La AD Ceuta pasa uno de los peores momentos de su historia,
las promesas incumplidas denunciadas por la junta directiva
días pasados ha colocado al primer equipo de la ciudad en
una situación límite que cada cual vive a su forma.
Por un lado están los jugadores, viviendo dificultades para
afrontar las necesidades básicas al no percibir sus
retribuciones, y los aficionados, que sufren con amargura el
momento crítico que vive su equipo. Junto a ellos la junta
directiva, con su presidente a la cabeza, que está
realizando un gran esfuerzo con el objetivo de encontrar una
solución a la actual situación económica del club. Una
solución satisfactoria que parece encontrarse cada día más
cerca después de las duras gestiones realizadas y de las que
desde el club no quieren dar publicidad, ya que no es hora
de palabras sino de hechos.
Y por otra parte, personajes que se frotan las manos
deseando que el equipo se muera lentamente, como un muerto
al que se le ha dado un diagnóstico equivocado y no se
encuentra la solución a sus males. Estas personas se jactan
cada día de ser más ceutíes que nadie, pero a la hora de la
verdad disfrutan con la caída de un símbolo de nuestra
ciudad, pues el equipo caballa es parte de Ceuta. Son
aquellos que están deseando ver hundirse al Ceuta, pues con
ello se llevan por delante a su presidente y a su junta
directiva.
Pero ¿tiene responsabilidad la directiva de lo que está
ocurriendo?. Rotundamente sí, porque en su momento no
debieron confiar en promesas que no estaban firmadas, hubo
demasiada buena fe.
Aunque algunos intentan manipular con informaciones y
opiniones sesgadas, no se ha gastado más de lo que se iba a
recibir y hay están los presupuestos de este año para
comprobarlo. Es tan sencillo que podría ocurrirle a un padre
de familia que le prometen que va a cobrar todos los meses
2.000 euros y se compra una casa y adquiere unos compromisos
que luego no pueden hacer frente pues su jefe a la hora de
la verdad sólo le paga la mitad. La situación de esa familia
sería grave pues incluso podría perder su casa ante los
impagos. Esto es lo que le está pasando al equipo, pues si
el club hubiese recibido las cantidades prometidas por el
contrato de RTVCE, ahora mismo los jugadores estarían al día
y no hubiésemos vivido la lamentable situación de ver a los
jugadores de rodilla el pasado domingo.
Los ‘caballas de verdad’ seguro que lamentan lo que está
pasando, y mucho más los que les gusta el fútbol. Algunos
personajes seguro que no, pues tendrán la posibilidad de
criticar cada vez que tengan una oportunidad tanto en
tertulias como en reuniones. Pobrecillos.
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