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					A las 11.30 horas, un centenar de melillenses se han dado 
					cita en la Plaza de España en una nueva manifestación en 
					contra de la reforma laboral. Los sindicatos UGT y CCOO han 
					encabezado esta protesta con la esperanza de que el Gobierno 
					central desactive el “grave conflicto social” que, dicen, 
					“ha provocado”. El secretario general de UGT Melilla, Alonso 
					Díaz, considera que el poder de convocatoria de esta nueva 
					manifestación –algo mermado respecto a las dos anteriores- 
					se debe a las características de la ciudad, que lleva a los 
					melillenses a salir de ella en los festivos.
 A las 11.30 horas, un centenar de melillenses se han dado 
					cita en la Plaza de España en una nueva manifestación en 
					contra de la reforma laboral. Los sindicatos UGT y CCOO han 
					encabezado esta protesta con la esperanza de que el Gobierno 
					central desactive el “grave conflicto social” que, dicen, 
					“ha provocado”.
 
 Tras un minuto de silencio por las víctimas del atentado 
					terrorista perpetrado en Madrid hace ocho años, los líderes 
					sindicales han dado paso a la lectura del manifiesto 
					conjunto de ambos sindicatos, que reivindica la apertura de 
					una mesa de diálogo social “orientada a cambiar los 
					capítulos esenciales de la reforma”, reivindicación que 
					aseguran haber elevado en dos ocasiones al presidente del 
					Gobierno, Mariano Rajoy, sin obtener “respuesta hasta el 
					momento”.
 
 El manifiesto expone, punto por punto, las medidas 
					contempladas en la reforma laboral que, a juicio de los 
					organizadores, atacan los derechos de distintos sectores de 
					la sociedad española. Así, consideran la reforma 
					“discriminatoria” y en contra de los parados, de los 
					trabajadores, de los jóvenes y de las mujeres, así como 
					contraria a la cohesión social, al crecimiento económico, a 
					las condiciones de trabajo, al diálogo y a la concertación 
					social y al futuro.
 
 El secretario general de UGT Melilla, Alonso Díaz, considera 
					que el poder de convocatoria de esta nueva manifestación 
					–algo mermado respecto a las dos anteriores- se debe a las 
					características de la ciudad, que lleva a los melillenses a 
					salir de ella en los festivos.
 
 De la huelga general convocada el día 29 de marzo, dice que 
					es “la más justificada de toda la etapa democrática de este 
					país” y no duda de que los melillenses la respaldarán porque 
					la reforma laboral supone “una agresión sin precedentes 
					contra los trabajadores y trabajadoras de este país”. Ante 
					ella, señala, “nos hemos visto en la obligación de responder 
					para defender a los trabajadores” e intentar que “el 
					Gobierno cambie de actitud”.
 
 “Hemos hecho propuestas claras y formales”, dice Díaz, 
					asegurando que el Gobierno las ha desestimado todas, optando 
					por satisfacer a los mercados. Por su parte, la máxima 
					dirigente de CCOO en Melilla, Caridad Navarro, considera que 
					la huelga general “no es un fin, es un medio” para conseguir 
					un diálogo con el Gobierno, a quien culpa de no querer 
					escuchar a los sindicatos y, por tanto, responsabiliza de la 
					convocatoria de la misma.
 
 “No nos queda otra”, asegura Navarro, quien se aventuraba a 
					prever una huelga general sin mucho apoyo en la ciudad 
					porque dice que, tras conversar con los trabajadores, ha 
					comprobado que “tienen miedo, no quieren que se les vea en 
					concentraciones, ni en movilizaciones porque temen por esto 
					que se les ha puesto sobre la mesa, que mañana se les pueda 
					despedir por antojo del empresario”, aunque asegura que hay 
					mucha gente “indignada” con la reforma laboral.
 
 También han hablado y contemplado en su manifiesto las 
					críticas que han recibido las fuerzas sindicales y el PSOE 
					–representado en la protesta por un grupo encabezado por sus 
					máximos dirigentes locales, Gregorio Escobar y Gloria Rojas- 
					por la convocatoria de una manifestación en el aniversario 
					del 11M.
 
 “Me parece repugnante”, ha dicho Navarro, negándose a 
					profundizar en el tema porque, dice, “los que utilizan eso 
					son otros, no nosotros”. Alonso Díaz sí ha querido señalar 
					que es “una injusticia que el PP y los medios de 
					comunicación que lo apoyan traten de poner en cuestión la 
					solidaridad y el apoyo de UGT y CCOO a las víctimas del 
					terrorismo”. Para Díaz, su apoyo queda claro en tanto que el 
					ex concejal socialista Isaías Carrasco, asesinado en 2008 
					por ETA, era miembro de UGT.
 
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