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OPINIÓN - DOMINGO, 8 DE ABRIL DE 2012

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

¿Deberes, no?
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

En Francia no están de acuerdo con la aplicación de los llamados “deberes” a los escolares, una situación que plantea una importante Asociación de Padres de Alumnos. Para tal fin, convocan a los padres a una huelga, para que no se realicen los deberes que maestros y profesores que creen oportuno su aplicación. Entiende la Asociación que son ineficaces. ¡Y hay que suprimirlos!.¡Qué los alumnos sólo trabajen en clase!

Pero es el caso que desde hace tiempo denunciaron los deberes en casa, cuya “utilidad pedagógica nadie ha aprobado” y no hace más que acentuar las desigualdades entre los niños que pueden beneficiarse de ayuda y los que no. Por tanto, se hace una llamada a padres, alumnos, docentes y directores de centros educativos con el fin de que secunden “la quincena sin deberes en casa”, como han denominado la iniciativa. Para la citada organización, las obligaciones escolares en casa son una “subcontratación pedagógica” para las familias, una sobrecarga que genera conflictos casi a diario entre niños y padres. Y algo innecesario, pues si los alumnos han entendido la lección en el Colegio, realizar trabajos por la tarde en casa es una pérdida de tiempo, ya que no conseguirán aprender si no tienen delante al profesor (¿)

Es conveniente tener presente que, en Francia, una circular de 1956, ya prohíbe que se encargue a los alumnos de Primaria trabajos para casa, pero es algo que realmente no se cumple en los colegios, como han denunciado algunas Asociaciones. No obstante, no todos están a favor de mantener los brazos caídos ante las tareas escolares, pues otra de las grandes Asociaciones de Padres, que se ha posicionado a favor de los deberes.

La propuesta también ha suscitado la reacción del Ministerio de Educación, donde el Ministro correspondiente, comenta: “Se trata de algo doblemente injusto y demagógico. Renunciar al esfuerzo que representan “los deberes en casa”, es algo catastrófico para el futuro de los hijos. “Protegiendo” su derecho al “descanso”, los padres amenazan con destruir todos los fundamentos del mérito, el trabajo, el esfuerzo…

Aquí, en nuestro país, la Asociación Católica de Padres “CONCAPA”, piensa: “Si quitamos los deberes habrá más fracaso escolar”. Sin lugar a dudas. El valor de los deberes es adquirir no sólo conocimientos, sino también otras capacidades que harán de los niños, los hombres y mujeres del futuro. “Los deberes diarios ayudan a crear un hábito de trabajo, de orden y superación. Enseñan valores como saber encajar un fracaso y remontar. El aprendizaje en casa cuesta esfuerzo y preparamos a nuestros hijos para realizar, en su día, un trabajo que tiene aspectos positivos y otros más pesados…. “. Su valor pedagógico es incuestionable: “Hay que distinguir entre la actividad de entender la lección en clase y la de aprender los contenidos en casa”. Se puede cuestionar la carga de trabajo que tienen los escolares, quizás incluso, reducirla, pero no suprimir los deberes que, requieren, además de la implicación de los padres. No tanto por ayudarles, sino por hacer un seguimiento. Los padres que se preocupan de su hijos, habitualmente, consigue éxito escolar”.

Con el título “los deberes escolares”, con fecha 8-10-2008 publiqué en mi habitual página “El Maestro”, de este diario, un trabajo sobre lo que significaba el problema en cuestión: “Algunos padres, en mi etapa de maestro, se quejaban de la aplicación de los “deberes”, pero no por el hecho en sí, sino por la sobrecarga de trabajo que la imposición llevaba consigo, aunque, por otro lado, habían padres que las solicitaban; en algunos casos, recurrían a las clases particulares impartidas por otros profesionales que, en algunos casos, recurrían a mí para la utilización de estrategias unificadas, por aquello de “cada maestrillo tiene su librillo”.

En una ocasión fui objeto de un pequeño levantamiento por parte de un grupo de alumnos, ya en la ESO, que se negaban a realizar los “deberes”, al parecer por la supuesta aprobación de sus padres, conductas que nunca llegué a entender. La negativa estaba fundamentada por el propio Ministerio, por orden del Ministro correspondiente, razón por la que se declararon “objetores” para la realización de “deberes”.

Yo, enseguida, me di cuenta desde donde procedía el rechazo a la realización de los “deberes”. Algún padre, cuando él estudiaba, se produjo, en efecto, un comentario al respecto, procedente del Ministro de Educación Sr. Maravell, que lo fue en los gobierno de Felipe González (1992-1998). Sus palabras fueron mal interpretadas, ya que no fue exactamente así, sino que se refería a que no era conveniente aplicarlos a los alumnos más pequeños, Preescolar, y dosificarlos para los cursos de Primaria y Secundaria. Aceptados los “deberes” por los padres, existe el compromiso de ser corregidos, al menos de forma colectiva, porque de no ser así, puede dar la sensación de ser un “fraude”, porque entonces sí que se dará la impresión, de que no sirven para nada.

En el supuesto que los “deberes” sean aceptados, es necesario que haya una correcta coordinación entre aquellos enseñantes que atienden al grupo-clase y, por otra parte, que estén estrechamente relacionados con las competencias que se quieren conseguir. Si nos referimos a alumnos de Primaria, generalmente, es el maestro-tutor el que imparte las materias básicas, por lo que será función de él para que la correcta coordinación se aplique con máxima garantía, porque de no ser así, sí que se formaría una enorme confusión y los resultados no serían significativos. Con objeto de rebajarle a “deberes” la carga de obligatoriedad, introduje, en su momento, la expresión “actividades complementarias”, sin que ello significara que se perdiera el objetivo que se pretendía. Quiero recordar que un avispado alumno se aventuró a decirme: En resumen lo que Vd. Ha pretendido ha sido “dejar los mismos perros pero con distintos collares”. El resto de los compañeros aplaudieron la ocurrencia del autor.

Por tratarse de alumnos de la ESO, en los cursos 1º y 2º, en realidad esas actividades se utilizaban preferentemente, de forma colectiva, ya que con frecuencia tenían que realizar actividades en grupos, trabajos de investigación, dentro del Programa de “Prensa en el Aula”.
 

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