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					La Casa de Ceuta en Barcelona tiene una larga tradición 
					formando chirigotas que llevan la alegría de la huerta 
					caballa por todas partes. 
					 
					La chirigota de la Casa la ha estado dirigiendo un hombre 
					con amplios conocimientos estructurales sobre las 
					chirigotas, coplillas recitativas y monologas que poseen 
					unas formas musicales muy simples procedentes del pasodoble, 
					la rumba, la sevillana, el tanguillo, la seguidilla, la 
					jota, etc., cuyo objetivo principal es hacer reír al público 
					a través de críticas satírico-humoristas. 
					 
					Un hombre campechano, abierto totalmente a todo el mundo, de 
					fuerte presencia simpática y exigente en su campo. 
					 
					Director de varias actuaciones exitosas de la chirigota 
					catalana-ceutí, era muy conocido en todas partes. 
					 
					Os estoy mencionando a Enrique Mera González “El Kike”, 
					gaditano, de la misma Cádiz.. 
					 
					Se vino un día con su familia, desde muy joven, a Barcelona 
					en busca de amplios horizontes. 
					 
					Con el tiempo conoció a caballas y se hizo socio de la Casa 
					de Ceuta con el número 868. 
					 
					Colaboró en diversas actividades hasta que el 1999 se hizo 
					con la dirección de la Chirigota de la Casa, debutando con 
					la puesta en escena de “Los pensionist5as del Siglo XX”. 
					 
					Desde entonces ha venido desarrollando numerosas chirigotas, 
					todas bajo su dirección y siendo, al mismo tiempo, autor de 
					varios de sus libretos. 
					 
					Hizo una primera visita a nuestra ciudad, Ceuta, y desde ese 
					momento se prendó totalmente de ella, enamorándose 
					totalmente de la Perla del Mediterráneo. 
					 
					Este hombre, Kike, de 68 años, que empezó y terminó como 
					trabajador del Puerto de Barcelona, falleció ayer día 27, 
					dejando huérfana a su querida Chirigota. 
					 
					Desde aquí rendimos con honor la despedida de este hombre 
					singular al mismo tiempo que ofrecemos a sus familiares 
					nuestras condolencias. 
					 
					Que descanse en paz, amigo Kike, y que dirijas allá donde 
					estés unas nuevas chirigotas para alegría de los habitantes 
					del firmamento celeste. 
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