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					Para Manuel Amador coronar la cima del Kilimanjaro era una 
					tarea pendiente. En 2009, una expedición del Club Anyera 
					partió hacia Tanzania para subir al techo de África pero, 
					por razones labores, él tuvo que dejar a última hora el 
					grupo. Ahora dos años después y tras superar un cáncer de 
					riñón, era el momento para acometer un viaje que califica de 
					“gratificante y emocionante”.  
					 
					Junto a ocho personas, a las que Manuel no conoció hasta 
					llegar a los pies del Kilimanjaro, este ceutí emprendió a 
					principios de diciembre lo que para él se había convertido 
					en “un reto”. Después de estar casi ocho meses sin hacer 
					“absolutamente nada de deporte por prescripción médica”, 
					este montañero emprendió los seis días de ascenso al 
					Kilimanjaro, en los que pasó de una selva cerrada a las 
					zonas rocosas de la mayor montaña del continente africano. 
					Cada jornada, el grupo avanzaba para luego retroceder un 
					poco e ir aclimantándose y evitar el mal de altura, que 
					durante su estancia le costó la vida a un británico que 
					estaba ascendiendo junto a sus hijos. 
					 
					El último día, después de comer, el grupo se fue a dormir. 
					Una misión casi imposible con los nervios de alcanzar el 
					punto más alto a flor de piel, el Uhuru Peak. Justo a 
					medianoche, los nueve españoles iniciaron el trayecto que 
					duraría siete horas antes de coronar la cima del Kilimanjaro.
					 
					 
					Una vez arriba, Manuel desplegó una bandera de sus “dos 
					patrias, la española y la caballa”, con la que inmortalizó 
					el momento junto a los ocho compañeros que durante esos días 
					se convirtieron en una “gran familia”. Una vez arriba, “es 
					impresionante lo que se ve”, recuerda Manuel, para quien 
					este viaje fue “muy emocionante” por el ascenso, pero 
					también por cumplir lo que se había convertido en un reto 
					personal, ya que la altura hacía que su único riñón tuviera 
					que trabajar el doble. Pero la buena experiencia, le ha 
					llevado a estar buscando su próximo reto y ya piensa en qué 
					pisco coronar el próximo año. 
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