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					Sin fax y sin teléfono fijo ni móvil y, por tanto, también 
					sin conexión a internet ni el tan utilizado hoy en día 
					correo electrónico. Así se encuentra desde el pasado mes de 
					octubre la Planta de Transferencia de Urbaser, ubicada en 
					una zona del Hacho donde no han llegado los cables de 
					Telefónica ni hay cobertura de sus antenas.
 En pleno siglo XXI hay una zona de Ceuta, en las faldas del 
					Monte Hacho, en la que no existe conexión telefónica alguna. 
					Esta situación afecta de forma especial a la Planta de 
					Transferencia de Residuos, gestionada por Urbaser. Tal como 
					indicaron desde la empresa, el pasado 26 de octubre es una 
					fecha que recuerdan con precisión porque fue la última en la 
					que pudieron enviar y recibir correos electrónicos. Desde 
					entonces, se encuentra totalmente fuera de cobertura 
					telefónica.
 
 En busca de la cobertura
 
 Según relata el responsable de la planta, Francisco 
					Anguilera, tan sólo “en un 5%” de ocasiones es posible 
					conectar por vía telefónica a través de los móviles en esta 
					zona del Hacho, una “lotería”. “Es chocante esto, pero si 
					hay que hacer o recibir alguna llamada que es importante o 
					urgente, cojo el coche y me desplazo hasta el nuevo vial que 
					construyeron de acceso al cementerio (a unos 500 metros de 
					distancia)”, explica.
 
 La planta no dispone tampoco de conexión fija a través de 
					cable, una instalación que sí llega hasta el cementerio de 
					Santa Catalina y, más recientemente, a la cercana Estación 
					Depuradora de Aguas Residuales (EDAR), así como al faro. 
					“Por la carretera hay unos 450 metros desde la EDAR, pero en 
					línea recta no habrá ni 200 y el faro está aún más cerca”, 
					afirma el responsable de la planta de Urbaser, quien dice 
					que Telefónica ha pedido a la empresa, de ámbito nacional y 
					que es un “importante” cliente para la compañía, “60.000 
					euros” para tender el cable que dote a las instalaciones de 
					conexión telefónica. Ni las gestiones de Urbaser en Madrid 
					han servido para resolver la situación, asegura Aguilera.
 
 Hasta octubre, y ante la falta de conexión por cable, la 
					empresa disponía de un módem de acceso a Internet, muy poco 
					efectivo para el envío de imágenes o documentos de más 
					‘peso’: “Para mandar un pdf nos tirábamos un rato, pero 
					bueno”, dice el responsable de la planta de basura. Sin 
					embargo, un “problema con una antena”, según les dijeron 
					desde la compañía de teléfonos, acabó incluso con esta 
					precaria conexión con el exterior.
 
 La situación es grave, pero lo sería más aún en caso de 
					accidente o cualquier otra emergencia en la planta, en la 
					que hay una intensa actividad diaria de camiones.
 
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