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					El club ‘Ceuta Aventura’, formado por 18 personas, viajó los 
					pasados días 23, 24 y 25 al Alto Atlas (Marruecos) para 
					repartir zapatos, ropa, material escolar, juguetes, 
					biberones y otra serie de objetos, donados por varios 
					ciudadanos anónimos y empresas. “La crudeza de las imágenes 
					quedan grabadas en nuestras retinas para siempre”, explican. 
					 
					El club ‘Ceuta Aventura’ realizó los pasados días 23, 24 y 
					25 un viaje solidario al Alto Atlas (Marruecos) con el fin 
					de entregar más de 170 pares de zapatos, varias bolsas de 
					ropa, material escolar, juguetes, biberones y otra serie de 
					objetos, donados por varios ciudadanos anónimos y empresas. 
					“Hemos recopilado todo gracias a que cada persona, granito a 
					granito, ha puesto algo”, explican desde el motoclub. La 
					zona que han visitado es una de las más pobres del país, “y 
					de las más castigadas por el tiempo”, reconocen desde el 
					club.  
					 
					En total han formado la expedición 18 personas, repartidas 
					en varias motos y tres coches en los que cargaban el 
					material. La acción se centró en las proximidades de Agoudal, 
					donde se contactó con el ‘Serij’ (jefe del poblado), el 
					enfermero y el maestro, para hacer llegar la ayuda a las 
					personas más necesitadas. “Ellos nos hacían de 
					intermediarios para hacer un reparto más equitativo y que no 
					se lo llevase todo una misma familia”, explican.  
					 
					El reparto de ayuda se centró en los niños, a los que se les 
					facilitó sobre todo calzado y ropa de abrigo. “Ha sido muy 
					duro contemplar las condiciones de vida que existen en la 
					zona, lo que hacia incrementar la seriedad de la acción, 
					entregando comida, agua y todo lo que teníamos”, añaden. “La 
					sonrisa de esos niños era el pago que nos daban, la gratitud 
					de su mirada, nos enseñaba que en esta sociedad en la que 
					vivimos, somos unos privilegiados. Allí, con ellos, todo 
					pierde valor, la crudeza de las imágenes quedan grabadas en 
					nuestras retinas para siempre”, concluyen. “El esfuerzo y la 
					dureza del viaje han tenido su recompensa”. 
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