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OPINIÓN - DOMINGO, 15 DE ENERO DE 2012

 

OPINIÓN / SNIPER

Mariano y los tres errores de Marruecos
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Permítame el presidente de España y “primo hermano”, lo escribo en mi calidad de asturiano, obviar su apellido en el titular pero verán que sonaba un tanto cacofónico. Dicho esto vamos indo con el contenido, pues ningún país está exento de meter la pata pero al entender de este escribano del “limes”, nuestros amigos y vecinos marroquíes estarían actualmente inmersos en una triple dinámica de errores que el señor Rajoy debería calibrar. El primero y en cuanto a nuestras complejas relaciones bilaterales, considerar que tras la bochornosa presidencia de Rodríguez Zapatero y el estallido de la crisis económica España estaría de capa caída, cierto es, pero no tanto como para digerir cualquier “trágala”. Es decir, si Rabat considera que España está en una situación tan débil como para poder seguir imponiendo las tesis a las que se ha acostumbrado estos años, Rabat se equivoca. Y eso Mariano, con todo el cariño y aprecio del mundo, debería dejarlo el miércoles muy claro.

El segundo error a mi modesto entender lo estaría cometiendo el joven soberano Mohamed VI, habiendo perdido una oportunidad histórica para soltar lastre. La Monarquía en sí no está en absoluto cuestionada y menos su figura, por lo que no se entiende que haya reforzado un “gobierno bis” con “ministros paralelos” a su lado, a la vez que trufaba al gobierno Benkirán con ministros “de soberanía” y ministros “delegados”, reforzando con ello el tradicional carácter antidemocrático del régimen cuya esencia sigue siendo sin duda autoritaria y paralizando las reformas en curso. La reciente revuelta de Taza es un síntoma, el Rif aguanta no sé hasta cuándo y las buenas gentes del Atlas lloran su frío y desamparo, de momento en silencio. Si este mes no llueve con ganas, la tremenda sequía en ciernes puede agostar más de una ilusión. El 19 y 20 hay huelga general y la “Primavera árabe” volverá a brotar con bríos renovados. Ya no basta con reformar aquello que nunca se quiere cambiar. El pueblo marroquí, paciente, está a la espera de cambios auténticos y no meramente cosméticos, los mágicos tiempos de “prestidigitador” han acabado. Y Mohamed VI, pese a sus buenas intenciones, no acaba de parecer tenerlo claro o quizás no le ayudan a verlo…

El tercer y último error sería del PJD, los islamistas parlamentarios del Partido de la Justicia y el Desarrollo ganadores por goleada en las elecciones del 25 de noviembre y en cuyas manos, aparentemente, estaría el gobierno marroquí encabezado por Abdelilah Benkirán. Embutido entre el “gobierno paralelo” de Palacio y puenteado por los “ministros delegados”… de Palacio, amén de la tacada de ministros “de soberanía”… ¿cuál va a ser su margen de maniobra?. Tal y como están discurriendo las cosas, a mi entender escaso. La última y estelar actuación el pasado 11 en Madrid del ministro delegado de Exteriores, Yusef Amrani, además de bochornosa para el titular oficial de la cartera que ha sido puenteado, resulta ser una maniobra de Palacio de manual. Y a continuar. Es decir, el PJD al asumir el gobierno en estas condiciones podría haber cometido un grave error estratégico (que ya lo ha intuido y sacado a relucir la “yamaâ” alegal de Justicia y Espiritualidad), quemándose en vano y cercenando su futuro. Benkirán bien haría en mirarse en el espejo de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) de Yusufi, actualmente laminados después de haber sido utilizados sin pudor por Hassan II en 1998, cuando ellos pensaban ingenuamente que estaban sacrificándose por los supremos intereses de la Nación facilitando una suerte de “Transición” (que no existe). El Reino de Marruecos, más un cortijo que un país, no entiende de ello y Benkirán habría cedido demasiado de entrada para no generar una profunda crisis política, logrando solo con ello el mantenimiento del “statu quo” y poniendo en apuros para el futuro su credibilidad política y la del mismo PJD. Visto.
 

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