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					No es la primera vez que se presenta la necesaria 
					reconquista de algo que era nuestro y que consideramos 
					importante. Pero mantener los ideales siempre requiere de 
					esfuerzos, riesgos y sacrificios. Por eso, la reconquista 
					que se prepara es una de las más importantes, si se quiere 
					mantener una ideología y forma de hacer una política que por 
					diversas razones se esta perdiendo. Y sobretodo, porque es 
					necesario superar con nuestros ideales a esos coleccionistas 
					de la suerte ajena que emboscados siguen entrando en nuestra 
					casa. 
					 
					Estamos, por tanto, enfrentados a un moderno Jericó. Y todos 
					sabemos que Jericó era una fuerte plaza, acostumbrada a 
					defenderse con todas las armas necesarias para ello. No 
					obstante, ante lo que esta pasando y que todos conocemos, 
					son cada día más los que creemos en la necesaria batalla si 
					queremos mantener los ideales de la opción política que 
					nuestra casa tenia y que muchos asumimos como la más cercana 
					a nuestra forma de entender el gobierno de nuestra sociedad. 
					¡Y estoy hablando de nuestra sede de Ainara, cada día más 
					deshabitada!. 
					 
					No es momento pues de dudar en la batalla que se prepara. 
					Aún sabiendo que si se pierde seremos entregados al 
					exterminio político por muchos de los que defienden el nuevo 
					Jericó. Además, nadie ignora que su guarnición es numerosa y 
					que muchos amanuenses de salario, contando con alcanzar el 
					beneficio de futuras dadivas y necesitados de mercedes, 
					aumentaran sus sólidas defensas y traiciones. Por ello, 
					resulta necesario, más si cabe, poner toda atención en la 
					lucha, no sea que algo se nos escape. No podemos 
					estrellarnos en la primera confrontación contra sus armadas 
					murallas y ser derrotados sin más. 
					 
					Están acabándose los días perdidos en el desierto de la 
					sorpresa, del silencio y de la decepción que muchos 
					sentimos. Es por tanto la confianza en la promesa de 
					recuperar lo que hemos perdido, la dignidad de nuestros 
					ideales y la defensa de aquellos que piensan igual que 
					nosotros, lo que debe animarnos a la batalla. Debemos creer 
					que nuestro deber es no omitir esfuerzo alguno en la lucha 
					si queremos mantener aquello en lo que confiamos en su día y 
					que dio dirección a nuestras opciones políticas. Y por otra 
					parte, ¿Qué más tenemos que perder que no hayamos perdido 
					ya? ¿Seguir desorientaos y silenciosos vagando en el 
					desierto? ¡Y estoy hablando del Partido Popular! 
					 
					Pero esta recuperación del bastión perdido del nuevo Jericó, 
					es decir de nuestra sede social, no debe ser alcanzado por 
					la viva fuerza o por la traicionera astucia, sino que debe 
					ser extraordinariamente democrático, ético y transparente. Y 
					si para ello es preciso dar vueltas todos los días tocando 
					ininterrumpidamente las trompetas de la necesidad de 
					recuperarla, se hará sin dilación ni descanso. 
					 
					Será, por tanto, necesario mantener el buen orden y la plena 
					disposición de todos aquellos combatientes para que de forma 
					decidida y confiados demos las vueltas necesarias alrededor 
					de las otras actitudes amuralladas que anidadas habitan en 
					nuestra casa, para que estos nuevos y atrincherados 
					defensores sin necesidad de ver trabajos militares en contra 
					de ellos y convencidos de sus errores, permitan que sean sus 
					propias murallas las que derrumbándose sin lucha consigan de 
					nuevo que, los que sin ser puristas pero que creemos en 
					determinados ideales, caminemos todos juntos hacia un futuro 
					de seguridad en nuestras formas de pensar y gobernar. ¡Es el 
					futuro de supervivencia de nuestro Partido Popular el que 
					defendemos! 
					 
					Si esto no es así, el destino de destrucción, que se están 
					forjando ellos mismos con la nueva forma de llevar el 
					partido, nos avocará, antes o después, a la desaparición 
					como fuerza política importante en nuestra ciudad. ¡Pero… la 
					nueva Jericó, no es invencible! ¡Y sigo hablando de nuestro 
					Partido Popular en Ceuta!  
					 
					Y sobretodo, nunca olvidar, ¡Que un capitán puede ganar una 
					batalla, pero un general debe ganar la guerra y preparar la 
					paz! ¡Por eso necesitamos que surjan generales!! 
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