PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 29 DE FEBRERO DE 2012

 
OPINIÓN / ANALISIS

Indignación popular y alarma social

Por Nuria de Madariaga


Si nos atenemos a las noticias que aparecen en prensa, las Fuerzas de Seguridad que actúan en Ceuta presentan unas altísimas estadísticas de intervenciones y detenciones de individuos por su implicación en hechos delictivos. Cuentan que la Policía Nacional va por unas 7.000 intervenciones, la Guardia Civil menos y la Policía Local va en un puesto intermedio. Pero ¿Para qué?.

Existe un clamor popular que exige el endurecimiento tanto de las leyes como de los criterios a la hora de determinar la procedencia de la prisión incondicional sin fianza. Porque parece que la normativa va por un lado y el sentir ciudadanos por otro. En estas páginas se publicó un modesto análisis sobre la necesidad de penar los hurtos con dureza, porque el robo de los únicos cincuenta euros que le quedan a un desempleado, nunca, jamás, pueden ser calificados como una simple falta, atendido el daño que produce. Un mes más tarde aproximadamente los de CIU mantuvieron el mismo criterio, porque la epidemia de robos sufrida en Barcelona va a conseguir espantar a todos los turistas, cuatrocientas detenciones en el último pillado “in fraganti”, trescientas detenciones... Indignante e injusto.

Porque ni los legisladores ni la Fiscalía parecen entender ni atender al grado de alarma social que provocan determinados delitos, de los considerados cómo “poco lucidos”. En los procelosos tiempos anteriores la dureza ha sido para los delitos económicos y el narcotráfico. Pero el trajinoso que malversa y va de delito financiero, ni va a quemar los coches en el aparcamiento de un bloque de viviendas, ni tampoco el de la goma con motor fueraborda va a apedrear un autobús urbano, con el riesgo de que el conductor pierda el control del vehículo y haya una desgracia, ni a salir con una navaja a atracar a adolescentes para robarles el móvil dándoles un susto de muerte.

Los delitos graves, amen de los delitos contra las personas cómo homicidio o asesinato perpetrados o en tentativa y los pervertidos pederastas, son aquellos que hacen de las calles de las ciudades lugares inhóspitos, inseguros y peligrosos. El tirón de bolso o cualquier robo con violencia, las quemas de los vehículos, los destrozos de los lugares públicos son actos vandálicos. Porque apedrear un autobús es algo más que “daños” sino que ha de acabar por convertirse en un “delito de riesgo”, es decir, que más que el hecho en sí mismo considerado ha de atenderse a las graves consecuencias que ese hecho puede provocar.

Lógico el resquemor de la ciudadanía, cuyo eco llega a este diario, ante la puesta en libertad del presunto incendiario cuando la única prueba que le faltaba a la Policía era una foto con el tipo con la garrafa vertiendo la garrafa de gasolina al tiempo de encender el mechero. ¿Y en qué piensa la Fiscalía? Para mi extrañeza la opinión desfavorable no alcanza a los jueces sino que es la Fiscalía ceutí el blanco de todas las iras. Será que los ciudadanos se están volviendo expertos en temas jurídicos gracias a la televisión y todos saben que son los fiscales quienes piden prisión o libertad, que el criterio lo marca el Fiscal Jefe de turno y luego ya hay que ir ascendiendo, hasta llegar al Fiscal General del Estado que ya no es Conde-Pumpido, gracias sean dadas a Dios Todopoderoso, sino Torres Dulce en el que confiamos para que remueva fiscales, refuerce criterios, cambie condiciones y adecue “su gente” a lo que la sociedad demanda, que es que aquellos capaces de generar miedo e inseguridad en los ciudadanos con sus delitos, estén en prisión y allí permanezcan por la alarma social que generan los hechos y por el riesgo de reiteración delictiva.

Auténticos indeseables socialmente muy peligrosos quedan en libertad por más que la Policía se haya roto los cojones por detenerles. ¡Mejores eran las leyes en la España del landismo!. La Fiscalía va según le da el aire, los ciudadanos que antes rabiaban contra la policía y la acusaba de “no detener” ahora están que trinan y culpan a los fiscales de no meter en la cárcel más que a los traficantes y a los trapisondistas de los blanqueos, pero no a los cabrones que le roban el bolso a una jubilada. ¿Y que pasó con los criminales que trataron de cegar a una señora con un líquido corrosivo para robarle el bolso? Que puedo ser yo, o pueden ser ustedes, o nuestras madres, o nuestras hijas ¿Están esos tíos en libertad?.

¿Que pasa entonces? ¿Se le va a indicar a la Policía que no se moleste en detener a los ladrones, los incendiarios, los vándalos o los hijoputas porque no merece la pena el esfuerzo? ¿O es dureza policial y blandura fiscal? Fallos estrepitosos que han hecho que la opinión pública comprenda que el problema no es de quien les detiene, porque lo hace, sino de quien les pone en la calle para que sigan delinquiendo y siendo consciente de que van a reincidir.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto