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                     A lo largo de mis ya bastantes 
					años, pasé del medio siglo hace tiempo, he visto cientos de 
					arbitrajes de todo tipo y de todos los pelajes, pero jamás 
					había visto un árbitro tan “perro” y tan malo como Teixeira 
					Vitienes, el pasado miércoles, pitando el Barcelona-Madrid. 
					 
					Viéndolo por la televisión, sólo tenía la disculpa, a todo 
					lo que estaba haciendo tan mal, de un par de “chuflas” que 
					en Canal + retransmitían el encuentro. 
					 
					Ese par de chuflas, especialmente el inglés de habla gangosa 
					y patatera, le disculparon de casi todo y de no ser porque 
					uno, también, ve y además oye otros comentarios, nos 
					hubiéramos quedado en algo pasajero, de haber seguido, 
					únicamente, esas opiniones. 
					 
					El asturiano Teixeira Vitienes es un mal árbitro y si me 
					apuran un poco, pitó así de mal y de parcialmente, de una 
					manera intencionada, con la poca vergüenza que solo los 
					desahogados lo saben hacer. 
					 
					Es de suponer que desde el Madrid pedirán a todos los cielos 
					que ese geta no se les vuelva a cruzar en el camino, porque 
					geta la tuvo y mala intención también, mirando siempre a 
					favor de los de allí arriba, a esos que hablan de su 
					“pequeño país”, otros desahogados. 
					 
					Un ex colegiado y ahora comentarista arbitral, en el 
					periódico Marca, Rafa Guerrero, aquel de “penalti y 
					expulsión”, cuando la famosa frase de “Rafa no me jodas”, 
					titulaba así la actuación del geta Teixeira:” Simplemente 
					horroroso”. 
					 
					Más no se podía decir, en menos palabras y consideraba que 
					“el colegiado no tuvo su noche”. 
					 
					El ex colegiado, al analizar la labor de Teixeira Vitienes 
					dejaba de lado los penaltis no señalados, las expulsiones no 
					marcadas y se quedaba con lo menos malo, una tarjeta al meta 
					madridista Casillas cuando lo único que hizo el guardameta 
					es ir a echarle una mano, una vez que le tenían acorralado 
					al árbitro los catalanes. 
					 
					Repito, más malo que la carne pescuezo y con toda la 
					precaución para quedar bien con los catalanes, no expulsó a 
					Messi, que lo mereció, ni a Lass que también tenía que haber 
					salido antes de tiempo. Un desastre, y en todo ese tinglado 
					el que, al final, lo pagó fue Sergio Ramos, al que expulsó 
					injustamente. 
					 
					Un partido bueno, buenísimo y un árbitro perruno, con un 
					colegiado que debiera ser sancionado a perpetuidad, al menos 
					ante el Madrid. 
					 
					Por no saber, no supo colocarse. Siempre mal situado. Su 
					personalidad fue nula y eso se veía cada vez que había un 
					problema, con una cara de “gilipollas” que asustaba, y para 
					rematar la faena sus jueces de banda iban por un lado y él 
					por otro. 
					 
					De todo lo escrito y lo dicho sobre este colegiado y su 
					actuación, me quedo con la opinión de otro ex árbitro, 
					alguien que fue un gran colegiado, Emilio Soriano Aladrén, 
					que decía:”Mateu, Muñiz y Teixeira son el exponente negativo 
					del arbitraje de hoy”. 
					 
					No se puede resumir mejor lo que fue Teixeira y lo que es 
					ahora mismo, el arbitraje en España, una merienda de negros, 
					con colores azulgranas. 
					 
					Y esto sucede ahora, cuando cobran unos emolumentos muy 
					superiores a los que pueden cobrar incluso directores de 
					grandes empresas o de sucursales bancarias. Atrás quedó eso 
					de “el árbitro es el pariente pobre de la familia millonaria 
					del fútbol”. 
					 
					Ahora cobran para hacer una buena labor, pero son tan malos 
					que ni siquiera esos emolumentos les hacen mejorar un poco, 
					no dan una a derechas. El Comité de Árbitros debería 
					mandarlo a meditar sobre su actuación, auténticamente 
					perruna. 
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