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OPINIÓN - SÁBADO, 4 DE FEBRERO DE 2012

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

Protección y servicio de recogida de animales

Por Alicia Butrón


No es la primera vez, ni por desgracia será la última, es algo a lo que ya me acostumbré aunque sigo sin entenderlo. Pero también digo a través de este escrito, que mientras esté en mi mano, no callaré barbaridades como esta. Hace unos meses, en este mismo diario, denuncié el mal funcionamiento de los funcionarios públicos con respecto a protección animal y servicio de recogida de animales y hoy estoy aquí para denunciar más de lo mismo haber si alguien lee mis palabras y le late algo bajo el pecho.

La noche del pasado Miércoles, en la Avenida Polígono Virgen de África, donde está el centro de la tercera edad, estaba yo como de costumbre dando un paseo a mi perrita. Noté que comenzó a tirar de mí hacia la carretera muy nerviosa, y allí estaba; un pobre gatito de apenas dos meses que había sido arrollado, bien por una imprudencia, o por un cabestro que hizo puntería con él. El caso es que allí estaba el animalito sin vida en un charco de sangre. Ni se molestaron en apartarlo de la calzada para que no lo arrollasen una y otra vez. ¿grotesco verdad? algunos piensan que si, otros que simplemente es un gato... y que hay muchos. Yo no podía dejarlo ahí, así que con mucho cuidado, lo aparté a un lado de la acera, detrás de un murito amarillo. Llamé al 112, indicándoles qué había pasado, y el lugar donde había depositado al gatito. Su respuesta fue clara y concisa; “ Llamaremos para que lo recojan.”

A la mañana siguiente, después de una noche lluviosa y con mucho frío, volví a la calle a darle el paseo matutino a mi perrita, cuando lo volví a ver allí, hinchadito y con los ojos abiertos, todo cubierto de agua y hojas que arrastró el viento. Volví a llamar y me dijeron que ya habían avisado que se pasarían a recogerlo. Lo mismo pasó a las 2 de la tarde, y nadie se preocupó. Tan solo unas vecinas, que le daban de comer, una de ellas al encontrarlo lloró; pobre gatito pero que te han echo.

Jueves noche, el gatito sigue ahí, cada vez hace más frío y el pobre está cada vez más rígido. Vuelvo a llamar al servicio de emergencias, informándoles que soy la estúpida que ha llamado 3 veces para que lo recojan, y tras una pausa me anuncian que ellos no pueden hacer nada más que ya han informado, y que ya lo recogerán. No sé que es peor, si el tono de indiferencia, o el pasotismo con respecto a este tipo de temas. ¿Que tengo que hacer? Cada vez que bajo lo encuentro y no puedo evitar sentirme impotente. ¿Tengo que cojerlo yo y enterrarlo? Pero para esto hay un servicio dedicado a hacer este tipo de cosas, y por lo visto pasan, porque hoy es Viernes, y el gatito sigue ahí. No soy capaz de verlo ni un día más en ese estado, y lo que más me duele es que haya gente que me llame loca por preocuparme por este tipo de cosas. Y no, no quiero que vengan y se lo lleven en un cubo de basuras como me insinuaron la última vez. Estoy harta de que cada vez que llame, solo sean evasivas y excusas sin sentido. Que por ser un animal, no se preocupen y lo dejen pudriéndose en una esquina. Señoras y señores lectores, les dejo una frase para que puedan reflexionar; “ Si los animales tuvieran religión, nosotros seríamos el diablo.”

Juzguen ustedes mismos, pienso hacer lo posible y denunciar mil veces para que este tipo de cosas no vuelvan a pasar.
 

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