcamientos de viviendas, a los que son quemados en la vía pública, culminando esta vorágine delictiva en el incendio provocado por una joven en el Centro de Menores, seguramente como muestra de reconocimiento y gratitud a la sociedad que la acoge.

Pleno acuerdo en la concesión del premio con la lógica excepción de los ‘automarginados’ miembros de Coalición Caballas que alegaron que la medalla se otorga hasta al del “carrito de los helados”, dentro de su habitual dialéctica envidiosa y llena de agravios latentes, aunque al darse cuenta del aumento de impopularidad que supone el menospreciar a los Bomberos, tuvieron que rectificar “a pies juntillas”, pero el daño moral ya estaba hecho. Unanimidad del PP y lógicamente del PSOE de Carracao que es una especie de “reverso luminoso” en los escaños de la oposición y que indudablemente destila buena crianza política, un ánimo sereno e imperturbable y una madurez en las reglas democráticas que le hace respetar sin fisuras la decisiones del pueblo soberano y defender con dignidad su parcela, proyecto e ideas de forma coherente y rigurosa pero sin nunca, jamás faltar al respeto a nadie. El PSOE de Carracao se atiene a las normas de estilo que le hacen partícipe directo y valorado en todo de cuanto de “institucional” se mueve en Ceuta, representado con dignidad a sus electores en actos y foros, ya que es manifiesta voluntad de los votantes socialistas el estar presentes en la vida que late en esta ciudad a todos los niveles y colaborar también de manera activa en todo cuanto pueda favorecer a Ceuta. ¿Afortunados? Los pequeños alumnos de la Pecera, sus padres y quienes trabajan en el centro, así como el admirado Cuerpo de Bomberos.
 

Consecuencias de la crispación y el enfrentamiento continuado

El fútbol se podría considerar como uno de los fenómenos sociales más importantes, su capacidad de despertar sentimientos, pasiones, alegrías, tristezas, guerras, fiesta, etc., no conoce fronteras tangibles ni intangibles.

Comúnmente o históricamente se podría decir que todo este universo gira alrededor del balón y de los 22 jugadores de cortos que se enfrentan en un partido de fútbol, y en el tapete verde donde se desarrolla el partido; sin embargo podría decirse también que no solamente el juego se presenta en la cancha.

Podríamos hablar de la grada como otro terreno de juego, donde lo que se juegan son una gran cantidad de sentimientos, simbologías y aspectos de interacción social propios del análisis de las ciencias sociales. Ese otro terreno de juego, como lo he denominado, se considerara no solo como el espacio destinado para que la gente que va (vamos) al fútbol este allí, también se considerara como todos los espacios incluso fuera del estadio donde antes y después del partido, la gente sigue girando en la dinámica del mismo, además de seguir manifestando los diferentes sentimientos que se presentan y expresan alrededor del fútbol y que en ocasiones se materializan de violencia o vandalismo.

Juan Luis Aróstegui el alma mater de Coalición Caballas ha sido el “gatillador” de ese vandalismo y por ello ha sido presuntamente víctima de un delito de daños en su vehículo en forma de unas rayaduras con frases alusivas a la AD Ceuta. ¿Obra tal vez de algún majara o gallareta de los que, según Mohamed Alí componen la afición? No, simplemente de un vándalo.

Aunque si seguimos la misma deducción del ‘cachorro’ de Aróstegui, Ivan Chaves, al inicio de su artículo de fecha 6 de diciembre, sería lógico pensar que son los mismos de Coalición Caballas, ante sus últimos rifirrafes, quienes estan cayendo en idénticas “manías” persecutorias para publicitar una especie de victimismo que les encanta. Dimes y diretes en una rumorología que se pregunta sobre quien o quienes conocen el coche del sindicalista y el lugar donde suele aparcarlo. ¿Será por el contrario el autor del siniestro alguien cercano y descontento?.

Con todo y con eso, pese a que quien siembra vientos recoge tempestades, reiteramos nuestra repulsa, rechazo y condena, más si es necesario, un minuto de silencio, ante el vandalismo de los violentos “sean del signo que sean”. ¿Qué resulta algo excesiva la condena para una rayadura de un capó? Puede que sí, pero igualmente necesaria.

Lo negativo de Juan Luis Aróstegui es precisamente que se trata de un personaje que rebosa acritud con sus eternos ánimos de represalias por lo que pocos van a considerarle ni “víctima” de una persecución dolosa ni “víctima” más que de sus propios malos modos. ¿Y disculpa la eterna postura de provocar enervación y exasperación en la sociedad un acto delictivo? No. No hay disculpa para ninguna transgresión a las leyes, ni excusas a comportamientos antisociales, incívicos y que atenten contra las personas o contra sus bienes materiales o inmateriales, por muy provocador y capcioso que haya sido con anterioridad el posicionamiento del perjudicado.

Valga pues la noble reiteración de la repulsa, la condena y el rechazo de la violencia, venga de donde venga y aunque venga de donde menos se espere, si es que viene o ha venido.
 

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