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					Los actos se vienen repitiendo desde hace más de dos siglos, 
					han comenzado como cada año con una misa de acción de 
					gracias en la Parroquia de la Purísima Concepción, a la que 
					han acudido las principales autoridades milillenses, 
					encabezadas por el presidente autonómico Juan José Imbroda. 
					 
					Melilla celebró ayer el 237 aniversario del levantamiento 
					del sitio, esto es, el final del asedio que sufrió la ciudad 
					en 1775 por parte de las tropas del sultán Muley Mohamed, lo 
					que permitió que la bandera española siguiera ondeando en 
					esta tierra. 
					 
					Los actos, que se vienen repitiendo desde hace más de dos 
					siglos, han comenzado como cada año con una misa de acción 
					de gracias en la Parroquia de la Purísima Concepción, a la 
					que han acudido las principales autoridades melillenses, 
					encabezadas por el presidente autonómico, Juan José Imbroda. 
					 
					Durante la eucaristía, el vicario de Melilla, Roberto Rojo, 
					ha resaltado la importancia que supuso para la ciudad 
					mantener su condición española, gracias a la hazaña lograda 
					por el mariscal Sherlock, líder de la resistencia 
					melillense. 
					 
					Tras la ceremonia religiosa, los asistentes se han 
					trasladado hasta el monolito dedicado al mariscal Sherlock, 
					donde se ha colocado una corona de laurel a los sones de los 
					himnos de España y de Melilla. 
					 
					El presidente melillense ha recordado que la intención del 
					sultán Muley era la de anexionar Melilla al imperio que 
					entonces se estaba todavía forjando y a una nación que 
					“todavía no existía” que es Marruecos. 
					 
					Imbroda ha reconocido el papel que entonces llevaron a cabo 
					los melillenses de la época, apoyados por un ejército 
					reforzado con soldados llegados desde la península, tras 
					tres meses de “angustia y de penalidades”, con muertos y 
					heridos. Para Imbroda, todo lo que ocurrió entonces sentó 
					las bases de la Melilla actual, una ciudad “gozosa, europea, 
					moderna, solidaria, libre e igualitaria”, en definitiva, una 
					ciudad que quiere buscar un futuro mejor, con un presente 
					que ya es importante dentro de España y de la Unión Europea 
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