| 
                     
					Una vecina de Melilla, Dina Suliman, denunció ayer 
					públicamente el desamparo al que, según dijo, se sintió 
					sometida después de sufrir una agresión en Nador sin que le 
					dieran asistencia en la comisaria de policía, en el hospital 
					y en el Consulado de España en esa ciudad marroquí. Según 
					explicó ella misma en declaraciones a este Diario, los 
					hechos ocurrieron hace diez días cuando fue a Nador 
					acompañada de sus tres cuñadas y su bebé de un año para 
					pasar el fin de semana en casa de su suegra. Nada más 
					llegar, un grupo de individuos les intentaron robar el coche 
					y después las agredieron en tres ocasiones diferentes, 
					rociándolas con un producto químico que les ocasionó 
					quemaduras de primer grado en diferentes partes del cuerpo. 
					 
					Dina Suliman, ceutí y residente en Melilla, se disponía a 
					pasar un tranquilo fin de semana en Nador acompañada de sus 
					tres cuñadas -una de ellas menor de edad- y su bebé de un 
					año, pero los planes se torcieron nada más llegar a su 
					destino. Según relató la propia Dina en declaraciones a 
					MELILLA HOY, cuando aparcaron el coche junto a la casa de su 
					suegra, un individuo intentó robarles metiéndose en el 
					vehículo para quitarles las llaves del contacto. 
					 
					Acto seguido, varios hombres se acercaron para agredirlas y 
					rociarlas con un producto químico que les provocó quemaduras 
					de primer grado. Tal y como explicó esta melillense, las 
					agresiones se repitieron otras dos veces en diferentes 
					escenarios y, además, se sintió desamparada por la falta de 
					asistencia de la comisaría de Policía y el hospital de Nador, 
					donde se negaron a atenderla por ser residente de 
					Melilla. Según afirmó, tampoco recibió asistencia en el 
					Consulado de España en esa ciudad, donde le dijeron que su 
					labor sólo se limitaba a expedir visados y realizar una 
					labor documental. 
					 
					Los hechos ocurrieron el sábado 17 de diciembre por la 
					noche, a las nueve y media hora marroquí, cuando llegaron a 
					Nador y sufrieron el intento de robo y la primera agresión. 
					Al parecer, según explicó Dina Suliman, este grupo de 
					individuos estaba formado “por 30 ó 40 hombres”, que habían 
					llegado de un cafetín ubicado debajo de la casa de su 
					suegra. “Ahí sólo va gentuza, porque es un cafetín donde 
					fuman cachimba y estaban drogados”. 
					 
					, afirmó esta vecina melillense, que además de sufrir 
					lesiones de gravedad tuvo que presenciar cómo estos 
					individuos tiraron al suelo a su bebé, provocándole heridas 
					sangrantes en la boca y la nariz. 
					 
					Según explicó, un grupo de personas que paseaba por la calle 
					consiguió detener la agresión, momento en el que se 
					dirigieron a la comisaría de policía de Nador. Sin embargo, 
					allí les dijeron que antes necesitaban un parte de lesiones 
					del hospital. Cuando llegaron al centro sanitario, allí les 
					esperaban de nuevo los agresores, que volvieron a pegar a 
					las mujeres delante incluso del vigilante de seguridad, unos 
					hechos que se repitieron minutos después en la puerta de la 
					comisaría de policía. 
					 
					Dina Suliman, en su relato, dijo no salir de su asombro por 
					todo lo ocurrido, que se une al hecho de que los agresores 
					también presentaron una denuncia y parte de lesiones contra 
					ellas. “A nosotras no nos hicieron ni caso y a ellos sí, 
					aunque no sé qué es lo que tendrán porque ellos eran al 
					menos 30 y nosotras sólo cuatro”, comentó esta vecina de 
					Melilla. 
					 
					Desamparo 
					 
					Además de todo eso, también lamentó el trato que recibió en 
					el hospital y en la comisaría, donde según denunció 
					públicamente, no la atendieron por ser de Melilla. Ante este 
					desamparo, se dirigió al Consulado de España en Nador, donde 
					los funcionarios le dijeron que no podían hacer nada porque 
					su labor sólo se limitaba a expedir visados y que únicamente 
					podían hacer un escrito relatando lo que había ocurrido “por 
					si algún día me encontraban muerta, que supieran quién es”. 
					 
					Para Dina, este “calvario” le ha dejado “patidifusa” y sólo 
					ha visto algo de solución gracias a la intervención de la 
					Asociación Gran Rif de Derechos Humanos, que consiguió que 
					asistieran a esta melillense en el hospital. Además, el 
					fiscal general de Nador también ha abierto una 
					investigación, aunque Dina Suliman explicó que en estos diez 
					días nadie ha sido detenido. En su opinión, esto se debe a 
					que “los agresores tienen mucho dinero y dijeron en la 
					comisaría que ellos podían hacer lo que quieran en Nador”. 
   |