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					La “escasa eficacia” las medidas adoptadas en 2009 y 2011, a 
					través de otros dos decretos-ley, ambos destinados 
					principalmente al saneamiento de las deudas pendientes de 
					pago con autónomos y empresas y al control del gasto 
					público, es lo que ha llevado a la aprobación del Real 
					Decreto-ley 4/2012. Esta falta de efectividad y “la 
					acuciante situación de falta de liquidez” en las empresas 
					aconsejaban “la adopción inmediata de medidas urgentes y de 
					carácter extraordinario”. 
 Para ello, se establece la necesaria puesta en marcha, por 
					Acuerdo de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos 
					Económicos, de “un mecanismo ágil de pago y cancelación de 
					deudas con proveedores de entidades locales y de su 
					financiación”. Esto permitirá suministrar liquidez a las 
					empresas, apoyar financieramente a las entidades locales 
					afrontando el pago a largo plazo de sus deudas, 
					“complementado con la debida condicionalidad fiscal y 
					financiera”.
 
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