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                     A partir de ahora, el nombre de 
					Zapatero ya ha quedado atrás y no como algo brillante, ni 
					mucho menos, por cuanto, con él, una serie de leyes 
					“fundamentalistas” han llenado el país, precisamente este 
					país moderado. 
					 
					Los gobiernos de Zapatero han sido unos gobiernos 
					“liberticidas” con un constante derroche de anular 
					libertades, a base de una improvisación tras otra. 
					 
					Mal han sido las cosas en estos más de siete años y medio 
					que Rodríguez Zapatero ocupó La Moncloa y en ellos se nos ha 
					puesto de manifiesto que no hay nada peor que la ignorancia 
					unida al sectarismo, dos circunstancias que se han dado aquí 
					en estos casi ocho años de gobierno de José Luis Rodríguez 
					Zapatero. 
					 
					Y a Rajoy le queda una herencia muy difícil de digerir, 
					especialmente cuando el saqueo, el nepotismo y el sectarismo 
					han dominado y controlado la sociedad, haciendo de estos 
					gobiernos comandados por Zapatero los gobiernos más 
					indecentes e impresentables de la ya larga democracia 
					española. 
					 
					Con todo esto que acabo de citar, el ya nuevo presidente, 
					desde el primer Consejo de Ministros del próximo día 23, 
					debe saber por donde no se debe ir y tendrá que coger la 
					escoba para que no quede ni un ápice de malas costumbres, en 
					ninguno de los rincones. 
					 
					Varios puntos a tocar, desde el primer día, lo primero a 
					tono con la economía y el empleo, pero no sólo se pueden 
					quedar aquí, porque, a continuación, tendrá que poner “patas 
					arriba” la Educación y apartar definitivamente de la 
					circulación todo lo que desde el PSOE se instaló y que está 
					llevando al caos la enseñanza en España. 
					 
					Importante, muy importante esto, pero es otro punto y no lo 
					único, porque a la hora de los nombramientos, tanto en RNE 
					como en TVE deberá dar un giro de 180 grados, para que los 
					“pensadores” de los informativos desaparezcan de ahí y dejen 
					paso a personas más sensatas, más independientes y no tan 
					“psoizados” como los que han estado dirigiendo estos medios. 
					 
					Unos medios públicos no pueden ser la voz de su amo como ha 
					sido TVE, a lo largo de los años en los que Zapatero fue 
					presidente del Gobierno. 
					 
					La tarea, pues, debe ser amplia y si echan la vista atrás y 
					se acuerdan de lo que hubo tras el 11M del 2004, lo que no 
					pueden mantener es un sistema policial y de los servicios de 
					información, como mantuvo Aznar y que, a la hora de la 
					verdad, estaban más en contra del Gobierno y a favor de 
					ciertos medios de comunicación que lo debido. 
					 
					Los puestos de confianza deben serlo, de verdad, ciertos 
					puestos de responsabilidad encargados de la seguridad del 
					Estado no pueden estar en manos de personas sectarias que 
					miran más unos colores políticos que la verdadera seguridad 
					de todos los españoles que es lo que deben defender. 
					 
					La Política, por desgracia, se mete en todos los terrenos, 
					también en el de la Justicia, y ya sabemos que cuando la 
					Política entra por la puerta, la Justicia se escapa por la 
					ventana, algo que ha sucedido y con toda claridad en todo el 
					tiempo que Zapatero estuvo al frente del Gobierno de la 
					Nación. 
					 
					Una larga obra le espera a Mariano Rajoy, y ya ha dado el 
					primer paso de lo que es seriedad cara al futuro, con la no 
					permisibilidad de que Amaiur tenga grupo parlamentario. 
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