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					La plaza del Revellín continúa siendo el centro neurálgico 
					de las actividades que desde Festejos diariamente se llevan 
					a cabo con el propósito de celebrar las navidades. Niños y 
					mayores pudieron disfrutar ayer del mágico y pequeño mundo 
					de los ‘Suaviduvos’ donde los gnomos Margarita, Pablo y 
					Agapito mostraron a los asistentes la ilusión de la celebrar 
					la Navidad rodeados de amigos y familiares. 
					 
					Decenas de pequeños se dan cita a diario, acompañados de sus 
					padres, en la céntrica plaza del Revellín para participar de 
					las numerosas actividades que diariamente se llevan a cabo y 
					que se encuentran enmarcadas dentro del programa elaborado 
					por la Subdirección General de Festejos para celebrar la 
					Navidad. 
					 
					Desde ayer y hasta el próximo viernes, se desarrolla en la 
					plaza del Revellín un cuentacuentos que descubre el ‘pequeño 
					y mágico mundo de los Suaviduvos’. 
					 
					El grupo teatral divirtió a los asistentes con una bonita 
					historia de tres gnomos, Pablo, Agapito y Margarita, que una 
					noche mientras descansaban tras adornar su aldea para 
					celebrar la Navidad, se ven sorprendidos por el dragón Bady 
					quien les robó todos los adornos y regalos. Durante la 
					historia, el mago de la aldea acude al encuentro del dragón, 
					que llorando le indica que siempre pasa solo la Navidad, 
					algo que remedian invitándolo a la aldea a disfrutar con 
					todos los gnomos de esta festividad. 
					 
					Tras la historia, llegó el momento de participar más 
					activamente y los integrantes del grupo invitaron a los 
					jóvenes a, con sus manos manchadas de pintura, dibujar en 
					gran árbol de navidad y decorarlo con bolas de colores, para 
					finalizar la actividad cantando y bailando. 
					 
					Pese al frio reinante, los jóvenes se divirtieron y 
					disfrutaron de un espectáculo donde la participación de los 
					mismos era vital para el buen desarrollo del evento 
					desarrollado en el Revellín. 
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