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					La crónica de la inmigración clandestina en 2011 arroja en 
					Ceuta un saldo de presión creciente y, hasta el momento, sin 
					freno: las cifras de personas, la mayoría subsaharianos, que 
					han llegado por vía marítima a la ciudad cuadruplican a las 
					de 2010, con más de 1.300 frente a los 330 acumulados en los 
					12 meses del año pasado. El dato refleja además una nueva 
					‘vía’ abierta en la frontera sur de Europa, pequeña pero 
					importante en una ciudad del tamaño de Ceuta. Los marroquíes 
					no permiten, como ocurría hasta 2010, que la Guardia Civil 
					salga a aguas del país vecino para interceptar a los 
					inmigrantes antes de que alcancen España. 
					 
					El año 2011 está marcado en Ceuta por la inmigración, algo 
					sobre lo que las cifras no dejan lugar a dudas: más de 1.300 
					inmigrantes han entrado en la ciudad hasta la fecha, frente 
					a los apenas 330 que lograron este objetivo en todo el año 
					2010. El número de personas que han accedido a territorio 
					ceutí de forma clandestina cuadriplica el del pasado año, lo 
					que da una idea de la presión creciente de este fenómeno.
					 
					 
					El 13 de diciembre del pasado año este diario publicaba la 
					cifra exacta de inmigrantes filiados por el Cuerpo Nacional 
					de Policía (CNP), competente en Extranjería, que en ese 
					momento eran 320. En los últimos 15 días del año se 
					registraron algunas entradas más, las de cinco subsaharianos 
					rescatados ese mismo día por la Salvamar Gadir y otros 7 el 
					día 30. En casi todos los casos, los inmigrantes llegaban a 
					Ceuta a bordo de embarcaciones hinchables y la bahía norte, 
					la zona de Benzú, era la más utilizada. 
					 
					Sin embargo, los últimos días de 2011 están marcados por las 
					llegadas masivas de subsaharianos que, como ocurrió la noche 
					del pasado jueves, se lanzan al mar con la única ayuda de 
					unos flotadores y chalecos salvavidas. Esta es la fórmula 
					que más se ha empleado este año, en el que la bahía norte se 
					ha cambiado por el espigón del Tarajal a la hora de intentar 
					entrar en Ceuta.  
					 
					De acuerdo con los datos proporcionados por Cruz Roja, la 
					pasada semana su servicio médico en el Centro de Estancia 
					Temporal (CETI), por el que pasan todos y cada uno de los 
					recién llegados, había atendido a 1.270 inmigrantes, a los 
					que hay que sumar los 57 del pasado día 22, en la primera 
					avalancha de estas características que se producía recién 
					entrada la noche, pues hasta entonces los subsaharianos 
					habían concentrado sus intentos a primeras horas del día, 
					con el alba. 
					 
					A lo largo del mes de diciembre estas avalanchas, en las que 
					tras congregarse en el lado marroquí de la playa separada 
					por la valla fronteriza, los susaharianos se lanzan al agua 
					a la carrera, han sido la tónica habitual en las entradas 
					que se han registrado. El prólogo de este modus operandi, 
					organizado por las mafias de la inmigración, se registró el 
					14 de octubre, cuando aprovechando la densa niebla del 
					amanecer, 37 subsaharianos se colaron en Ceuta. El día 20, 
					de un grupo formado por cerca de un centenar de inmigrantes, 
					59 consiguieron su propósito de llegar a la ciudad española. 
					 
					Pero 2011 ya había registrado desde el principio un cambio 
					fundamental en el control de la inmigración ilegal que ha 
					acabado propiciando esta situación. La proliferación de 
					pequeñas embarcaciones de juguete que sustituían a las 
					zodiac de mayores dimensiones y con motor -las ‘pateras’ que 
					hasta entonces llegaban a Ceuta junto con algún nadador 
					provisto en ocasiones de traje de neopreno-, comenzó el 
					verano anterior, cuando las autoridades marroquíes dejaron 
					de colaborar con la Guardia Civil, que desde entonces no 
					entra en aguas del país vecino para interceptar a los 
					inmigrantes antes de que lleguen a territorio español. EL 
					PUEBLO se hacía eco de esta situación el 28 de agosto de 
					2010. 
					 
					Así las cosas, 2011 se ha caracterizado primero por la 
					continua llegada de inmigrantes en pequeños grupos, a veces 
					en varias tandas de balsas en una misma jornada, una 
					casuística intensificada en los meses de verano. Sólo en el 
					mes de julio la cifra superó a la de todo el año 2010, con 
					la llegada de 315 personas por esta vía. Agosto continuaría 
					por la misma senda hasta mediados de mes, con 141 casos en 
					los 12 primeros días. Si en julio, la cifra de acogidos en 
					el CETI había repuntado desde las 512 plazas disponibles a 
					575, desde entonces no ha podido bajar de 700 casi en ningún 
					momento, a pesar de las salidas programadas. 
					 
					Hasta fin de año 
					 
					A partir de agosto, Marruecos tomó medidas y la presencia de 
					patrulleras de la Armada Real en las dos bahías frenó la 
					llegada de pequeñas balsas de plástico. Ahora son las 
					carreras desesperadas desde la playa y a través del espigón 
					fronterizo las que saltan a la primera plana de la 
					actualidad ceutí.  
					 
					Esta Nochebuena, y tal como pudo comprobar este diario, un 
					numerosísimo grupo de gendarmes y militares maroquíes se 
					concentraba en el punto de la frontera por el que los 
					inmigrantes tratan de cruzar a España.  
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