| 
					No voy a pedir a la Fiscalía de Ceuta que se levante de la 
					cama a las dos de la mañana para que se acerque a ver la 
					desesperación de un sector del pueblo al que se debe tras 
					ser desalojados de sus viviendas por un atentado salvaje en 
					los garajes de su bloque de viviendas. Fiscalía pertenece al 
					entramado de uno de los poderes del Estado, pero los que 
					salen a la calle a ver la desesperación del pueblo son las 
					Fuerzas de Seguridad del Estado, el cuerpo de Bomberos, las 
					asistencias sanitarias, algunos periodistas que mantienen su 
					vocación de servicio y otros ciudadanos que quieren ayudar. 
					También algunos políticos, no voy a negarlo.
 
 Pero mientras unos servidores del Estado deben hacer la 
					calle, otros parece que tienen animadversión hacia ella. Con 
					mover papeles en sus despachos es suficiente para que su 
					función justifique el dinero público que reciben. Puede que 
					entiendan que son funciones diferentes las que debe 
					desarrollar cada uno. Pues bien, será en Ceuta 
					especialmente, porque en mi caso no siempre he visto que sea 
					así.
 
 Tanto jueces como fiscales de la democracia no pueden ser 
					únicamente “la boca que pronuncia o repite mecánicamente las 
					palabra de la Ley” , tal y como pensaba Montesquieu. 
					Sencillamente hay que “crearDerecho”. No vale refugiarse en 
					rituales togados con juramentos. Eso nos lleva un estado de 
					Derecho puramente ornamental. Afortunadamente no todo es 
					como en Ceuta. He conocido magníficos fiscales y jueces a 
					los que la Democracia española debe mucho por su valentía, 
					profesionalidad y sentido de servicio.
 
 Nuestra democracia no necesita que algún que otro fiscal se 
					refugie en el correspondiente punto del artículo 
					correspondiente para dar por finalizado el asunto legal.
 
 Le recuerdo a la Fiscalía de Ceuta algo que ya debe saber: 
					Todos los poderes emanan de la soberanía popular, salvo el 
					Poder Judicial, que sale de las Facultades de Derecho. Por 
					ello no deben perder la perspectiva de que es el pueblo el 
					que espera de ellos que se imparta Justicia “creando 
					Derecho”. Algunos parece que siguen pensando en su Facultad 
					y en sus profesores. Pues no señores. Yo también soy 
					periodista y hace muchos años que no pienso ni en mi 
					Facultad ni en mis profesores. Trato de hacer mi función 
					profesional con las responsabilidades correspondientes de la 
					mejor manera posible. Sentado en una redacción o viendo la 
					cara de la desesperación en los peores escenarios 
					imaginables.
 
 No quiero entrar en detalles porque sigo creyendo en la 
					Justicia y, por supuesto en los fiscales. Animo además a que 
					los ciudadanos a que colaboren con al poder Judicial porque 
					es “su poder” legalmente y democráticamente establecido. 
					Pero ya está bien...
 
 Jueces y fiscales deberían estar en permanente contacto con 
					los conflictos que deben resolver y abandonar ese estado de 
					Derecho ornamental al menos de vez en cuando.
 
 |