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OPINIÓN - JUEVES, 8 DE MARZO DE 2012

 

OPINIÓN / SNIPER

Túnez y la “sharía” emboscada
 


José Luis Navazo
yebala07@yahoo.es

 

Si en una larga columna a finales de octubre del año pasado saludaba las “elecciones del jazmín” y la madurez del pueblo tunecino, al día de hoy mi percepción en líneas generales no ha cambiado, pese al inquietante giro que parece estar forzando el partido islamista “Ennhada” (Renacimiento) vencedor en las últimas elecciones , con una mayoría relativa en la Asamblea Constituyente acaparando 89 de los 217 escaños. En síntesis, a lo largo de un año la Asamblea debe alumbrar una nueva Carta Magna y dar luego paso a nuevas elecciones, encontrándose aquí el primer escollo a salvar pues, no satisfechos con el artículo primero sobre el que parecía haber consenso y que proclamaba el Islam como religión oficial del Estado, algo que a más del 40% de los tunecinos les parece suficiente como muestran algunos recientes sondeos por internet, Ennahda pretende ahora en boca de su portavoz parlamentario, Sahbi Atig, fundamentar toda la nueva Constitución en el Islam pues “separar la política del Islam atacaría los fundamentos del pensamiento islámico”. Algo sobre lo que, abiertamente, también insiste en Marruecos el líder salafista (aunque no acepte el calificativo) Mohamed Fizazi, según se desprende de sus últimas declaraciones en sintonía con lo que hace meses le había confiado a este escribano.

¿Pretende Ennahda un estado teocrático…? ¿Y el resto de los movimientos islamistas del Magreb…?. ¿Acaso las elecciones democráticas no serían solo una palanca para acceder al poder y, desde arriba, remodelar la sociedad a su antojo…?. Recordemos las palabras del líder de Ennhada, Rachid Gannushi, quien aparentemente se había comprometido con el juego democrático señalando que la sociedad tunecina no iba a vivir bajo la presión religiosa, pero ahora en su proyecto de reforma constitucional Ennahda pretende que el artículo 10 subraye que “la sharía (ley islámica) sea la principal fuente de derecho”. ¿Tendría finalmente razón Mohamed Charfi…?: Presidente de la Liga de Derechos Humanos y ex ministro de Educación y Ciencias entre 1989 y 1994, en su libro “Islam y Libertad” afirma sin ambages que “El proyecto de sociedad por el que luchan los integristas es el del totalitarismo religioso”, advirtiendo sobre el emblemático Gannushi que éste, a lo largo de sus años de exilio en Europa, habría logrado “enmascarar su doctrina totalitaria con un barniz democrático”. Escribí entonces que ni Túnez es la Argelia de los noventa ni Ennahda es el FIS (Frente Islámico de Salvación). Ahora bien, si aprovechando el viento de la mal llamada “Primavera Árabe” los movimientos islamistas pretenden manipularlos para “hacer su agosto”, los movimientos islamistas deben ponerse entonces en cuarentena, en el Magreb y en Europa, al precio que haga falta. Si el llamado “islamismo político”, en Túnez o en otros países del Magreb, pretende entrar en los Parlamentos (en incluso acceder al gobierno) como virtuales “Caballos de Troya” para desde ellos dar un peculiar golpe de Estado e imponer la sharía a toda la sociedad (que una gran parte de ella no acepta)… entonces habrá que adelantarse a los acontecimientos, poniéndolos eventualmente fuera de la ley y, si hace falta, acosarlos y eliminarlos como hizo el ejército argelino en su momento. Y cortándoles ésta vez el exilio como refugio en la estúpida Europa. Porque, en cuanto a sus fines, según parece no hay islamismo moderado: al final del camino, la sharía.

En Marruecos el actual presidente del Gobierno, Abdelilah Benkirán, lo comentaba en uno de los mítines del PJD cara a las elecciones del 25 de noviembre: “Somos musulmanes, pero estamos en el siglo XXI y debemos sintonizar ambas realidades”. Esa es la cuestión aunque, ¿por qué la libertad de conciencia les asusta tanto a los islamistas…? ¿Acaso tienen un miedo congénito a la libertad?. En cualquier caso, “Obras son amores y no buenas razones”. O si lo prefieren: “Por sus hechos los conoceréis”. Visto.
 

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