| A Guillermo Martínez le he 
					tratado yo nada y menos. Le conozco por sus apariciones 
					públicas. Y me había hecho a la idea de que es persona 
					tímida que hace verdaderos esfuerzos para sobreponerse a esa 
					forma de ser que podríamos catalogar de apocada en sus 
					contactos con los demás.
 Aunque de los tenidos por dóciles hay frase hecha que nunca 
					ha perdido vigencia y que conviene no perderle la cara: Dios 
					nos libre de la cólera de un hombre tímido. Y a fe que las 
					declaraciones hechas por Martínez, en conferencia de prensa, 
					vienen a confirmar lo reseñado.
 
 Guillermo Martínez, como portavoz del Gobierno que es, ha 
					salido a la palestra para decir más o menos lo siguiente: 
					que el Gobierno presidido por Juan Vivas no tiene la 
					más mínima intención de atender las reivindicaciones 
					“políticas” impuestas por funcionarios y sindicatos como 
					alternativa para seguir negociando.
 
 En rigor, lo que el portavoz del Gobierno ha dejado muy 
					claro es que ni sindicatos ni funcionarios pueden imponerle 
					al gobierno disolución de organismos, privatización de 
					empresas públicas, cancelación de subvenciones, supresión de 
					cargos políticos, y demás situaciones que no sean del agrado 
					de las partes que andan luchando denodadamente porque no se 
					les recorten pluses a los empleados municipales.
 
 Es la primera vez que he oído a GM emplearse con el carácter 
					exigido por los momentos que se están viviendo; es decir, en 
					las condiciones más hostiles es cuando hay que olvidarse de 
					circunloquios. O sea que es necesario hablar con rotundidad. 
					Porque en situaciones extremas sobran las evasivas y el 
					lenguaje indirecto. Así que más vale ponerse una vez 
					colorado que ciento amarillo.
 
 El gobierno local, presidido por Vivas, debe hacer de la 
					mejor manera posible lo que deba hacer a fin de que la ruina 
					económica existente no vaya a más y termine desembocando en 
					una bancarrota que imposibilite el cobro de las nóminas 
					municipales. Lo cual está ocurriendo, por poner un ejemplo, 
					en Jerez de la Frontera y en otros ayuntamientos.
 
 Ahora bien, lo lamentable es que haya políticos de la 
					oposición, conchabados con los sindicatos, en los momentos 
					actuales, tratando por todos los medios de amedrentar a los 
					componentes del gobierno local, para ver si semejante 
					acoquinamiento hace mella en ellos y pierden el oremus a la 
					hora de tomar decisiones.
 
 El Gobierno presidido por Vivas, surgido mayoritariamente de 
					las urnas, ha cometido errores, todos los que ustedes 
					quieran y algunos más; pero esos errores podrán ser 
					castigados en las próximas elecciones.
 
 Uno de ellos, el más aireado últimamente, es el del 
					clientelismo por sistema. Pues bien, ese clientelismo no es 
					nuevo. Y que tire la primera piedra el político que no haya 
					usado la dedocracia para colocar a su gente en la Casa 
					Grande. Porque no creo que sea justo fijarse nada más que en
					Aróstegui.
 
 En suma: que el carácter es la virtud de los tiempos 
					difíciles. Y uno espera, que lo anunciado por el portavoz 
					del Gobierno, lo mantenga el presidente. Pues ahora toca 
					gobernar. De no ser así, porque el presidente se amilanara, 
					apaga y vámonos.
 
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