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                     Ha quedado claro. Con la 
					presentación de los avales se ha demostrado que a Pedro 
					Gordillo le han puesto la cruz, incluso muchos de los que, 
					en otros momentos, habían recurrido a él para algún tipo de 
					colocación o para otros favores. 
					 
					Aquí, una vez más, sigue ganando el poder, y el sufrimiento 
					de amnesia se ha vuelto a manifestar. 
					 
					Además, la diferencia ha sido tan grande, que, ni con toda 
					la ayuda celestial, Pedro Gordillo podrá ser el presidente 
					del PP, en las próximas elecciones. 
					 
					El Comité Organizador del Congreso estudiará, a partir de 
					ahora mismo, cada una de las listas para ver si no existen 
					errores o si hay militantes que no hayan pagado sus cuotas. 
					 
					Y a más de uno, viendo lo que se ve, se le debieran quitar 
					las ganas de pagar, cuando te encuentras con tanta 
					hipocresía y con tanto peloteo, mirando siempre al que está 
					arriba. 
					 
					No sé si esto le habrá extrañado a Pedro Gordillo y creo que 
					no le debiera extrañar, por cuanto, en el campo político, 
					más que en ningún otro, las traiciones y la falta de sentido 
					rondan todas y cada una de las acciones, incluso con 
					personas que, en tiempos pasados, se apoyaron en quienes 
					ahora están rechazando. 
					 
					Así las cosas, todo parece claro, por cuanto el candidato a 
					la presidencia del Partido Popular, Juan Vivas, ha 
					presentado por encima de 800 avales, en tanto que su 
					adversario, Pedro Gordillo, no pasó de los 137. 
					 
					A partir de esta entrega, el Comité dirigido por Adela 
					Nieto, en dos días estudiará todos los avales para ver 
					cuales son los válidos y cuales no lo son. 
					 
					Esta es la situación en el PP de Ceuta, con dos únicos 
					candidatos a la presidencia, y de los que uno de ellos, el 
					que va a seguir siendo presidente, lleva cuatro lunas en el 
					partido, y no se había caracterizado siempre por ser un 
					hombre atraído especialmente por los colores del PP. 
					 
					El otro, el que va a perder, lleva más tiempo, pero ni el 
					uno, ni el otro son de los que han estado siempre, desde su 
					fundación en las filas “pepeístas”, con lo cual se ha 
					demostrado que la vieja guardia del PP ha preferido quedarse 
					dormitando y ni ha querido, ni se ha preocupado por salir a 
					la palestra, en busca de ese primer puesto. 
					 
					Está muy claro. Los partido no son máquinas de ideas, son , 
					más bien, máquinas de marketing que lanzan o derriban a sus 
					gentes, según las conveniencias del momento. 
					 
					Juan Vivas tiene el tirón de la gente, en el partido y fuera 
					de él, por el hecho de no haberse enfrentado jamás con nadie 
					y con nada, y habiendo tratado de solucionar las cosas con 
					un apretón de manos o con una sonrisa. 
					 
					Pedro Gordillo iba por otro lado, era él el primero, luego 
					él y no toleraba que nadie se le cruzara en el camino. Así, 
					ahora, sin poder, no tiene, tampoco, seguidores 
					incondicionales, yo diría que nunca los tuvo y si hubo 
					alguno que le seguía era por puros intereses particulares, 
					no por otra cosa. 
					 
					Es el color de la política, empezando por las situaciones 
					dentro de los propios partidos. 
					 
					Mirando con frialdad esta situación, que se está dando ahora 
					en el PP, no merece la pena perder ni un instante para ir a 
					votar, porque al hacerlo tendríamos que toparnos, allí ante 
					las urnas, con muchos traidores, que siguen poniendo cara de 
					buenas personas. 
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