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OPINIÓN - JUEVES, 29 DE DICIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

La convivencia
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Ceuta es una ciudad conservadora. Lo cual se manifiesta cada vez que sus habitantes son llamados a votar. Ya que éstos suelen llenar las urnas de votos favorables al centro derecha o a la derecha; es decir que siempre termina arrasando el Partido Popular.

El conservadurismo de esta tierra se evidencia también en el amor por las tradiciones; hasta el punto de que éstas son más respetadas que muchas de las leyes. Tampoco es extraño, por razones de peso, que en Ceuta mencionar el nombre de España no cueste el menor esfuerzo. Lo cual supone la existencia de un patriotismo indiscutible.

Ahora bien, el conservadurismo político de muchos ceutíes, que se viene afirmando cada vez que se les convoca a emitir su voto, nada tiene que ver con el misoneismo (oposición por inercia a todo lo que es nuevo. Desde el punto de vista sociológico, es la tendencia a adoptar y a perpetuar los comportamientos estáticos, admitidos por el grupo).

Así lo digo entre tertulianos reunidos al azar y en día donde las conversaciones son reposadas, amistosas, estimulantes, y en las que suelen prevalecer las buenas intenciones derivadas de unas fiestas en las que hasta las personas más ariscas se abren gozosamente a los demás.

-Así que Ceuta, según tú, no es misoneísta –dice uno de los contertulios.

-No. Es más, me atrevo a decirte que existe mucha más movilidad social que en otras poblaciones donde también existen etnias distintas y barrios marginales.

-No obstante, últimamente parece que ha empeorado la convivencia en Ceuta -quien habla es forastero. Pero conoce la ciudad mejor que muchos de los nacidos en ella.

-Claro que sí. Llevas toda la razón del mundo, le digo. Y todo se debe a que hay algunos políticos que han decidido irse orinando en todo lo habido y por haber con el fin de despertar la atención de los más desfavorecidos. Aunque siempre con fines egoístas.

La pena en esta ciudad es que los socialistas nunca supieron jugar sus bazas en esta tierra. Ni siquiera en aquel tiempo de primera euforia de González y Guerra, el PSOE de Ceuta estuvo dirigido por alguien capaz de mantener un partido cohesionado y dispuesto a que el conservadurismo político de esta tierra confiara ciegamente en unas siglas que habían despertado tanta expectación.

En realidad, aquí nunca se produjo un triunfo arrollador de los socialistas. El motivo sigue sin admitir discusión. ¿Se imaginan un partido donde Fraiz tuviera que soportar a Aróstegui, o a la inversa? Así, las guerras intestinas eran frecuentes. Y se produjeron facciones. En una de ellas nació el Partido Socialista del Pueblo de Ceuta.

A partir de ese momento, los socialistas nunca hallaron al líder capacitado para poner orden entre sus militantes y, mucho menos, para convertirse en partido ganador de elecciones locales, por mayoría. Situación que fue minando la moral de los mejores socialistas. De ahí que ni siquiera pudieron tener medios afines en la ciudad. Hubo uno y les duró nada y menos. Y, por si fuera poco, de sus entrañas nació el PSPC. Del que cabe decir que sus mejores elementos fueron desertando por mor de su principal dirigente. El cual se sigue orinando en las instituciones. Cuidado con él.
 

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