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OPINIÓN - SÁBADO, 21 DE ENERO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Que lo asevere Pacoantonio
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Nunca antes se ha escrito y hablado tanto de la Policía Nacional. En mi caso, creo que es la primera vez que le he dedicado atención a un organismo del cual no me canso de repetir el mucho respeto que le tengo. Hace poco, y basándome en conversaciones de personas muy informadas de cuanto venía aconteciendo en el seno de la Policía, me di cuenta de que se había desatado una crisis interna. Y tuve a bien prestar oído a lo que se decía. Algo que nunca antes me había interesado en absoluto.

Una crisis interna que no tenía razón de ser. Porque, cuando a mí me dio por hurgar en la herida, resultó que las partes enfrentadas, por nominarlas así, estaban de acuerdo en que José Luis Torres, con sus defectos, como cada quisque luce en el desempeño de cualquier función, era un buen jefe.

Tal es así que compartiendo yo charla con funcionarios que me merecen mucho respeto, me dijeron que hiciera todo lo posible por dedicarle una columna a Torres porque ellos creían que era merecedor de ella. Mi respuesta fue que me era imposible en aquel momento, debido a que no estaba escribiendo.

De haber estado en activo, durante esos días, es decir, la semana pasada, no habría tenido ningún inconveniente en destacar los merecimientos de un Comisario que, no sé por qué causa y motivo, no supo apreciar la defensa de él que este periódico hizo en momentos donde estaba siendo puesto en otros medios como chupa de dómine.

De hecho, en una de mis columnas anteriores, no tuve el menor inconveniente en recordarle a Torres que lo que menos apreciaba de su persona era su desagradecimiento con ‘El Pueblo de Ceuta’. Nunca entendible. Cuando quien escribe, y con el beneplácito de la Casa, no dudó nunca en reconocer que el jefe de la Policía estaba siendo víctima del carácter posesivo de personas aspirantes siempre a ser las primeras en obtener las primicias policiales.

Pues bien, a partir de entonces, y como lector ávido que soy de periódicos, creí, por lo que estos afirmaban, que Torres había sido sustituido por Jaime Castellví. Luego, pasados unos días, me desayuné con que ya no era el segundo jefe de la Policía el sustituto del primero. Cuando yo estaba hecho a la idea de que el sustituido estaba ya a punto de tomar posesión de su cargo en Ciudad Real.

Tal es así que de no haberme tomado unas vacaciones de siete días, seguramente me habría dado por despedir a Torres y desearle toda la suerte del mundo a Castellví. Como mandan los cánones de la buena educación. Y del deseo que uno siente porque a los cargos policiales les vaya tan bien en su tarea para que redunde en beneficio de nosotros: los ciudadanos. Egoísmo puro. Claro que sí. Pero necesario a todas luces.

Pues bien, cuál no sería mi sorpresa cuando leo unas declaraciones del delegado del Gobierno, hace nada, diciendo que no conviene hacerles caso a los comentarios, chismes o rumores que se vienen publicando en relación con la Policía. Que hasta que él no hable lo que tenemos que hacer es guardar silencio con relación a la Policía. Y, claro, me quedo in albis. Y en blanco estaba cuando desde Granada el subdelegado del Gobierno ha afirmado que el relevo de Torres será Pedro Luis Mélida.

Será así, si lo dicen en Granada y lo confirma la agencia EFE. Pero yo no me fío hasta que no lo asevere Pacoantonio. Cual debe ser.
 

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