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cultura - MARTES, 28 DE FEBRERO DE 2012


María José Navarro, Cecilio Gómez y Juan García. c.r..

Educación / Comunidades de Aprendizaje
 

“Mucha ilusión, ciencia y
un poquito de utopía”

Juan García López, inspector de educación del CEIP ‘La Paz’ de Albacete expone entre ayer y hoy la experiencia de éxito de un centro escolar en el que se ha conseguido convertir el fracaso en oportunidad
 

CEUTA
Cristina Rojo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El Centro de Profesores y Recursos (CPR) de Ceuta acoge desde ayer y hasta esta misma tarde las jornadas de formación ‘Una experiencia de éxito: el Colegio La Paz de Albacete’, un taller expositivo en el que el inspector de educación Juan García López explica cómo se ha llevado a la práctica la transformación de un centro educativo abocado al cierre por una “insostenible” situación de fracaso y violencia, en un colegio reestructurado que ha dado un giro a las expectativas, no solo educativas, sino genéricas de todo un barrio condenado a la segregación.

“Cuando se implementan buenas prácticas, dan buenos resultados”, es así en la educación al igual que en la ciencia, o al menos ese es el punto de vista de Juan García López, inspector de educación de Albacete, que ayer expuso ante la comunidad educativa de Ceuta la transformación del CEIP ‘La Paz’ de Albacete, un centro que siguiendo las líneas de trabajo de las Comunidades de Aprendizaje formuladas por Ramón Flecha mediante su programa ‘Includ-ed’, ha conseguido reinventarse mejorando la convivencia y los resultados académicos de sus alumnos en un periodo de no más de seis años.

Para poner de manifiesto que cambiar es posible, incluso en las peores situaciones imaginables, García López contextualizó la que vivía el colegio ‘La Paz’ allá por el año 2005, cuando todavía funcionaba como CEIP ‘San Juan’. El centro educativo era entonces un auténtico foco de absentismo (30%), abandono prematuro y fracaso escolar, situado en el barrio periférico de ‘La Milagrosa’ de Albacete, un auténtico “gueto”, tal y como lo describe el inspector, que había llegado al límite debido a “gravísimos” problemas de convivencia.

“Llegó un punto en que la situación se hizo insostenible y trascendió a los medios de comunicación”, apunta. De aquel entonces destacan titulares como ‘Los profesores del Colegio San Juan solicitan protección al Gobierno’, tras el que se describía una “auténtica batalla campal” en la que los docentes habían llegado de “tener que sortear pedradas, insultos y amenazas cada vez que entran y salen del centro”.

García López relata cómo el centro se enfrentó a un ultimátum: cerrar o transformarse. “Podíamos redistribuir a los alumnos, alrededor de 50, entre los colegios cercanos o redistribuir al profesorado y buscar un equipo nuevo”. Segun explica García, entre las dos vías posibles, el cierre de un centro educativo llevaba consigo una marcada sensación de fracaso de lo público.

Por ello, e inspirado por el modelo inclusivo de trabajo en la escuela, García animó a la administración a dar un voto de confianza al cambio. Si bien el inspector estaba informado sobre varios tipos de desarrollo de este modelo, finalmente se decidió por seguir el trabajo de Ramón Flecha, materializado en el concepto de ‘Comunidades de Aprendizaje’, por su perspectiva socioeducativa, y porque, tras haberse puesto en contacto con él por teléfono, él mismo se plantó en Albacete 24 horas después para ver de primera mano la situación del colegio. “Ramón nos trasladó mucha ilusión, mucha ciencia y un poquito de utopía”, explica el inspector.

Una vez decidido el modelo guía de trabajo, el planteamiento tuvo la suerte de contar con un importante y ágil apoyo administrativo. La primera acción de cambio se llevó a cabo el 6 de junio de 2006, y a partir de ahí todo fue rodado. Se decretó el cierre administrativo del colegio, se creó uno nuevo con el número 33 y se le concedió autonomía administrativa. Se llevó a cabo una selección de profesorado nuevo con conocimientos específicos en comunidades de aprendizaje y se les dio un cursillo intensivo de formación de una semana. En poco más de un par de meses el colegio, que aún no había recibido el nombre ‘La Paz’ definió su esquema de trabajo enfocada a buscar el “éxito para todos”, basando sus líneas de formación en el conocimiento instrumental, el inglés y la informática.

Fueron claves la incorporación al centro de un trabajador social y un mediador no docente, cuya aportación al proyecto resultó determinante. Tal y como explicó ayer Garía López, la formación del profesorado del centro, una pauta que continúa todavía hoy de manera periódica, incluye también la foromación conjunta con familiares, ya que la motivación y participación de las familias es una de las claves del proyecto. Se modificaron los tiempos escolares añadiendo una hora lectiva a la media habitual y se trabajó en la apertura del centro al exterior, incluyendo actividades formativas y extraescolares no solo para alumnos sino también para familiares en el colegio, cuyo impacto ha probado ser “muy importante” en el rendimiento de los alumnos. Tras acometer estos cambios durante unos tres años, el colegio ha introducido asimismo el nivel de secundaria curso a curso en el centro ya que, si bien había conseguido mejorar el nivel de matriculación en un 13%, una vez terminada la educación primaria, el 100% de los alumnos abandonaban los estudios. Con la nueva iniciativa, el CEIP ‘La Paz mantiene al menos a un 70 un 80% dentro del sistema educativo hasta los 16. “La perspectiva es que todos continúen”, recuerda el inspector, que apunta a una de las claves del proyecto en el que se haya inmersa la escuela. “Hemos creado expectativas en los alumnos, algo que antes no tenían. Puede que para muchos conseguir culminar estudios superiores sea mucho, pero al menos son expectativas”. García López va más allá y afirma que las expectativas han cambiado “incluso en el barrio”, hasta el punto en que muchas familias se han interesado en conseguir el graduado escolar.

Atentos a las explicaciones de García López, los miembros de la comunididad educativa de Ceuta, encabezados por el diretor provincial Cecilio Gómez Cabrera, comprobaban ayer y continúan haciéndolo hoy, los resultados de una transformación avalada científicamente y, lo que es más importante, “transferible” a otros contextos socioeducativos.
 


Reconocimiento nacional e internacional

Mientras el inspector Juan Pérez García exponía en el CPR las bases de la transformación del CEIP ‘La Paz’ del Albacete, el centro educativo recibía ayer la visita del Consejero de Educación, Deportes y Cultura de Castilla la Mancha, Marcial Marín, que acudía al colegio para hacer entrega del ‘Tercer Premio Nacional contra la Pobreza y la Exclusión Social’, galardón que se suma a otros reconocimientos que ha recibido, como el “Quijote Gitano 2008”, otorgado por la Fundación Secretariado Gitano por su trabajo de integración de la población gitana. En el curso 2011-12, la Agencia Española de la Cooperación Internacional para el Desarrollo comunicó al centro que ha sido merecedor de premio en la convocatoria del III Premio Nacional de Educación para el Desarrollo “Vicente Ferrer”. La Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) le concedió, además, el primer premio en la “Convocatoria de buenas prácticas sobre convivencia en escuela y barrio”.
 

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