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OPINIÓN - MARTES, 10 DE ABRIL DE 2012

 
OPINIÓN / ANALISIS

¿Olvidamos que la educación es la mejor inversión?

Por Nuria de Madariaga


Mejor haber empezado en materia educativa por la aplicación de los nuevos métodos didácticos antes de gastarse una fortuna en pizarras digitales y en ordenadores. ¿De qué le sirve a un alumno de secundaria contar con un ordenador si es incapaz de memorizar un par de frases de un texto? Muchas pamplinas, mucho lujo superfluo y generaciones que van aprobando a trancas y barrancas (eso sí con infinitos dengues) cuando ya se ha demostrado cumplidamente que métodos “de toda la vida” resultan mucho más eficaces a la hora de desarrollar el potencial del alumnado.

Así nuestros niños tienen que tirar de calculadora hasta para hacer una vulgar multiplicación mientras en Japón y en los países emergentes con la enseñanza del Método Kumón de matemáticas y no digamos con el Método hindú del Ábaco, son capaces de realizar operaciones mentalmente y de forma vertiginosa. ¿Y vamos a poder competir con estos cerebros cultivados en la disciplina y en el esfuerzo? Más bien no. Por mucha pizarra digital y muchas innovaciones tecnológicas con las que se trate de “demostrar” a la sociedad por parte de los Gobernantes “que somos avanzados”. Facilitar las tareas no es avance sino retroceso y la mente tan sólo se supera afrontando retos desde la más tierna infancia y no lo digo yo sino las nuevas hornadas de eminentes neuroendocrinólogos que son los llamados a estudiar la química del cerebro y el reino de los neurotransmisores que es el de la inteligencia.

Si tiran de hemerotecas del año 2006 a esta parte verán cuantas veces hemos hablado del exitoso Método Kumón, de la genialidad que confiere el Ábaco y ya no digamos de los cursos Pascal de técnicas de estudio y de la práctica del Método Silva para incentivar la capacidad de concentración. Parece que el problema de los amigachos del Ministro con rango de “asesores” es que no se han molestado en informarse, indagar y realizar un análisis comparativo manejando “auténticas” innovaciones en materia educativa. ¿El ejemplo francés? Se van y le preguntan a Sarkozy cómo ha impuesto el respeto estricto a la figura del maestro y la disciplina a rajatabla en las aulas ¿Que hay que expulsar a un elemento problemático? Se le expulsa y se le remite al psiquiatra para ver si existe patología y se responsabiliza directamente a los padres (eso en toda Europa) del rendimiento, el comportamiento y la actitud de sus hijos en la escuela. El maestro, maestro y autoridad, que no colega. Y los padres idem de idem. ¿Comprenden lo que digo cuando me refiero a que se ha empezado la casa por el tejado?. Y no creo que los recortes en educación consistan en que los alumnos usen o no usen los ordenadores o que exista mayor ratio por clase. ¿Quien no ha asistido cómo educando a clases gélidas y saturadas y no obstante ha acabado los estudios y optado a una licenciatura? ¿La clave? Una educación basada en la disciplina, el respeto a las normas y la cultura del esfuerzo. Amen de considerar la oportunidad de recibir una educación cómo un auténtico privilegio, un derecho sí, pero aún más un privilegio y un regalo que hay que agradecer de por vida.

En el Universo cuántico se considera el “caos” la falta de reglas, como el fin en sí mismo considerado. Y se empieza la casa por los cimientos con un “cambio” radical en lo referente a actitudes y conductas. Porque en el siglo XXI europeo ya no sirve ni se acepta la excusa lacrimosa de “ser analfabetos” ¿Cuantos lustros hace que en España en particular y en Occidente en general la educación es gratuita y todos, absolutamente todos los ciudadanos, pueden acceder a ella? ¿Ustedes saben cuantos miles de españoles acuden con auténtico anhelo a las clases para adultos, para sacarse el Graduado, la ESO y el Bachiller? Porque “quieren” y están concienciados de que la mejor inversión del mundo es la educación. Que viene a ser “aquello que en un naufragio el mar no te puede arrebatar” es decir, el terreno en el que se mueve la neuroendocrinología que es el de la mente y sus vericuetos intelectivos y volitivos. Saber y querer.

Y hasta que no se comprenda la vacuidad del gasto superfluo y la tragedia de abandonar la cultura del esfuerzo, la voluntad y el sacrificio, ya pueden meter a los alumnos dentro de una nave espacial, porque será muy difícil que evolucionen y aprendan y comprendan la oportunidad que implica la superación de los obstáculos. De hecho el Ministerio de Educación actual, para adecuarse a la realidad debería llamarse “Ministerio de Reeducación” para ser capaz de empezar de nuevo la casa, desde los cimientos.
 

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