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					LUNES 26.  
					 
					Escudriño mi blog de notas, a mediodía, harto, dicho sea de 
					paso, de festividades y de repetir como un papagayo lo de 
					felices fiestas… Y encuentro una donde recojo una respuesta 
					del Defensor del Pueblo Andaluz, durante una entrevista que 
					le hicieron meses atrás. Decía Chamizo que los políticos son 
					muy aburridos. Deberían decir cosas con más gracia, y no 
					tener tanta crueldad lingüística. Son todos unos aburridos. 
					No tengo un aburrido preferido. Sé que la situación no está 
					para risas, pero la sobrellevaríamos con más estilo. De los 
					políticos, según él, era simpático el de la mochila, José 
					Antonio Labordeta. Leyendo lo que en su momento dijo 
					José Chamizo, caigo en la cuenta de que aún no he vuelto a 
					leer el libro escrito por el genial aragonés. Y fiel a mi 
					costumbre de leer los libros dos o tres veces, busco en los 
					anaqueles de mi modesta biblioteca “Memorias de un beduino 
					en el Congreso de los Diputados”. Ni que decir tiene que 
					volví a disfrutar con su lectura. Es mi pequeño homenaje a 
					un gran hombre. Quien nos dejó en septiembre del 2010. 
					 
					Martes. 27 
					 
					Se sigue manteniendo en todos los mentideros que, si no 
					ocurre un movimiento extraño, Francisco Antonio González 
					se convertirá en Delegado del Gobierno. También se recuerda 
					la gran amistad que se ha forjado entre Pacoantonio y 
					Francisco Márquez. Ambos parecen formar una 
					extraordinaria pareja de hecho político. Por lo cual no es 
					nada extraño verlos ora paseando; ora dialogando en 
					restaurante adecuado; ora charlando de sus cosas en sitio 
					apropiado, etc. Lo cual viene a demostrar que hay personas 
					que tardan nada y menos en consolidar unas relaciones 
					amistosas, con visos de ser fuertes y duraderas. Pero 
					volvamos al quid del asunto. El quid es que ha caído muy 
					bien en la ciudad el posible nombramiento de González Pérez 
					como Delegado del Gobierno. Algo que puede estar confirmado 
					ya cuando esta página vea la luz. Ahora bien, una pregunta 
					flota en el aire: ¿será contraproducente que dicho cargo lo 
					asuma una persona que lleva casi toda su vida viviendo en 
					esta tierra? En principio, no hay por qué pensar 
					negativamente. Pero tendrá que ser González Pérez quien se 
					encargue con sus actuaciones de no dar pábulo a comentarios 
					desafortunados.  
					 
					Miércoles. 28 
					 
					Por cierto, hablando de la Delegación del Gobierno no puedo 
					por menos que acordarme, una vez más, de José Fernández 
					Chacón. A quien sería conveniente que en la hora de su 
					adiós lo despidieran sus amigos como merece. Y es que no me 
					cansaré de escribir que su paso por esta ciudad será 
					recordado con satisfacción. Incluso se le pueden perdonar 
					ciertas debilidades de última hora. Ateniéndonos a esa 
					muletilla de que nadie es perfecto. Incluso, porque aprecio 
					a Fernández Chacón, creo que tampoco debiera tenérsele en 
					cuenta que en el tramo final de su estancia aquí, le diera 
					por alternar con cualquiera. Máxime cuando ha demostrado con 
					creces el enorme interés que ha puesto siempre a favor de 
					una tierra de la que se va llevándose un afecto casi 
					generalizado. Su vida, a partir de ahora, transcurrirá muy 
					cerca de Ceuta. Pues será en Cádiz donde resida; sitio 
					inmejorable para continuar disfrutando de su amistad. Cuando 
					la ocasión lo requiera. 
					 
					Jueves. 29 
					 
					Confieso que yo nunca había estado en el ‘Restaurante El 
					Lucas’. El motivo no lo sé. Hasta que un día Enrique 
					Ávila Pérez, secretario de la UNED de Ceuta, me invitó a 
					comer en dicho lugar. Y salí de allí convencido de que 
					merecía la pena volver a un establecimiento donde sus 
					productos son espléndidos y el servicio que prestan sus 
					empleados, sin ningún tipo de alharacas, es inmejorable. De 
					modo que he repetido en cuanto la ocasión se me ha 
					presentado. Y he vuelto a comprobar lo bien que dirige el 
					negocio su propietario: Pedro García Sierra. Y dado 
					que uno tiene la manía de hacerle publicidad gratuita a 
					cuantos negocios son merecedores de ella, aquí estoy 
					infrigiendo las normas del medio. En fin, que sí, que comer 
					en ‘Restaurante El Lucas’ significa degustar ambrosía.  
					 
					Viernes. 30 
					 
					Emilio Lamorena lleva ya muchos años que nunca se 
					olvida de felicitarme las fiestas. Así que lo ha vuelto a 
					hacer esta noche de viernes. Desde la península. Donde lleva 
					dos semanas a la vera de su hija. Mi amistad con Emilio data 
					de antiguo. Creo que se han cumplido casi treinta años de 
					ese primer día en el cual nos presentaron en El Puerto de 
					Santa María. Ocurrió en El Puerto Bahía: hotel que está 
					situado en la playa de Valdelagrana. Era una época en la que 
					Lamorena se bebía los vientos por el primer equipo de la 
					ciudad. E iba a ver jugar a la Agrupación Deportiva Ceuta a 
					cualquier sitio que se encartara. Hoy, durante una larga 
					parrafada mantenida a través del teléfono, hemos recordado 
					que durante tanto tiempo frecuentándonos hubo motivos 
					suficientes para la discordia. No obstante, jamás los 
					desacuerdos fueron capaces de impedir que siguiéramos 
					dispuestos a seguir profesándonos un aprecio que fue 
					aumentando con el paso de los años. Y, aprovechando la 
					ocasión, hoy no hemos tenido inconveniente en hacerle un 
					monumento a la cháchara.  
					 
					Sábado. 31 
					 
					Decido salir a dar una vuelta por el centro de la ciudad. 
					Son las dos de la tarde y reina un magnífico ambiente en los 
					bares de la calle Jáudenes. Se me presenta la oportunidad de 
					darle un abrazo a Ramón Ruiz y de pegar la hebra con 
					él durante unos minutos. Ramón, como siempre, se muestra 
					afectuoso conmigo. Nos decimos adiós y a mí se me ocurre 
					acercarme al Tryp a fin de informarme de algo que me 
					interesa. Y, en un momento de la conversación con el maître 
					del hotel, éste me pone al tanto de que la noche anterior 
					hubo una cena en la que Antonio Cruces hizo de 
					anfitrión. La cena fue de cincuenta comensales. 
					Pertenecientes a Cristalería Cruces. Y fui enterado de que 
					la actuación del empresario, durante la cena, fue 
					extraordinaria en todos los aspectos. Y, claro, a mí me 
					agradó sobremanera saber que Antonio Cruces sigue estando en 
					postura. Y es que en tiempos de crisis, si los empresarios 
					se ven obligados a no ser muy generosos..., al menos han de 
					ser amables con sus empleados. Es una ley no escrita, pero 
					que sigue teniendo vigencia. 
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