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OPINIÓN - MARTES, 24 DE ENERO DE 2012

 
OPINIÓN / ANALISIS

Las obsesiones de Juan Luis Aróstegui

Por Nuria de Madariaga


Con encajar un par de las interpelaciones realizadas en el Pleno de ayer por Coalición Caballas es más que suficiente cómo para resultar ahítos de “maquinaciones-conspiraciones-corrupciones”.

Aunque se anunciaba borrasca con las fulminaciones de Caballas contra los 300.000 euros para el plan de saneamiento de la AD Ceuta, Aróstegui adoptó una actitud raramente sosegada e incluso llegó a afirmar que Caballas nunca ha estado en contra de las subvenciones a equipos de categoría nacional. ¡Ver para creer! De cualquier forma, lo que si mostró Aróstegui fue el mismo desconocimiento de siempre respecto al primer equipo de la ciudad. Un desconocimiento sonrojante unido a una mala intención más que dañina. Todo absolutamente conspirativo para Aróstegui que tiene una espina clava en sálvense las partes con la existencia del club de fútbol y no ve la manera de perjudicarle.

Algo bastante obsesivo, al igual que su repentino interés por la adjudicación del canal de televisión que fuera adjudicado provisionalmente a El Bornal que finalmente y por las grandes dificultades que conlleva el laborioso procedimiento administrativo y el continuo cambio de la normativa, acabó por retirarse y solicitar la devolución de la fianza depositada.

Por lo apasionado de su tono se diría que es su propia Coalición la que aspira a hacerse en concurso con ese canal, o la quieren ellos o defienden intereses de terceros algo que se puso de manifiesto cuando invocó la necesidad de que exista una televisión con “pluralidad informativa”, es decir, a la que ellos puedan tener libre e ilimitado acceso para difundir sus doctrinas. Como si ya no existieran en Ceuta bastantes medios de comunicación, por lo que los ciudadanos estamos sobresaturados de información interesante por lo que pasamos de “información interesada”.

Cierto es que el tema de los dos canales viene arrastrando desde el año 2008 pero también aparecen en el expediente todos los pasos realizados por el Gobierno y el número de vicisitudes por las que ha pasado el asunto. ¿Y cual es la interpretación de Aróstegui en su afán de que quede por ahí un canal susceptible de ser sacado a concurso? Pues hablar de “expediente irregular”, de “decisiones de dudosa legalidad”, de “verdades a medias” y “tejemanejes”, calificando al Consejero Márquez de “incompetente o interesado” dentro de su habitual línea dialéctica que ya resulta bastante repetitiva y monótona ya que carece de variedad en sus imputaciones.

¿Una alusión pretendidamente maliciosa? Que la empresa adjudicataria provisional El Bornal vino de la mano de Gordillo y que “muerto el perro se acabó la rabia”. ¿Se creerá muy sagaz e hiriente con tales afirmaciones? Pues más bien poco, por más que aluda a la “Ceremonia de la corrupción” a modo de frase final definitoria de cualquier asunto.

Esto es, según su visión conspiranoica un “Who is Who” de las corruptelas. De ahí la respuesta de Francisco Márquez, agobiado por tantos malos pensamientos que vino a encuadrar al de Caballas dentro de los seguidores de la “Teoría de la Conspiración” que son unos individuos rarísimos que tienen cómo libro de cabecera “Los Protocolos de los Sabios de Sión” que, por cierto no fue escrito por ningún sabio sino amañado por encargo por un escritor majareta por encargo de los rusos con mucho cementerio judío de Praga de por medio y una gran capacidad a la hora de inventar chaladuras.

¿Y qué puede hacer Márquez para que el mundo intelectual de Aróstegui no transcurra bajo la sombra del hecho de sospechar siempre de todo y de todos? Estrictamente nada. Mejor dejarle estar y no pensar que cuando incide, señala y acomete sobre un asunto es porque “es como es y le da por ahí”, sino que más de una vez y más de veintiuna, late un trasfondo bastante interesado a favor de según quien o según qué. Eso dicen, cuentan y murmuran en una ciudad como es Ceuta donde todos se conocen y todo se sabe y donde cualquier reunión suele contar con multitud de ojos avizores capaces de correr para dar cuenta.

¿Es Márquez incompetente o interesado? ¿Superará Aróstegui el agobio de ver conspiraciones por doquier? Allá él, pero para “eso” hay tratamientos.
 

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