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sucesos - VIERNES, 17 DE FEBRERO DE 2012


Los padres de los neonatos. vsc.

tribunales
 

El Protocolo de Neonatología, clave en el caso de los gemelos fallecidos

Los médicos no reanimaron a los neonatos que nacieron con 24 semanas y menos de 500 gramos por entender que eran ‘inviables’; ambos sobrevivieron varias horas
 

CEUTA
V. Saura

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La primera de las dos sesiones en las que se celebrará el juicio por homicidio imprudente contra dos médicos del Ingesa se cerró ayer después de más de cinco horas de vista, en la que pasaron ante la juez del Penal número uno los dos imputados y siete testigos. El caso se remonta a noviembre de 2006, cuando fallecieron dos neonatos en el Hospital de la Cruz Roja. En la segunda jornada, fijada para el próximo 5 de marzo, testificarán los padres de los menores fallecidos y varios testigos más. Fiscalía y acusación particular solicitan ocho años de prisión para los médicos, que aún ejercen en el Hospital Universitario de Ceuta.

Los pasillos de los juzgados del Ceuta Center se llenaron ayer de testigos, peritos, denunciantes y denunciados por el caso de los dos neonatos que fallecieron el 30 de noviembre de 2006 en el antiguo Hospital de la Cruz Roja. Más de cinco años después de los hechos, los dos médicos imputados por un delito de homicidio imprudente (J.J.Q.G. y S.O.A.) se sentaron en el banquillo para dar su versión de los hechos y no faltaron aquellos que acudieron a los juzgados para escucharlos.

El primer facultativo que declaró fue quien se hizo cargo de los niños y atendió el parto. Sin embargo, la especialidad de este médico es la de Medicina General y no Pediatría, un flanco que atacó la defensa y que él defendió argumentando que había atendido más partos de neonatos. Este, sin embargo, presentaba muchas complicaciones.

Sobre las tres de la mañana ingresó en Urgencias la madre, María del Valle, quien dijo sentir un fuerte dolor. En ese momento la atendió la ginecóloga de guardia que determinó un parto “inminente” y que la gestación era de 24 semanas, según la ecografía que le practicó. Después, el médico habló con el padre, Francisco José, para informarle sobre la “probable inviabilidad” de los fetos ya que sólo tenían 24 semanas, según explicó el imputado a la juez del Penal número uno.

Protocolo de Neonatología

A continuación, el médico se puso en contacto telefónico con el pediatra -cuya titulación aún no está homologada en España- y que se encontraba de guardia localizada en su casa, pendiente de urgencias. Ambos hablan ya en esta primera ocasión de la posibilidad de que los niños no sean viables. Y es que, el protocolo de 2006 de la Sociedad Española de Neonatología (SEN) establece las 23 semanas de gestación y los 400 gramos como el límite para proceder a una reanimación de los bebés. Si el feto no alcanza estos límites, la SEN no recomienda aplicar un tratamiento activo para evitar caer en el “ensañamiento terapéutico”. Al nacer, los neonatos se encontraban justo en el límite de viabilidad ya que la niña pesaba 490 gramos y el niño 475 gramos. Por eso, este protocolo fue la piedra de toque de un juicio en el que se intentó aclarar si bajo el precepto de las recomendaciones del SEN se tendría que haber tratado a los niños, o si se produjo negligencia. Los médicos decidieron no aplicar tratamiento y según aseguraron, los padres dieron su consentimiento para ello.

El tiempo de gestación, el peso de los neonatos y el estado clínico en el que nacieron, fueron los tres parámetros en torno a los que giraron los interrogatorios para aclarar si los médicos debían aplicar tratamiento o si cometieron un negligencia, tal y como sostuvieron las dos peritos forenses, que aseguraron que se debería haber “iniciado el tratamiento” y ver la evolución para después consensuar con los padres si mantenerlo.

Las doctoras pusieron en duda el periodo de gestación de los neonatos, dado que al ser gemelos explicaron que es habitual que se produzca un “crecimiento retrasado”. Por tanto, las forenses afirmaron que la gestación al menos podría ser de 25 semanas. Sin embargo, la ecografía que se le realizó en el Hospital y la que el médico privado le había realizado a la madre en octubre, coincidían en que a 30 de noviembre, la mujer estaría embarazada de 24 semanas.

Para determinar el estado clínico, los facultativos hicieron referencia al ‘test de apgar’ que con una puntuación de 0 a 10 determina la viabilidad del neonato. En el caso de los gemelos, la niña alcanzó los cinco puntos mientras que el niño se quedó en tres. Un dato fundamental para la neonatóloga del Hospital ‘La Paz’ que ayer declaró como testigo. La doctora fue muy tajante afirmar que el atgar cinco es muy bueno para grandes prematuros. “Creo que estos eran unos niños para reanimar y lo demostraron porque siguieron muchas horas con vida”, dijo. La testigó explicó que era “evidente” que los niños no iban a responder por si solos y que por ello se les tenía que haber tratamiento básico y en función de la respuesta proseguir o no.

Los facultativos y los tres letrados de la defensa -que representaban a los imputados, el Ingesa y la aseguradora de los médicos- alegaron que el de Ceuta no era un Hospital preparado para atender este tipo de caso, por carecer de neonatólogo y una UCI para neonatos. Además, el médico de guardia alegó que los criterios científicos y médicos aconsejaban no “alargar el sufrimiento”. Un criterio que apoyó el pediatra de guardia, que fue cuestionado por no asistir al parto. Él explicó que no lo consideraron necesario porque los protocolos “eran muy claros”.
 


“Los niños no hubieran llegado con vida al Hospital de Cádiz”

Durante la primera sesión de este juicio, que continuará el próximo 5 de marzo, los letrados hicieron hincapié en por qué no se decidió evacuar a los bebés al Hospital Puertas del Mar, que cuenta con una Unidad de Neonatología. Sin embargo, el propio director de esta unidad, que acudió ayer como testigo a la vista, aseguró que los neonatos no hubieran llegado con vida al centro de Cádiz. Para este especialista, cualquier sanitario “adiestrado en reanimación cardiopulmonar de neonatos” puede atender este tipo de partos, según el mencionado protocolo de la SEN y por tanto el facultativo estaba “cualificado”. La defensa quiso demostrar que la madre, que dos días antes había estado ingresada en Sevilla por un cólico nefrítico, tenía que haber sido ingresada allí ante el “riesgo” de que se adelantara el parto.
 

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