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					El tradicional ‘Encuentro’ que realiza cada año la Fervorosa 
					Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno y 
					Sacratísima Virgen de la Esperanza seguramente habrá sido 
					uno de los momentos más bonitos y brillantes de la Semana 
					Santa del 2012. La mala meteorología reinante durante buena 
					parte de la jornada de ayer mantuvo en vilo a la población 
					ceutí que veía como unas pocas horas antes de dar comienzo 
					la procesión el sol comenzaba a lucir y permitía que la 
					hermandad con sede en el Santuario de Nuestra Señora de 
					África pudiera realizar de forma íntegra el recorrido 
					procesional fijado para esta Semana Santa. 
					 
					La lluvia se está convirtiendo en una protagonista más de 
					esta Semana Santa que aunque todavía no haya provocado la 
					suspensión de ninguna de las salidas procesionales de las 
					hermandades ceutíes si mantiene en vilo a los ceutíes y a 
					los cofrades durante buena parte de la jornada para 
					posteriormente desaparecer y dejar que el sol resplandezca 
					para iluminar el itinerario marcado por las cofradías de 
					penitencia que año tras año realizan su Estación de 
					Penitencia por las calles de la ciudad, dando prueba viva de 
					su fe y devoción a sus amantísimos titulares. 
					 
					Precisamente ayer le tocó el turno a la Hermandad conocida 
					como ‘El Encuentro’ que hasta pocas horas antes de la salida 
					veía como la lluvia seguía cayendo sobre la ciudad y podría 
					dar al traste con todo un año de trabajo y dedicación. 
					Finalmente la lluvia cesó para dar paso a una fresca 
					tarde-noche de Martes Santo en la que nuevamente y como cada 
					año el ‘Encuentro’ entre Jesús Nazareno y la Virgen de la 
					Esperanza congregó a miles de personas en la plaza de África 
					para vivir uno de los instantes más emotivos de la Semana 
					Santa ceutí.  
					 
					Se derramaron lágrimas y aplausos, miradas y flashes de 
					cámaras ajenas o propias. fueron centenares las máquinas que 
					ayer inmortalizaron cada uno de los suspiros de La Legión, 
					Jesús o María; cada movimiento, cada paso y cada mecido. 
					Ayer hacía aparición el ‘Encuentro’ más espectacular y 
					patriótico de toda la Semana Mayor española.  
					 
					Pasos muy cortos, elegantes con la Señora, acompasado ritmo 
					de paso del Nazareno con la pesada Cruz a cuestas reviraba 
					de izquierdas por la Plaza de Africa en tanto que la 
					Esperanza guapa, afligida de dolor, medio extendía sus 
					brazos con las manos buscando cobijarle. 
					 
					La Esperanza salió por González Tablas y giró hacia Plaza de 
					Africa tras oler directamente el mar desde la confluencia 
					con Paseo de las Palmeras. El Encuentro se produjo, puntual, 
					a las 21.00 horas. Un gentío espectacular esperaba en los 
					mejores sitios, aguardaba el momento del acercamiento de los 
					pasos, hasta rozar sus maniquetas. 
					 
					Los costaleros, sin dolor, a golpe de trabajadera lograban 
					la magia ayudados por una masa que ovacionaba la 
					impresionante chicotá del Encuentro. 
					 
					Unidos, pegados los pasos, los respiraderos transmitían el 
					esfuerzo de los de abajo. El Nazareno y la Esperanza, frente 
					a frente. El cornetín de órdenes del Tercio toca las notas 
					mágicas. Dispuestos. Los costaleros ya saben lo que tienen 
					que hacer. 
					 
					Un acercamiento entre los pasos, una levantá al unísono, un 
					abrazo entre capataces y un intercambio de “vivas” en la 
					oscuridad, en el interior de los pasos. La emoción recorre 
					el cuerpo de todas y cada una de las miles de personas que 
					coincidieron en el momento más apasionado de esta Semana 
					Santa, aparece un nudo en la garganta, mientras se intenta 
					cantar la letra del Novio de la Muerte. 
					 
					La Asociación Cultural Banda de Ceuta marcando una perfecta 
					sincronización con la de tambores y cornetas del Tercio, 
					lograron un realce magnífico a tan espectacular momento. El 
					Nazareno (izquierda ‘alante’, derecha atrás) giraba sin 
					prisas, pero sin pausas, mientras una eternidad de acordes 
					marciales marcaban el paso. 
					 
					Jesús Nazareno se dio la vuelta para despedir a su madre y 
					hacer la carrera oficial, además de dirigirse a calles 
					emblemáticas de la Semana Santa ceutí como Amargura, 
					Ingenieros o Velarde, antes de recogerse en su templo 
					alrededor de las dos de la madrugada, y donde aguardaban 
					numerosos ceutíes ansiosos de vivir intensamente esta Semana 
					Santa que hoy llegará a su ecuador con dos nuevas 
					hermandades en la calle, Flagelación y Amargura. 
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