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ACTUALIDAD - DOMINGO, 15 DE ABRIL DE 2012


González Pérez. fide lraso.

entrevista/ Francisco Antonio González Pérez, delegado del Gobierno
 

«El problema de los empadronamientos fraudulentos no es de la Ciudad, sino de la ley»

Este es uno de los asuntos que el delegado
ha puesto sobre la mesa, junto con el adecentamiento de la frontera o la
dotación de infraestructuras en el Príncipe,
en los primeros cien días de Gobierno
 

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Aunque considera que el balance de la gestión política, en su caso, como delegado del Gobierno, debe hacerse a cuatro años vista, Francisco Antonio González se presta a un repaso preliminar de sus cien días al frente de la institución, que se han cumplido esta misma semana. Desconoce si en este tiempo podrá realizar todas las cosas que ha puesto sobre la mesa, defiende su “voluntad” de hacerlo. “Voy a hacer el trabajo que hay que hacer”, afirma. Respecto a la colaboración con la Ciudad, afirma que es “absoluta” en temas como el control de los empadronamientos fraudulentos y también considera que el Gobierno local está tomando las medidas adecuadas para ajustar la administración a los tiempos de crisis.

Pregunta.- Se esperaban recortes presupuestarios, pero ¿cómo ve el delegado del Gobierno el que ha correspondido a Ceuta?

Respuesta.- El ajuste, porque yo creo que hay que hablar de ajuste, no de recortes, estará en el entorno del 12%. Es un ajuste que mantiene los compromisos que estaban adquiridos. Y hay apertura de partidas con nuevos compromisos que este gobierno quiere ejecutar. Pero lo que está claro es que la situación de nuestro país y por lo tanto de Ceuta tiene que generar la suficiente confianza para que los mercados internacionales no sigan castigando a España como consecuencia del descrédito que ha tenido en los últimos años y volver a la senda de la estabilidad y el crecimiento. Dentro de ello, lo que nos interesa a todos los españoles y al primero al Gobierno de la Nación es la generación de empleo. Hay temas que no están siendo abordados por aquellos que tienen interés en denunciar una situación que tampoco es real, como por ejemplo, los incentivos que hay para crear empleo. No se trata de subvencionar el desempleo, sino de generarlo. Y estos presupuestos, a pesar de la dureza aparente sólo tienen un objetivo, la estabilización de la economía, la generación de confianza y de puestos de trabajo.

P.- La inversión pública ha sido siempre un motor de la economía y es una de las que mayores ajustes ha sufrido.

R.- Hay dos conceptos de forma de generar riqueza y empleo, está la que la izquierda habitualmente piensa y es que el Estado tiene la obligación de crear empleo y la de los liberales, centro-derecha o como se quiera denominar, que entienden que hay que dar instrumentos para que la sociedad civil genere empleo. Nosotros estamos en ese ámbito. Las inversiones del Estado lo que pueden hacer es generar un motor o ayudar a que la sociedad civil puedan generar ese empleo. Este modelo ya se puso en práctica, no estamos haciendo un experimento en el que no haya habido resultados. En el año 96 y en el 2000 hubo políticas en esta dirección, lo que sucede es que hay problemas añadidos, una crisis que ha afectado a todos los sectores y que los que tenían la responsabilidad de tomar medidas hace cinco años no lo hicieron, todo lo contrario, lo que hicieron agravó la crisis económica de nuestro país, que no tiene nada que ver con la crisis financiera internacional. Cuando un médico dictamina que un enfermo está anémico la solución no es extraerle sangre. Eso es lo que ha pasado en España.

P.- ¿Puede decirse que se potenció entonces la crisis?

R.- En efecto, yo recuerdo en la última etapa del 2003-2004 oí a Rodrigo Rato decir que había que tomar medidas para reconducir, reestructurar y redirigir la política económica de nuestro país. Lo que ocurrió es que el 11 de marzo hubo unos señores que cometieron el mayor atentado de nuestro país y eso generó una desconfianza de la población en el Partido Popular y votó al Partido Socialista.

P.- En los últimos años ha habido un alto nivel de inversión pública y ahora muchas reclamaciones vienen de los empresarios, sobre todo, de la construcción, que han tenido en ella una de sus principales fuentes de ingresos

R.- Ahí se ven claramente los dos modelos, los dos modelos de gestionar la política están clarificados en lo que fue la aplicación del Plan E y lo que es el pago a proveedores. El primero fue gastar dinero en temas la mayoría innecesarios, porque había que hacer infraestructuras que no estuvieran contempladas en los proyectos de trabajo de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, es decir, había que inventar. Se utilizó un dinero, muchísimo dinero público, para dar la sensación de que había un motor y lo que pasó es que en cuanto se acabó ese dinero el motor se caló. ¿Cuál es la diferencia ente esa política y la del pago a proveedores, con 35.000 millones?, pues que aquellos que están en estos momentos con una situación muy delicada porque no hay crédito a través de los bancos y las instituciones no tienen capacidad financiera para pagar su deuda lo que se va a hacer es aportar ese dinero al mercado para que el proveedor, el hombre o la empresa que está atendiendo las necesidades de las ciudades, de los ayuntamientos o de las comunidades autónomas vuelva a tener liquidez para poder seguir gestionando su empresa. El Plan E lo que hizo precisamente es generar un bluf de contratación temporal que en cuanto se terminó generó despidos. De lo que se trata es que los que tienen en estos momentos una situación de bajo rendimiento en su empresa porque han tenido que despedir a personas vuelvan a tener economía para poder seguir generando proyectos y a su vez contratación.

P.- ¿Está contento con lo que le ha tocado a Ceuta a pesar de la crisis en estos Presupuestos?


R.- Un político por norma nunca está contento. La norma del político es que nunca puede estar contento ni satisfecho con los recursos que tienen a su alcance porque siempre aspiramos a más. Lo que sucede es que hay dos tipos de políticos, el responsable y el irresponsable. El responsable es el que tienen que saber que la situación no da para más y por lo tanto hay que ajustarse y trabajar con lo que hay, salvaguardando la política social que es lo que este gobierno ha hecho, es decir, ha intentado por todos los medios que no hubiera ningún tipo de detrimento para la parte más débil de la sociedad, que son los pensionistas, los que no pueden generar recursos porque ya están fuera del mercado de trabajo y no pueden volver, y esa se ha protegido en estos presupuestos. Luego está el político irresponsable que empieza a demandar cosas que sabe que son imposibles en época de crisis. Brindis al sol los vamos a ver todos los días en estos tiempos. Habrá un momento en el que la población española tendrá que exigir responsabilidades a aquellos que están haciendo esa petición de continuidad de la irresponsabilidad; tiene que haber un momento en el que personas sensatas, dolorosamente, tengan que tomar decisiones que no son las que les gustaría tomar. Al político habitualmente le gusta dar, no pedir.

P.- Ha habido necesidad de priorizar proyectos de este gobierno y además de asumir algunos que ya se habían puesto en marcha en la legislatura anterior como son en el caso de Ceuta la redacción del proyecto del vial puerto-frontera o la construcción de la cárcel. ¿Se han cubierto las prioridades que tenía el delegado?

R.- Tendemos a identificar proyectos..., yo no se por qué, hay un error sistemático en la política..., es decir, cuando un gobierno comienza, su proyecto debe de ser a cuatro años y aquí tendemos a pensar que en el primer año se acaba el mundo. Yo creo que lo que hay que tener es la visión política suficiente de saber que tienes por delante cuatro años para ejecutar la política que al final quieres hacer. Este primer año, indudablemente, seguro que no va a satisfacer las expectativas de todo el mundo, seguro. Pero lo que sí está claro es que hay que montar nuevos proyectos que tengan más sentido de lo que tenían anteriormente. Por ejemplo, cuando se decidió el enlace puerto frontera, que yo llevo oyendo hablar de él muchísimos años, había una situación que generaba colapsos en la ciudad, entrada masiva de vehículos, el puerto era una boca que echaba vehículos y familias que al final tenían como destino la frontera entre España y Marruecos y eso era algo que había que reconducirlo para que tuviera una salida mucho más digna, de menos espera y que esas personas no tuvieran que estar aquí hacinadas. Eso ya no pasa, en estos momentos hay cantidad de rotaciones de los barcos, la apertura de Tanger Med ha permitido que se redistribuya el paso de inmigrantes durante dos meses hacia otro sitio. Esto no significa que el enlace puerto-frontera deje de tenerse en cuenta, sino que ha dejado de ser una prioridad. Esa es la decisión del político, qué es o qué no es lo prioritario. Para mí en estos momentos es prioritario el último kilómetro de la avenida Martínez Catena hasta la frontera se arregle y que eso conlleve la impresión que debe de tener cualquier ciudadano que entre de Marruecos a Ceuta, de que está entrando de un país en vías de desarrollo a un país desarrollado. La imagen que tiene que dar nuestra ciudad, que es el primer punto que pisa un extranjero en España es la de España, la de Europa. Ahí es donde vamos, la primera prioridad es adecentar y dar el empaque que ha de tener nuestra ciudad a la hora de recibir visitas desde Marruecos.

P.- El balance hay que hacerlo entonces al final de la legislatura.

R.- Estamos hablando de legislatura, a mi no me gusta hablar de lo que vamos a hacer en un año, entre otras cosas porque yo siempre he dicho que el hormigón necesita fraguar. Como eso tiene un tiempo determinado habrá que ir planificando en función de las posibilidades económicas, aquellos proyectos que tenemos que desarrollar, y que sean necesarios, no grandes proyectos innecesarios que conllevarían muchísimo gasto. En estos momentos, las inversiones tienen que ser muy racionalizadas y no pueden ser megalómanas.

P.- Una de las inversiones que no contemplan estos PGE son nuevos colegios e institutos, aunque sí para crear nuevas unidades.

R.- Este gobierno tiene dos prioridades, bueno, hay muchas, pero digamos que dos de ellas son palmarias y necesarias y es la educación, que hay que pensar que en una legislatura hay que readecuar las infraestructuras educativas en nuestra ciudad. Y cuando hablo de readecuar me refiero a crear y a reutilizar. Lo más cercano que tenemos en estos momentos es la apertura del campus universitario que va a conllevar la reubicación de los alumnos de la Facultad de Humanidades, y esa es una buena instalación que habrá que readecuar o bien para un instituto de enseñanza media, de formación profesional o para primaria, porque son los que están saturados. Eso necesita un tiempo, no se puede hacer inmediatamente porque no hay capacidad económica para hacerlo. Pero sí está la voluntad política de que eso se arregle en un futuro. Posiblemente haya que hacer en breve tiempo una readecuación de centros, hacer aularios..., habrá que intentar hacer con imaginación un incremento de matrículas que puedan realizarse para que las ratios se cumplan dentro de los parámetros posiblemente máximos pero legales.

P.- ¿Para eso están las partidas de obras de construcción, ampliación y equipamiento de nuevas unidades?

R.- Sí, somos conscientes de que eso hay que trabajarlo. También es prioritario para este gobierno que las personas con mayores necesidades sigan siendo atendidas en nuestra ciudad e intentar que eso no quede desatendido en ningún momento. El segundo tema que para nosotros es fundamental es que ese famoso plan, del que hemos hablado ya, para el Príncipe Alfonso se empiece a trabajar, primero con el impulso político y luego con las dotaciones presupuestarias adecuadas. Pero insisto, estamos hablando de una legislatura, no podemos hablar de un año, entre otras cosas porque la puesta en marcha de esos proyectos necesita primero una adecuación y saber dónde se va a incidir, y en segundo lugar, unos proyectos que se tienen que realizar. Los proyectos no se pueden hacer en un mes ni en dos, llevan a veces, para redactarlo, hasta cuatro o cinco meses; después de la redacción tiene que venir la dotación presupuestaria y las partidas adecuadas y a partir de ellas, la ejecución. Por eso el proyecto que tenemos es cuatrienal. Ya se están marcando pautas, hay partidas para la redacción de proyectos en todos estos temas de los que hablamos. Lo que tiene que hacer un político cuando los recursos son escasos es priorizarlos y luego abrir partidas presupuestarias para que en un tiempo determinado se vayan adecuando y dotando para ir realizándolos.

P.- Pero sin que pase tanto tiempo como para que pierdan su sentido porque las circunstancias sean totalmente distintas...


R.- Por ejemplo, algo que ha perdido sentido es el vial puerto-frontero, entre otras cosas, porque este tipo de temas no tienen tampoco mucho tiempo para la aplicación, tienen un sentido temporal.

P.- Respecto, en general, a la gestión del delegado en estos cien días y al margen de haber puesto muchos temas sobre la mesa, ¿podría ofrecer algún resultado concreto en este momento? ¿Es pronto?

R.- Yo podría decir que sí, que he notado cambios en determinadas áreas y que han sido a mejor, pero sería presuntuoso por mi parte. En esto quiero ser muy honesto conmigo mismo lo primero y luego con los ciudadanos de Ceuta y con el Gobierno que me ha nombrado, y por lo tanto creo que hay que dar mucho más tiempo para que las cosas se empiecen a visualizar. Hasta ahora lo que he hecho es marcar, marcar hitos, marcar situaciones, reconducirlas e impulsar otro tipo de políticas que desde la Delegación se pueden impulsar. Eso sí se ha iniciado, hablar de resultados me parecería muy pretencioso y presuntuoso por mi parte.

P.- Hay algunas de esas áreas en las que es evidente que se necesita la colaboración del Gobierno local, por ejemplo, en el tema que ha puesto sobre la mesa de los empadronamientos en “pisos patera”. ¿Ha visto receptividad?


R.- Sí, sí, sí, desde el primer momento, la receptividad del presidente de la Ciudad y por lo tanto de todo el gobierno que preside, ha sido absoluta. Se ha entendido que es un problema que no es consecuencia de la mala gestión de la Ciudad, eso tengo que dejarlo claro, es consecuencia de una legislación mal hecha. El Gobierno de la Ciudad lo que ha hecho ha sido atenerse a la legislación actual. Ahora lo que hay que hacer es impulsar es la revisión e inspección por parte de la Ciudad, que eso sí que tengo yo la obligación de ponerlo encima de la mesa, porque yo puedo tener el Instituto Nacional de Estadística que me dice cuál es el censo poblacional de Ceuta y la Ciudad es la complementariedad de este tema, que es el padrón municipal. Entre Ciudad y Delegación se va a hacer un trabajo intenso para ver exactamente dónde radica la picaresca, dónde radica el fraude, todas aquellas personas que a través de la picaresca o el fraude están obteniendo beneficios como consecuencia de su empadronamiento en la ciudad donde a lo mejor no tendrían por qué estar.

P.- Pero la inspección es responsabilidad de la Ciudad.

R.- Sí, sí, pero son temas que cuando las dos administraciones se sientan y detectan problemas obviamente acuerdan la forma de actuar, y yo estoy absolutamente convencido de que la Ciudad va a trabajar en ese sentido. Los instrumentos que la Delegación del Gobierno tiene a su alcance los va a poner a disposición de la Ciudad para que este tema se lleve a cabo.

P.- ¿Hay un cálculo de qué impacto puede tener en proporción, este tipo de fraudes de ley?

R.- Estamos trabajando en ello. En estos momentos, yo tengo la percepción de lo que pasaba..., pero vuelvo a decir lo mismo, aquí ha habido una serie de problemas añadidos. Por parte de la Administración General del Estado posiblemente haya habido una pasividad absoluta a la hora de entender estos problemas. Es más, cuando yo digo esto y se me critica por el primer partido de la oposición a nivel nacional es porque ellos estaban de acuerdo con la política que se estaba haciendo. Ahora lo que hay que hacer es una revisión de esa política, una evaluación del impacto y una vez que la tengamos, utilizar o modificar los instrumentos para poder resolverlo. En estos momentos no me atrevo a decirlo porque no tengo los datos específicos, tengo las sensanciones por elementos de juicio..., es decir, para que se tramite un expediente en Extranjería hay que presentar un documento que avale que se reside en nuestra ciudad y a veces esos documentos determinan que hay pisos patera. A través de eso ha sido por donde ha saltado la alarma porque no es ni uno ni dos, son muchos, e incluso no es un piso patera, a lo mejor es una vivienda con ampliación ilegal de unidades urbanísticas a su alrededor y a lo mejor sigue habiendo una sola dirección pero no la que inicialmente estaba. Esto es un trabajo largo, lento, tedioso. Por ejemplo, desde la Delegación y en las competencias que tiene el delegado, se va a instar a que se revisen esas construcciones ilegales que se han hecho en terrenos que son competencia del Estado, es decir, que no son del urbanismo de la Ciudad, del Gobierno de la Ciudad. Estoy hablando por ejemplo, de instituciones como Defensa. Se han hecho construcciones ilegales en el ámbito de la Defensa. Pues tendré que ponerme de acuerdo con Defensa para que se trabaje en ese sentido y se regularicen situaciones, o bien con la ejecución de sentencias que hay pendientes y no se han ejecutado sobre el derribo de viviendas, o bien sobre la regularización de esas viviendas y legalización porque no estén estorbando en viales o en lo que es la estructura urbanística de la ciudad o bien sencillamente acometer una revisión de cuáles son las parcelas que están siendo ocupadas ilegalmente en el ámbito de la defensa de nuestro país.

P.- En el tema de la seguridad, en asuntos como la quema de vehículos, ha habido detenciones, pero en la entrevista tras su llegada al cargo hizo un “llamamiento tanto a la policía como a los jueces” para que hubiera una “coordinación perfecta”. ¿Está funcionando ese engranaje bien?


R.- Vamos a ver..., yo creo en la división de poderes, creo que Montesquieu sigue vivo en el espíritu y que no se puede ser demócrata de boquilla, hay que serlo de convicción, y yo lo soy. Eso no significa que en momentos determinados pueda haber discrepancias, roces, discusiones, sobre cómo se hacen las cosas. Yo estoy absolutamente seguro de que todo va empezar a funcionar bien y cuando digo todo va a empezar a funcionar bien no significa que no esté funcionando bien, sino que cada uno hace su trabajo. A lo mejor lo que hay que hacer es tener conciencia de qué es lo que está sucediendo en nuestra ciudad, y si todos la tenemos, todos vamos a tener voluntad para mejorar la situación. La policía tiene que hacer bien su trabajo, hacer bien los atestados y poner a disposición judicial o del fiscal los instrumentos adecuados para que actúen. Al fiscal le compete la acusación en este caso, es la persona o institución que tiene que gestionar los intereses de lo público frente a la delincuencia y por lo tanto tendrá que hacer su trabajo, y estoy seguro de que lo hace. Y los jueces tienen que determinar qué legislación hay que aplicar a la hora de determinar las penas o decretar la prisión o la libertad. Yo creo que eso está funcionando, otra cosa es que a lo mejor haya que modificar las relaciones entre las instituciones, y creo que en eso estamos trabajando y avanzando bien con acuerdo de todas las partes.

P.- ¿Es importante también la conciencia ciudadana?

R.- Yo lo que pido a la gente es que cuando esté haciendo su trabajo lo haga no desde una burbuja, sino desde una realidad social. Es decir, el otro día oía a un ciudadano decir que cómo es posible que un político pueda tener una percepción de la inseguridad si en su entorno hay vigilancia, y yo lo entiendo, puedes incluso a perder la perspectiva de la realidad. Lo que tiene que tener el político es la percepción del ciudadano, no la suya propia y ese es el trabajo que tengo que conseguir yo como delegado del Gobierno, que todos los estamentos tengan esa percepción de la realidad social y a partir de allí aplicar la legislación sobre esa realidad. Una cosa por ejemplo es quemar un coche, que es un bien privado, y otra cosa es que esta conlleve un gasto público brutal, un riesgo sobre las personas e incluso una situación que se pueda ir de las manos y conllevar la pérdida de vidas humanas. Hay que dimensionar lo que ha ocurrido, no sólo el delito en sí, si no las consecuencias que ha tenido o pudiera haber tenido porque además en el código penal viene reflejado eso. Tenemos ahora el ejemplo de un presidente autonómico que acaba de pedir que se modifique el código con respecto al incendio forestal, no sólo por el delito ecológico sino por el peligro de las vidas, el riesgo personal. Eso pido, simplemente que se evalúe. Y si se tiene que exigir más trabajo de la policía que se exija, tanto un juez como un fiscal puede ordenar a la policía ampliación de pruebas, que se siga una investigación en un sentido o en otro, lo que tiene que haber es más coordinación entre las partes y lo que no podemos consentir es que haya descordinación y en eso somos todos responsables.

P.- En lo que respecta al Príncipe, ha mencionado su interés en que el plan especial salga adelante, pero ¿qué es lo primero que se va a poder hacer.


R.- De momento, lo que vamos a intentar hacer es que la dotación presupuestaria para la reorganización, la distribución de agua y la adecuación de alcantarillados se empieza a llevar a cabo. Es un tema básico que yo creo además que la barriada está demandando y que tiene mucho sentido que ese dinero que seguramente luego dirán que no ha existido, porque se entierra, se emplee en eso. Es un tema necesario entre otras cosas porque no puede ser que una ciudad española, europea tenga zonas en las que la salida de aguas fecales vaya a pozos sépticos, no puede ser.

P.- Eso tiene que ver con la construcción ilegal, porque se construyen casas y luego les faltan los servicios básicos y donde los obligan a poner quizá no hubiera hecho falta ese gasto y en otro lugar sí...

R.- Pues eso es de lo que tiene que darse cuenta la población allí, que si quieren servicios tienen que adecuarse a la normativa urbanística, lo que no puede ser es que las cosas no se hagan bien y luego pidamos que se aplique una cosa que no puede ser.

P.- Para esto hay una partida de 18 millones comprometida por la Confederación Hidrográfica...

R.- Los presupuestos que hemos visto son los específicos; luego hay partidas finalistas, que les gustaba mucho decirlo a los responsables del anterior gobierno, digamos generales que se van a ir regionalizando en función de las necesidades. Con lo cual yo no daría por cerrado el presupuesto de Ceuta, porque por ejemplo en el PGE no viene la partida para los planes de empleo, y van a estar, habría que sumar 11 o 12 millones. Luego habrá otras de agua, de medio ambiente, infraestructuras, cultura, hay partidas globales que se regionalizarán. Lo importante más que lo que viene en los presupuestos es la capacidad de ejecutar lo que hay. Recuerdo que hay una persona en Ceuta que lo ha denunciado infinidad de veces, que era el senador Fernández Cucurull, que decía que el problema no era lo que ponían para gastar si no que capacidad había para gastarlo.

P.- En relación con la nueva prisión, que necesita unos 400 funcionarios nuevos y teniendo en cuenta los tiempos que corren, en los que no va a haber convocatorias de plazas ¿qué es lo que se va a hacer para dotarla?

R.- Recuerdo que lo que dijo el gobierno es que en educación, sanidad, seguridad y prisiones esas restricciones iban a ser las estrictamente necesarias...

P.- Entonces no va a haber problemas.

R.- Va a haber problemas en la apertura de una cárcel grandísima y posiblemente haya que ir haciéndola por sectores o fases. Eso a mi no me preocupa, lo que me gustaría es que los funcionarios que vinieran a Ceuta vivieran en Ceuta, no que luego tengamos funcionarios en el turno americano que están destinados en Ceuta pero viven fuera. Eso se produce en muchos sectores de la población funcionarial.

P.- ¿Podrían buscarse alternativas al sistema de complementos y la carestía del transporte?

R.- Posiblemente haya una cosa que revisar. El pago de la residencia al funcionario no se le da por la ciudad en la que va a vivir, sino por el puesto de trabajo que va a desempeñar. Si fuera por la residencia en la ciudad yo no tendría ningún tipo de reparo en abrir expedientes a funcionarios que no estuvieran cumpliendo con la ley, y lo digo así de claro. El problema es que el funcionario que viene con el plus de residencia no es por el destino en la ciudad, sino por el del puesto de trabajo. Si fuera de otra forma ya habría entrado de lleno a que esas personas cumplieran escrupulosamente con la ley. Pero como ese instrumento no lo tengo legal tengo que aceptar y convencer a los funcionarios de que esta ciudad es lo suficientemente atractiva como para que se queden a vivir aquí. A mi no me tiembla el pulso en tomar medidas que estén dentro de la legalidad y exigir el cumplimiento de estas medidas.

P.- Es una cuestión de conciencia social.


R.- Aquí hay un problema que hay que solventar fundamentalmente para que la gente decida quedarse en Ceuta y esto es un mal endémico que no se arregla en dos días y que primero hay que tener conciencia para arreglarlo, hay que detectarlo e intentar arreglarlo. Y es que tiene que haber una oferta educativa atractiva, para que una persona decida vivir aquí en Ceuta, formar su familia, tener sus hijos y que esos hijos tengan esa calidad de educación. Esto no significa que no exista calidad educativa, yo estoy convencido de que la inmensa mayoría de los profesionales de la educación en Ceuta son magníficos, no me cabe la menor duda, y además lo han demostrado a lo largo del tiempo. Creo que se están poniendo encima de la mesa muchos experimentos que creo que no se deben de experimentar. Es decir, aquí hay otro problema de fondo y no es el de poner encima de la mesa ideas grandilocuentes, creo que hay que ir a la raíz del problema. Eso espero que se vaya haciendo poco a poco y creo que lo tenemos detectado. Eso en primer lugar. La otra parte es que haya una calidad asistencial sanitaria lo suficientemente importante como para que las personas se sientan seguras, porque el resto del entorno lo tenemos. Ceuta es una ciudad agradable, en la que se vive bien, con una calidad de vida muy aceptable, independientemente de los factores negativos como puede ser el que salir de Ceuta cuesta dinero. Si nosotros conseguimos crear ese entorno que acabo de decir estoy convencido de que las personas una vez que tienen un destino y la base de sus recursos económicos resueltos, teniendo aquí trabajo no tienen por qué estar dando saltos, para vivir en otro sitio. ¡Ah!, y luego hay otra cosa, hay que evitar un fraude, porque el fraude significa que si las personas están viviendo fuera más de 181 días no tienen derecho al descuento de residentes en los transportes. Y eso ya es una advertencia que hago, como delegado del Gobierno. Si las personas no tienen la vida en Ceuta 181 días no tienen derecho al descuento de residente en los transportes marítimo y aéreo. Es otro tema que habrá que mirar.

P.- Aunque es un Gobierno diferente, he de preguntarle por el de la Ciudad, porque muchas de las políticas del Ejecutivo central en estos cien días han ido dirigidas a las autonomías y ayuntamientos, entre ellas, las de saneamiento de la deuda o la reestructuración del sector público empresarial. ¿Cómo ve que se están aplicando esas medidas en la ciudad?

R.- Creo que el presidente de la Ciudad está haciendo un buen trabajo, dificultoso, porque cuando hay grupos determinados en la ciudad que tienen una serie de estatus establecido cambiar ese estatus es complicado, primero porque hay que mentalizar y concienciar a la gente de que la situación ha cambiado. Y este país sólo va a salir adelante no con las medidas del Gobierno, sino con las medidas del gobierno y la colaboración de los ciudadanos. Porque si no hay colaboración por parte de los ciudadanos en entender que la situación es realmente grave y delicada en el ámbito del país y de la ciudad difícilmente se va a salir adelante. El presidente está tomando medias, desde mi punto de vista está actuando correctamente, está adecuando la economía de la ciudad a los tiempos que corren. Y eso comporta sacrificios y exigir sacrificios. Eso nunca es bienvenido ni aceptado por la gente en general, yo lo entiendo. El pedir a la gente que renuncie a privilegios significa revolverse en contra de esa petición que estás haciendo. El presidente ha tomado las medidas adecuadas, ha reducido el gobierno, va a reducir puestos de trabajo, está reduciendo economía en parte del Gobierno, se congela a la parte política..., en otras palabras, si se da ejemplo seguramente el sacrificio será mucho mejor aceptado por parte de aquellos a los que se está pidiendo. Creo que se está haciendo, pero tampoco es una cosa que haya que hacer de un día para otro, hay que ir readecuando en función de la proyección y del proyecto que se tenga. El presidente primero cuenta con la colaboración del Gobierno central en todos los aspectos y eso sólo hay que verlo en los presupuestos generales del estado. La Ley de suficiencia se aplica en todo su rigor y en todos sus términos, las ayudas que tiene la ciudad dentro del marco con el gobierno central se están respetando y no sólo eso sino que la sensibilidad con Ceuta está claramente reflejada en los presupuestos, la ciudad sigue teniendo esa estructura económica que este gobierno en otra versión hace algunos años puso en práctica. Lo mismo que el gobierno anterior lo ha respetado este lo va a respetar. El Gobierno tienen que impulsar, como así se está haciendo, una redimensión fiscal y económica de nuestra ciudad y yo creo que el Gobierno ya está por la labor de atraer inversiones privadas que generen economía y riqueza desde el sector privado y no público. Desde la Ciudad se están poniendo las bases para que eso suceda. Hasta ahora creo que se está haciendo con prudencia pero que se están modificando criterios con respecto a una economía distinta a la que había hace unos años.

P.- Del Gobierno de la Nación ha dicho que ha hecho más en cien días que en siete años. ¿Y su balance como delegado en Ceuta, sigue esa estela?


R.- Yo lo definiría como: voy a hacer el trabajo que hay que hacer y no me va a temblar el pulso en tomar decisiones que pueden ser mejor o peor valoradas, pero que los tiempos han cambiado y que este país y por supuesto esta Delegación del Gobierno tiene que ir acompañando a la situación lo voy a hacer y de hecho lo estoy haciendo desde el minuto uno. Eso puede ser mejor o peor valorado pero no voy a renunciar a que las obligaciones que tiene la Delegación o el delegado se lleven a cabo, eso sin ningún género de dudas. Y eso va posiblemente a generar situaciones en algunos momentos de incomprensión, pero como al final la evaluación no se puede hacer a los cien días sino que hay que hacerla al final del mandato del delegado, que será cuando decidan que ha cumplido su misión y por lo tanto venga otra persona a la Delegación, ahí es cauando yo haré el balence real de lo que se ha hecho, de lo que se ha hecho bien y lo que se ha hecho mal, entre otras cosas porque no se puede hacer la evaluación diciendo siempre que se ha hecho bien. No me asusta, creo que tengo un buen equipo, acorde a los tiempos y las circunstancias y con suficiente capacidad delegada para que trabajen con esa libertad que es necesario. Y felicitaré o exigiré responsabilidades en función del trabajo que se vaya desarrollado.

P.- Hay un tema importante en Ceuta por su impacto, que es el de la inmigración clandestina. Se ha notado un freno, pero ¿hay que esperar que sea duradero?

R.- Hasta ahora, con la colaboración que estamos recibiendo de las autoridades marroquíes en el control de la inmigración irregular o ilegal, no tengo ninguna queja, todo lo contrario, tengo que decir que nuestro amigo y vecino se está comportando acorde a un país que es consciente de cuáles son sus responsabilidades y sus funciones. Y por lo tanto nada más que decir, sino agradecer que hasta este momento están cumpliendo con el compromiso que han adquirido con su vecino y amigo que es España.

P.- Y coincidiendo con la llegada del Partido Popular...

R.- Y coincidiendo, sí, sí, porque además yo creo que las relaciones tienen que ir poco a poco normalizándose, que cada uno sepa dónde está y qué es lo que representa y aceptar al uno y al otro y buscar los puntos de encuentro y no los de discrepancia. Seguramente nos irá mucho mejor a los dos lados de la frontera cuando esa conciencia se tenga por ambas partes. Hay temas que nosotros tenemos que entender y que la otra parte tiene que entender, nosotros entendemos que nuestra frontera tendría que ser una aduana comercial, normal entre dos países que se profesan amistad y ellos tienen otro concepto que seguramente con el tiempo tendría que modificar en beneficio de sus propios nacionales.

P.- Su balance de esta primera etapa es entonces positivo.

R.- Estoy satisfecho con el trabajo. No se si al final todo lo que se está diciendo se podrá realizar en el tiempo que nos hemos marcado, pero la voluntad de querer hacerlo existe y yo con eso me doy por satisfecho porque a mi me hubiera encantado ser delegado del Gobierno en otros tiempos, en unos tiempos en donde la posibilidad de realizar proyectos era muy factible porque había capacidad financiera y económica. Ahora lo que toca es ser responsable de una situación que no es la más óptima para trabajar, pero eso tiene que ser compensado con la voluntad y el compromiso, y eso en esta Delegación del Gobierno no falta.
 

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