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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 15 DE FEBRERO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

La revolución de las batas blancas
 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Los médicos han montado su particular 2 de mayo, porque la defensa del Sistema de Sanidad es fundamental si quieren cumplirse unos parámetros mínimos del estado de bienestar. Aunque tal acepción suena hoy en día, tras la catástrofe económica del socialismo, a broma macabra o a entelequia de infinito mal gusto. Pero hemos vivido en una especie de “ZPAlicia en el país de las maravillas” derrochando millones de euros en el nebuloso pozo sin fondo de la llamada “cooperación internacional” mientras los más prodigiosos jóvenes cerebros médicos y científicos de España han tenido que emigrar para poder comer, sumando al paro y al déficit, la miseria intelectual de un país del que tienen que emigrar las mejores mentes. ¡Qué vergüenza!.

Lógicas y coherentes las peticiones de los médicos, aunque les sobre en su comunicado la coletilla grimosa y buenista de que los recortes en la financiación tienen efectos que recaen en “los más pobres, débiles, ancianos, desfavorecidos e indefensos” ¡Cuan caritativos y sectarios con el discursillo onegetista! Mejor que se hubieran referido a los autónomos que se quitan de comer para pagar su seguridad social y de todos los contribuyentes que, con su sudor, mantienen el sistema a flote ¿O es que ellos tienen menos derechos que los “desfavorecidos”? A no ser que por “pobres y desfavorecidos” se entiendan los mileuristas, también llamados “los nuevos pobres”.

¿Y quienes son los “indefensos” en España? Para mí que las Fuerzas de Seguridad del Estado funcionan y nuestras Fuerzas Armadas también funcionan y ambos cuerpos nos defienden, así que el ciudadano español no está indefenso más que ante la Banca, por el momento y hasta que las nuevas leyes abran nuevos horizontes.

Pero por lo general el Comunicado de las batas blancas es oportuno, aunque parecen ignorar genéricamente que el copago es una realidad en toda Europa porque la Sanidad Universal mantenida con el sudor de los contribuyentes es imposible de sostener. Así que el llamamiento médico al buen uso de los servicios es la respuesta a largos años de lo que podrían considerarse “abusos” con servicios de urgencia colapsados por simples procesos catarrales y un derroche total en medicamentos durante lustros.

No a los recortes. Y sí a más médicos y mejor pagados, porque resulta sangrante que, teniendo las mejores y más duras Facultades de Medicina de Europa, nuestros profesionales tengan que emigrar y sus plazas ser suplidas por facultativos extranjeros con los títulos convalidados, algo que no complace a todos los usuarios que desean médicos, sin importar la nacionalidad ni los orígenes, pero con la carrera realizada íntegramente en España. De hecho los mejores pagados en una sociedad civilizada han de ser los médicos y científicos, los profesores y maestros y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, seguidos por el personal de Justicia, porque ellos son quienes hacen funcionar en condiciones un país. Pero aquí no es el caso, la Seguridad Social presenta fallos y los ciudadanos remiendan de viejo para contratar seguros privados y no tener que verse en ambulatorios atestados.

¿Han comprobado ustedes el incremento de asociados a las aseguradoras médicas? Esa deserción es el resultado de la fuga de mentes brillantes a EEUU, de la llegada de profesionales extranjeros que a veces tienen algunas dificultades de comunicación con los pacientes que no se fían porque piensan que llegan de terceros países en los que, tal vez, la formación no sea tan exigente como en nuestras facultades y también eligen los seguros médicos privados quienes han llegado a considerar la sanidad pública cómo incómoda y a asociarla con apresuradas visitas de unos minutos por parte de médicos mal pagados y sobrecargados de trabajo.

¿Y ustedes se figuran el salto cualitativo que podría haber dado nuestra sanidad y nuestra medicina si los dineros despilfarrados en regalárselos a terceros países hubieran sido bien invertidos en incentivar a los médicos y a los investigadores? Cuando me refiero a esto siempre recuerdo la época próspera de Aznar, cuando le regaló a Arafat un aeropuerto para que el tipo aterrizara y despegara con su avión, muchos millones de pesetas, esta vez sin quitarle el pan de la boca a los españoles hambrientos porque éramos ricos, pero ¿Cuanto le duró el aeropuerto al Arafat? No me crean si recuerdo que en las primeras 24 horas llegaron los cojones aeronáuticos de la Tzahal israelí y cuando los hebreos se dieron la vuelta ya no había más aeropuerto ¡Cuan fabulosa inversión! ¿Y para cuando una investigación sobre los dineros del sudor de los españoles destrozados en caridades internacionales para que el politicastro de turno se ponga la medalla de “Caritativo Mayor del Invento”? ¿Tendrán razón los conspiranoicos que hablan directamente de malversación de caudales públicos cuando los dineros se gastan en absurdos? Para muchos que sí la tienen y por ese agujero se van los euros y por los aeropuertos salen los mejores cerebros, el futuro de España, el orgullo intelectual de la Nación y los profesionales mejor cualificados.

¿Y por qué no piden quienes se oponen a los recortes en sanidad que la Agencia Tributaria o el Tribunal de Cuentas comience a echar las “idem” de las subvenciones, los dineros de las oenegés y la cooperación al desarrollo? Porque ahí hay unos millones, muchos millones, muy jugosos y que van impregnados de mucho trabajo y sacrificio que todos queremos que nos devuelvan y que tenemos derecho a recuperar. Recortes sí, pero en sanidad no. Y recortes sí, pero recuperar el dinero de los españoles también.
 

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