Algunas personas poseen valores, otras tienen precio

Con treinta y dos años de ejercicio activo del Derecho Penal, diez de ellos colaborando como analista jurídica con el Plan Nacional sobre la Droga primero bajo la dirección de Pedro Díaz Pintado y posteriormente de Gabriel Fuentes, dos auténticos cerebros con una impresionante formación intelectual en temas geopolíticos y estrategias operativas, cuando trato de realizar un análisis absolutamente aséptico sobre cómo y de qué manera puedo definir la trayectoria de un determinado mando policial, acostumbro a opinar con cierta coherencia y algún conocimiento del asunto. Más que nada porque más sabe el diablo por viejo que por diablo y la experiencia, se quiera o no se quiera, es un grado.

Aún antes de vivir en Ceuta y por haber colaborado desde el año 2006 con este diario, he venido siguiendo con auténtico interés la actualidad de esta ciudad y dentro de ella los temas judiciales y policiales. ¿Sabían ustedes por ejemplo que las sentencias de Tesón en sus magistrales nulidades de las escuchas alcanzaron categoría de best-seller a nivel nacional entre los letrados? ¿Sabían que a nivel nacional siempre se ha hablado con especial admiración de dos Jefes Superiores por las dificultades de sus destinos? Esos fueron el Jefe Tino Villabona un portento destinado en Melilla y según palabras de entonces de los propios melillenses “lo mejor que nos ha pasado en años” y el Jefe José Luis Torres de Ceuta. Nada les voy a revelar que no sepan cuando afirmo que a Ceuta y a Melilla siempre destinan a quienes consideran en el Ministerio del Interior “primeras espadas” por el delicado equilibrio que hay que mantener en ambas ciudades y porque me consta que muchas veces hay que tratar de ser operativos, eficaces y obtener resultados “a pesar de” los políticos.

¿Y qué suelen hacer los políticos cuando los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han de tener que atenerse estrictamente a sus criterios, en lugar de hacerlo a las pautas que les marca su profesionalidad policial y su personal experiencia? Pues depende del político y depende del Gobierno al que represente y depende de los intereses de ese Gobierno o de “alguien” de entre ellos y depende de si el mandamás es medroso o lanzado, tiene formación jurídica o no la tiene y es maricomplejines o es Mariquilla Cojones. Pero lo que resulta mezquino, ruin y no es de recibo es que las fuerzas policiales se vean privadas de actuar en libertad y cumplir rigurosamente con su deber que es el de perseguir a los criminales y proteger a los honrados, por motivos de “conveniencia política” porque con esos “motivos” la ciudadanía se limpia el trasero y luego tira de la cadena.

¿Y quien recibe el chaparrón de las críticas ciudadanas cuando no se alcanza los grados de eficacia y contundencia exigibles? Pues la propia policía a la que, a veces, se ha atacado con especial dureza porque “no hay detenciones” a lo largo de determinadas actuaciones. ¿Actuaciones? ¿Es que les estaban permitiendo actuar como Dios manda o todo era puro show y contención?. Yo fui testigo y en toda España lo he contado de cómo el Día de Ceuta a las 10 de la noche en el Revellín un grupo de energúmenos increpaba, insultaba y acometía a la Policía ¡Y detuvieron a uno! ¡A uno! y sé de buena tinta que el encargado policial del tema cuando se apareció en la comisaría con el “uno” que había atacado y tratado de estrangular agarrando por el cuello al agente entre insultos y amenazas, el tipo que estaba allí consideró que “no era para tanto” ¿Que no era para tanto un atentado, resistencia y amenazas a agentes de la autoridad? ¿Pero en qué puto país vivimos? En el país en el que el resto de los energúmenos se marcharon cuando les dio la gana amenazando a los agentes que miraban al suelo sin hacer caso de mis airadas protestas. ¡Que yo he visto a muchachos de mi barrio pasar la setenta y dos horas contando los barrotes por una simple discusión de tráfico!.

Y “eso” no es cosa de la Policía, ni sale de ellos, eso viene de “más arriba”, de políticos. O venía porque el mamonéo se va a acabar con el cambio, o eso espero. Cambia el Gobierno, cambia el Ministro del Interior, cambia el Delegado de Gobierno y comentan que van a cambiar fiscales y buena falta que hace. Lógico el que ahora el Delegado en acción tenga que ir a “la cumbre” con la Judicatura ya que para que la labor policial tenga resultados los jueces han de facilitar los medios, por tema de garantías y no conculcar derechos constitucionales y tal. Aunque el cambio se palpa con claridad a nivel Fiscalía, ¡Ay la de trabajito que le queda por hacer al nuevo Fiscal Jefe! ¡Ay ese Ministerio del Interior la de mierda que va a tener que remover si tienen sentido de la decencia!. Pero para eso está el cambio.

Y hablando de cambio sé de buena tinta que se facilitó en su momento por parte policial un pormenorizado, exhaustivo y espectacular estudio técnico acerca del emplazamiento de cámaras de vigilancia en determinados puntos de Ceuta para facilitar la labor policial, el trabajo estaba hecho y fue presentado y quien no tenía que pasar, pasó. ¿Y cuantos operativos no habrán fracasado por falta de apoyo de quien o quienes tenían que apoyar? Bendito sea el cambio si permite que nuestros profesionales de la Policía puedan actuar con eficacia.

Hay un anhelo por ver actuar en coordinación al Delegado Paco Antonio y al Jefe José Luis Torres. Año Nuevo y nuevos horizontes, eso es evidente y ahora nos tienen que demostrar que no se miente al decir que ambos poseen valores y que no tienen precio.