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					Los empresarios que tienen el ánimo y las ideas para 
					emprender un negocio en tiempos de crisis, han de hacer 
					auténticos malabarismos imaginativos porque ya no se trata 
					del concepto básico de “calidad-precio” sino del reto de 
					ofertar la máxima calidad al precio más ventajoso.  
					 
					Y en el caso del nuevo espacio de belleza “Equivalenza” 
					afrontando la realidad de que el mundo del perfume es caro. 
					Por no decir prácticamente inaccesible para economías 
					medianas en los tiempos que corren, ya que de lo primero que 
					tienen que prescindir muchos usuarios es del lujo, es decir, 
					de lo superfluo. O medianamente superfluo ya que ni un buen 
					jabón, ni una crema, ni una colonia pueden ser considerados 
					artículos “de primera necesidad” pero a veces sí se necesita 
					un pequeño capricho o la adquisición de algún producto que 
					ilusione para que la vida sea más agradable y más cómoda. 
					Porque a nadie le amarga un dulce y no todos los amantes del 
					chocolate pueden comprar los exquisitos bombones de “Lady 
					Godiva” made in Bruselas. 
					 
					Así el mérito de las “marcas blancas” consiste en hacer 
					asequible al público y a precios razonables una serie de 
					productos en los que la calidad se mantiene intacta, pero 
					sin parafernalia añadida, ni carísimas campañas 
					publicitarias en Vogue o en Telva con una top model cómo 
					imagen de marca, ni diseñadores suecos para inventar lujosos 
					recipientes de cristal o exclusivos envoltorios. Ni los 
					impuestos que gravan el lujo. 
					 
					Equivalenza es una marca blanca que utiliza envases 
					ecológicos de sobrio diseño y reutilizables y que ha 
					apostado por un surtido de productos de cuidado e higiene 
					que hacen parecer la cuidada boutique del perfume una 
					especie de tienda de chucherías dirigida a gourmets. Lo que 
					equivale a decir que Equivalenza es “la boutique del gourmet 
					de las aromas” ¿Y cual es la razón de esa definición? Muy 
					sencillo, el cromatismo imperante en la decoración. 
					Anaqueles llenos de tarros de cristal de diseño clásico al 
					modo de las antiguas boticas y en cada recipiente un perfume 
					determinado y una esencia natural concreta, todo 
					extremadamente sobrio sino fuera por... 
					 
					El despliegue de colorines de los jabones, las cremas, las 
					esponjas y todo tipo de productos de higiene con colores de 
					caramelos y de gominolas, de fresa, de vainilla, de menta, 
					de chocolate, la apariencia es de dulces en una pastelería y 
					efectivamente dan ganas de comérselos. Pero no son 
					comestibles, por más que lleven a la confusión estética. Las 
					flores de colores pastel no se sabe si son de azúcar o de 
					jabón (son jabones naturales y ecológicos, pero no se pueden 
					ingerir). 
					 
					Así en la inauguración acontecida hace un par de fechas con 
					un cocktail en forma de bufet de “delicatessen” salado y 
					dulce, los asistentes al evento creo que no sabían 
					distinguir con exactitud entre los pastelillos de las 
					bandejas y las esponjitas jabonosas del escaparate, mismos 
					colores e idéntica apariencia de dulce azucarado y de 
					mazapán decorado. ¿Quien es quien y qué es qué?. 
					 
					¿Lo mejor? Los nombres de los productos cómo el de la gama 
					“I love you” ideal para hacer un regalo “muy especial”, otro 
					jabón de perfume embriagador el “Rosa damascena” y el “Wild 
					cherry”. Cremas hidratantes corporales de textura ligera y 
					nada grasas (la grasa obstruye los poros) los necesarios 
					“peelings” indispensable para barrer las células muertas y 
					que son básicos para que las cremas penetren sobre la piel 
					limpia; los exfoliantes de similar función, los soaps 
					jabones, con esponjas de todos los colores y apariencias, 
					muy indicados y “echamano” cuando se quiere comprar un 
					detalle y se tiene un presupuesto limitado y con el plus de 
					un aspecto muy decorativo. 
					 
					¿A destacar” la línea “Passion fruit” fruta de la pasión y 
					la “Swet vanilla” de fragancia de vainilla ¿Una novedad? El 
					jabón “Olive yogourt” de aceite de oliva y yogur con alto 
					poder nutritivo. ¿Y los colores malvas de la gama “Lavender”? 
					un aroma intemporal y siempre fresco y agradable. 
					 
					Todos los envases son idóneos para regalo y bastante 
					elegantes aunque tal vez haya que destacar el de “Red vine, 
					White vine” que parece salido de una perfumería del siglo 
					XIX en Londres. No diré que extraña lo cuidado de 
					envoltorios, presentación y envase si se considera que 
					hablamos de “productos blancos” low cost, de bajo coste y 
					que siguen la tendencia de “lo natural” sin aditivos 
					químicos ya que todos los consumidores rechazan la química y 
					no añadiré que un perfume con química bajo el sol puede 
					generar manchas o reacciones alérgicas bastante 
					desagradables y que además resecan la piel y la dejan como 
					la lija, sino que sencillamente todos los consumidores hemos 
					ido adquiriendo gradualmente una sólida conciencia 
					ecológica, por auténtica convicción y ni queremos usar 
					bolsas de plástico que no sean degradables ni apetecemos de 
					la química y de los productos sintéticos, ni deseamos 
					colorantes, conservantes, azúcares artificiales, 
					edulcorantes, pesticidas, plaguicidas ni experimentos 
					utilizando animales. 
					 
					Así es el siglo XXI y no vamos a nadar contracorriente sino 
					a salvar los bosques, las selvas y el planeta en general. 
					Marca blanca, ecológica, natural y sin aditivos, con 
					garantía de que,con las deliciosas cremas de Equivalenza no 
					han embadurnado a las ratas de laboratorio para saber si 
					provocaban reacción. Productos antialérgicos y desde la 
					naturaleza, con esencias naturales, apariencia de golosinas 
					hasta el punto de que alguna superpija podría meterlos 
					dentro de una piñata en una fiesta de cumpleaños 
					auténticamente elegante en lugar de caramelos, nubes dulces 
					y chicles ácidos y hacerlos caer sobre los invitados ¿A que 
					sería un detallazo muy comentado? Y muy fragante y sin dejar 
					las fragancias mis favoritas la vainilla y la fresa, más que 
					la rosa que resulta idónea para niñas en la edad de las 
					Barbies. 
					 
					Y en cuanto a perfumes está “lo más de lo más” porque los 
					mejores tienen su “equivalenzia” sin envases 
					“aristocratosos” y “divinos de la muerte” sino funcionales y 
					asépticos porque lo que vale es lo que encierra en su tripa 
					reciclable y reutilizable, así que, sin gastos añadidos, se 
					pueden adquirir a granel perfumes y colonias que resultan 
					prohibitivos en su versión gran lujo y que. aun pudiendo, da 
					cierto remordimiento en lanzarse a gastos suntuosos cuando 
					tanta gente pasa dificultades. Y no es proletarizar el 
					concepto de lo lujoso, sino de “socializarlo” para que 
					llegue al alcance de muchos más. Equivalenza es así. 
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