PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 12 DE FEBRERO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

Una reforma laboral que nos acerca a Europa
 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

La reforma laboral recién presentada es fruto de muchas jornadas de estudio, nada de la clásica perogrullada hecha deprisa y corriendo al estilo ignorante del extinto ZP. Si se analiza el texto se constata que no existen recortes en los derechos de los trabajadores y que con las pymes y los emprendedores, auténtica urdimbre del empleo español, se echa toda la carne en el asador. Al motor de nuestra economía hay que echarle gasolina o no funciona y la flexibilización de la negociación colectiva agiliza sobremanera las relaciones laborales, al igual que los nuevos contratos que son más sencillos y los incentivos por la contratación de parados y de jóvenes.¿Una novedad ventajosa?

La creación de un contrato indefinido bonificado para pymes de hasta cincuenta trabajadores y la desaparición del “despido exprés”, normal que califiquen este decreto ley de medidas urgentes como “una auténtica revolución sin precedentes” y podría parecer “enjaretada” en un tiempo record de no tener la constancia de que se lleva largo tiempo haciendo fructificar este proyecto que nos acerca a Europa. No es Mariano Rajoy dado a improvisaciones ni a medidas amañadas para salir del paso, de ahí la astucia de otorgar a la reforma el rango de decreto-ley que se ha de convalidar en el pleno del Congreso, aunque el encuentro más relevante con los líderes empresariales y sindicales tendrá lugar mañana lunes. ¿Y de que se tratará en este conciliábulo? Antes que nada de los distintos tipos de contratación que podrán utilizar las empresas, de las nuevas bonificaciones y la nueva política de flexibilidad en el marco interno de las empresas y del despido que ha de ser siempre procedente con una indemnización de veinte días por año trabajado, con un topo de doce mensualidades y caso de ser dictaminado por un juez cómo “improcedente” la indemnización será de treinta y tres días por año trabajado y un máximo de veinticuatro mensualidades.

¿El aspecto más atractivo de la reforma? En opinión de muchos es que aparece el derecho a la formación del trabajador cómo algo básico y a tenor de este derecho el nuevo permiso retribuido obligatorio de veinte horas anuales para potenciar esa formación. Pero ¿Cumplirán los tiburones de las empresas que han estado chupándole la sangre a los mileuristas unas medidas tan novedosas y benéficas? Porque no hay que olvidar que junto a los 5,2 millones de parados existe una realidad paralela de trabajadores que, por las circunstancias del mercado laboral y la escasez de empleo, están dispuestos a someterse a las condiciones de trabajo más desastrosas y al cobro de salarios que en Europa suenan a broma de mal gusto. En España sufrimos la lacra del paro, pero también la silenciosa y solapada lacra de la explotación laboral por la política de “a río revuelto ganancia de pescadores”. ¿Qué es el mileurismo sino la nueva forma de explotación consagrada por la desastrosa economía socialista?.

Así la moderna y adelantada reforma aparece llena de buenas intenciones y será un balón de oxígeno para los empresarios honestos, gracias a la flexibilidad y a las bonificaciones, pero ¿Qué mecanismos van a utilizarse para estar seguros de su aplicación y puesta en funcionamiento? Dicen que “quien hizo la ley, hizo la trampa” y va a ser una doble tarea: cambiar leyes y cambiar mentalidades.

Y no se trata de dudar sobre que las medidas sean factibles, de hecho los ventajistas “indignados” ya han comenzado unas protestas y unas movilizaciones que se cortarían en seco si a cada uno de ellos se les ofreciera un contrato blindado de tres mil euros y un crédito para dar la entrada de un piso. En la “indignación” no existe doctrina política que valga más allá de que a cada uno de ellos se les solucione la vida y el pago de la hipoteca, pero cómo no es el caso, tendrán que armar un poco de barullo, molestar un mucho a los ciudadanos y apencar con el hecho de que Rubalcaba ya no está guiñando el ojo sino que, con el cambio, las leyes se aplican y en los calabozos hay bancos para sentarse y hasta, a veces, dan comida y agua. Pero “indignación” y mileurismo aparte, el decreto-ley es un dulce jurídico y un prodigio de habilidad técnica, se palpa mucho estudio y mucho uso y abuso del Derecho comparado.

Ahora queda tan solo que se aplique y que se empiecen a constatar las consecuencias de su aplicación.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto