PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - VIERNES, 27 DE ENERO DE 2012

 
OPINIÓN / ANALISIS

¿Prevenir o disuadir? Ambas cosas

Por Nuria de Madariaga


Una cosa es preocuparse ante una acción delictiva y otra dramatizar en plan napolitano, es decir, “crear la tragedia para vivirla”. Existen delitos de especial gravedad capaces de generar una innegable alarma social como pueden ser los homicidios, las violaciones o los robos con extrema violencia. Pero hay otros hechos delictivos de mediana intensidad que pueden prevenirse “empleando los medios” como suele decirse y “con mayor presencia policial”, es decir, un coche patrulla por calle poco más o menos, a decir de algunos. Pero en el mundo real “donde menos se espera salta la liebre” y por muchas medidas de control que existan nadie puede evitar que dos tipos se enzarcen en una pelea y acaben lesionados, o que otro aproveche la aglomeración ante un puesto del mercado para robarle el monedero a un ama de casa, o que un imprudente se exceda en velocidad y atropelle a un peatón. La vigilancia es fundamental. Pero los hechos del día de ayer en el Príncipe donde en una riña se acabó a balinazos y resultó herida una vecina son delictivos pero tan sólo podrían evitarse con un policía por portal o con unas leyes tan extremadamente duras que resulten disuasorias.

Respóndanme sobre si a alguno de quienes son capaces de delinquir en Ceuta tendrían los cojones de perpetrar idéntico delito en Marruecos, me responderán que “jamás de los jamases” porque las estrictas leyes marroquíes son de por sí capaces de amedrentar por anticipado a quienes tengan la intención de cometer cualquier crimen, la razón es que saben muy bien lo que les espera.

En cualquier sociedad siempre existirán ladrones y estafadores, psicópatas con instintos sanguinarios y atracadores, pederastas y violadores. Luego el hecho de que lleven o no lleven a cabo sus tendencias depende y mucho de la dureza de las leyes. Si la policía detiene a un tipo que cuenta con unos centenares de antecedentes y este queda en libertad el problema no es de la falta de vigilancia sino de la laxitud de las leyes. Si una Ley del Menor perversa y necia deja en libertad a auténticos criminales y da sensación de impunidad a indeseables la culpa no es de los delincuentes, que van a lo suyo, sino de un sistema que se muestra incapaz de acojonar a esos delincuentes. ¿Por qué creen que durante años nuestro país ha sido Eldorado de las mafias del Este y las bandas han venido de forma abrumadora? Porque en sus países el robo de una gallina es paliza y cárcel y aquí la policía ha de ser garantista y muy respetuosa y las leyes son blandas con los malos y crueles con el resto.

Eficacia policial y presencia policial, pero con leyes que les respalden sin resquicios y políticos que no enreden por conveniencia entrometiéndose en las acciones policial y judicial. Siempre existirán delincuentes, el tema es que tengan o no tengan miedo a delinquir. Siempre existirán psicópatas, el tema es que tengan la certeza de que acabarán de por vida en un psiquiátrico penitenciario.

Por mucha policía que exista y por más que la ciudadanía colabore denunciando anónimamente o de manera pública, siempre podrá producirse un crimen de forma esporádica. No existe ni una sociedad perfecta ni vivimos bajo las cámaras del Gran Hermano todos controlados las 24 horas del día.

¿Prevenir o disuadir? Ambas cosas, para prevenir la policía y la colaboración de los ciudadanos y para disuadir las leyes penales, un formidable conjunto que nos hará vivir con mayor seguridad.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto