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					Melilla, ciudad de contrastes, tiene actualmente un grave 
					problema con más de la mitad de sus jóvenes en paro, aunque 
					también cuenta con nativos que triunfan más allá de nuestras 
					fronteras sin que su juventud haya supuesto un impedimento o 
					dificultad añadida. Nuria Birbe es una muestra en sí misma 
					de que el talento, el esfuerzo y las ganas de comerse el 
					mundo son llaves maestras que abren muchas puertas. Esta 
					joven melillense trabaja desde 2005 en Novartis, la tercera 
					multinacional farmacéutica más importante del mundo, un 
					trabajo que le ha permitido recorrer en apenas seis años 
					cerca de 30 países. Este espíritu viajero le ha permitido 
					conocer otras culturas, nuevas formas de ver la vida y sumar 
					amigos de mil y una procedencias. 
					 
					Voltarén, Sintrom, Termalgin... Son medicamentos que todos 
					conocemos, las estrellas de la multinacional farmacéutica 
					Novartis, empresa en la que trabaja desde hace seis años la 
					melillense Nuria Birbe. Su trabajo de informatización de las 
					plantas productoras que este gigante de la Medicina tiene 
					repartidas por los cinco continentes le han permitido 
					recorrer mucho mundo pese a su juventud, unas veces por 
					trabajo y otras para alimentar su inagotable espíritu 
					viajero. 
					 
					Singapur es el destino que hasta ahora más le ha llenado en 
					lo personal y profesional. Allí ha estado su puesto de 
					trabajo hasta hace apenas dos meses, cuando tuvo que 
					trasladarse a la sede central de Novartis, en Basilea 
					(Suiza), para liderar el proyecto de implantación de una 
					nueva sede en Singapur. 
					 
					Al hablar de este país asiático se le ilumina la cara y 
					rememora momentos vividos allí con mirada nostálgica. En 
					realidad, echa de menos no sólo a los amigos y compañeros 
					que allí encontró, sino también la forma tranquila que 
					tienen de vivir la vida. Lo ha descubierto al aterrizar de 
					nuevo en Europa, donde ya casi ni recordaba la cultura 
					basada en el liderazgo y los debates que impera en esta 
					parte occidental del Globo. “Antes era muy parlanchina y me 
					encantaba discutir por discutir como se hace en Europa, pero 
					ahora que vengo de Singapur escucho más y en las reuniones 
					no hablo hasta que lo que pueda aportar sea más interesante 
					que lo que se haya dicho ya”. 
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