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OPINIÓN - LUNES, 2 DE ENERO DE 2012

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 26.


Escudriño mi blog de notas, a mediodía, harto, dicho sea de paso, de festividades y de repetir como un papagayo lo de felices fiestas… Y encuentro una donde recojo una respuesta del Defensor del Pueblo Andaluz, durante una entrevista que le hicieron meses atrás. Decía Chamizo que los políticos son muy aburridos. Deberían decir cosas con más gracia, y no tener tanta crueldad lingüística. Son todos unos aburridos. No tengo un aburrido preferido. Sé que la situación no está para risas, pero la sobrellevaríamos con más estilo. De los políticos, según él, era simpático el de la mochila, José Antonio Labordeta. Leyendo lo que en su momento dijo José Chamizo, caigo en la cuenta de que aún no he vuelto a leer el libro escrito por el genial aragonés. Y fiel a mi costumbre de leer los libros dos o tres veces, busco en los anaqueles de mi modesta biblioteca “Memorias de un beduino en el Congreso de los Diputados”. Ni que decir tiene que volví a disfrutar con su lectura. Es mi pequeño homenaje a un gran hombre. Quien nos dejó en septiembre del 2010.

Martes. 27


Se sigue manteniendo en todos los mentideros que, si no ocurre un movimiento extraño, Francisco Antonio González se convertirá en Delegado del Gobierno. También se recuerda la gran amistad que se ha forjado entre Pacoantonio y Francisco Márquez. Ambos parecen formar una extraordinaria pareja de hecho político. Por lo cual no es nada extraño verlos ora paseando; ora dialogando en restaurante adecuado; ora charlando de sus cosas en sitio apropiado, etc. Lo cual viene a demostrar que hay personas que tardan nada y menos en consolidar unas relaciones amistosas, con visos de ser fuertes y duraderas. Pero volvamos al quid del asunto. El quid es que ha caído muy bien en la ciudad el posible nombramiento de González Pérez como Delegado del Gobierno. Algo que puede estar confirmado ya cuando esta página vea la luz. Ahora bien, una pregunta flota en el aire: ¿será contraproducente que dicho cargo lo asuma una persona que lleva casi toda su vida viviendo en esta tierra? En principio, no hay por qué pensar negativamente. Pero tendrá que ser González Pérez quien se encargue con sus actuaciones de no dar pábulo a comentarios desafortunados.

Miércoles. 28

Por cierto, hablando de la Delegación del Gobierno no puedo por menos que acordarme, una vez más, de José Fernández Chacón. A quien sería conveniente que en la hora de su adiós lo despidieran sus amigos como merece. Y es que no me cansaré de escribir que su paso por esta ciudad será recordado con satisfacción. Incluso se le pueden perdonar ciertas debilidades de última hora. Ateniéndonos a esa muletilla de que nadie es perfecto. Incluso, porque aprecio a Fernández Chacón, creo que tampoco debiera tenérsele en cuenta que en el tramo final de su estancia aquí, le diera por alternar con cualquiera. Máxime cuando ha demostrado con creces el enorme interés que ha puesto siempre a favor de una tierra de la que se va llevándose un afecto casi generalizado. Su vida, a partir de ahora, transcurrirá muy cerca de Ceuta. Pues será en Cádiz donde resida; sitio inmejorable para continuar disfrutando de su amistad. Cuando la ocasión lo requiera.

Jueves. 29


Confieso que yo nunca había estado en el ‘Restaurante El Lucas’. El motivo no lo sé. Hasta que un día Enrique Ávila Pérez, secretario de la UNED de Ceuta, me invitó a comer en dicho lugar. Y salí de allí convencido de que merecía la pena volver a un establecimiento donde sus productos son espléndidos y el servicio que prestan sus empleados, sin ningún tipo de alharacas, es inmejorable. De modo que he repetido en cuanto la ocasión se me ha presentado. Y he vuelto a comprobar lo bien que dirige el negocio su propietario: Pedro García Sierra. Y dado que uno tiene la manía de hacerle publicidad gratuita a cuantos negocios son merecedores de ella, aquí estoy infrigiendo las normas del medio. En fin, que sí, que comer en ‘Restaurante El Lucas’ significa degustar ambrosía.

Viernes. 30


Emilio Lamorena lleva ya muchos años que nunca se olvida de felicitarme las fiestas. Así que lo ha vuelto a hacer esta noche de viernes. Desde la península. Donde lleva dos semanas a la vera de su hija. Mi amistad con Emilio data de antiguo. Creo que se han cumplido casi treinta años de ese primer día en el cual nos presentaron en El Puerto de Santa María. Ocurrió en El Puerto Bahía: hotel que está situado en la playa de Valdelagrana. Era una época en la que Lamorena se bebía los vientos por el primer equipo de la ciudad. E iba a ver jugar a la Agrupación Deportiva Ceuta a cualquier sitio que se encartara. Hoy, durante una larga parrafada mantenida a través del teléfono, hemos recordado que durante tanto tiempo frecuentándonos hubo motivos suficientes para la discordia. No obstante, jamás los desacuerdos fueron capaces de impedir que siguiéramos dispuestos a seguir profesándonos un aprecio que fue aumentando con el paso de los años. Y, aprovechando la ocasión, hoy no hemos tenido inconveniente en hacerle un monumento a la cháchara.

Sábado. 31

Decido salir a dar una vuelta por el centro de la ciudad. Son las dos de la tarde y reina un magnífico ambiente en los bares de la calle Jáudenes. Se me presenta la oportunidad de darle un abrazo a Ramón Ruiz y de pegar la hebra con él durante unos minutos. Ramón, como siempre, se muestra afectuoso conmigo. Nos decimos adiós y a mí se me ocurre acercarme al Tryp a fin de informarme de algo que me interesa. Y, en un momento de la conversación con el maître del hotel, éste me pone al tanto de que la noche anterior hubo una cena en la que Antonio Cruces hizo de anfitrión. La cena fue de cincuenta comensales. Pertenecientes a Cristalería Cruces. Y fui enterado de que la actuación del empresario, durante la cena, fue extraordinaria en todos los aspectos. Y, claro, a mí me agradó sobremanera saber que Antonio Cruces sigue estando en postura. Y es que en tiempos de crisis, si los empresarios se ven obligados a no ser muy generosos..., al menos han de ser amables con sus empleados. Es una ley no escrita, pero que sigue teniendo vigencia.
 

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